Hoy en día, con un alto número de series que se producen año a año y tantas ideas distintas para sus historias, es difícil que un show destaque por sobre el resto y atrape tanto al público como a la prensa especializada. Aún así, hay títulos que lo logran y hoy queremos contarte sobre tres de ellos que están disponibles en Netflix.
Better Call Saul
Ambientada en 2002, seis años antes de los acontecimientos relatados en Breaking Bad, esta serie es un spin-off centrado en el personaje de James “Jimmy” McGuill (Bob Odenkirk), antes de que asuma la identidad de Saul Goodman, un abogado corrupto con un humor políticamente incorrecto vinculado al mundo criminal que empieza a crear una importante red de contactos en los bajos mundos.
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Ozark
Marty Byrde (Jason Bateman) es un asesor financiero de Chicago que trabaja para una poderosa empresa y tiene una familia de apariencia estable formada por su esposa Wendy (Laura Linney) y sus hijos adolescentes, Charlotte (Sofia Hublitz) y Jonah (Skylar Gaertner).
Aunque la vida de los Byrde luce normal, y hasta podría decirse que un poco aburrida, la situación pronto cambia ya que Marty es habilidoso con los números y sirve como contador de un cartel de drogas de México, lavando el dinero de los criminales y buscando inversiones que no levanten sospechas.
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El espía
Sacha Baron Cohen protagoniza esta miniserie de seis capítulos ambientada en la década de 1960 que retrata la vida del espía israelí Eli Cohen, quien tuvo que vigilar a Siria y, para ello, se convirtió en un agente del Mossad entre 1961 a 1965. En esta historia, Cohen logra infiltrarse en los más altos cargos del país, estableciendo relaciones clave con figuras políticas y militares. Pero, como si el riesgo que conlleva su función no fuera suficiente, su identidad secreta acaba siendo revelada, provocándole peligrosas consecuencias.
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