Las docuseries sobre crímenes famosos se han convertido en algunos de los títulos más destacados en el catálogo de Netflix. Luego del éxito de entregas recientes como El acosador nocturno (Night Stalker), ahora la plataforma de streaming ofrece Escena del crimen: Desaparición en el hotel Cecil cuyos episodios se centran en la historia real de Elisa Lam, una estudiante de 21 años que se va a pasar sus vacaciones a Los Ángeles.
Elisa era una joven canadiense que asistía a la Universidad de Columbia Británica (Vancouver) y llegó a la ciudad californiana el 27 de enero de 2013 donde reservó una de las 600 habitaciones del hotel Cecil, edificio ubicado en un barrio céntrico (y un tanto peligroso) de Los Ángeles. La idea de Elisa era pasar cuatro días allí, pero desapareció desde el 31 de enero sin dejar rastro. Los últimos que la vieron con vida fueron empleados del lugar.
Una de las piezas más importantes de la investigación del caso fue un misterioso video grabado desde el ascensor del hotel. En el mismo aparece Elisa mirando los botones del mismo para después asomarse al pasillo, aparentemente escondiéndose de alguien. Poco después, Lam vuelve a salir y a entrar y hace movimientos raros. Cuando la chica sale del ascensor, la puerta se cierra y se abre enseguida, pero para entonces ella no aparece más en el plano de la cámara.
Lo cierto es que a mediados de febrero de ese mismo año, otros huéspedes del Cecil se quejaron del color, olor y sabor del agua. Debido a esto, algunos empleados fueron a revisar los tanques de agua y se encontraron con el cadáver de Elisa y su ropa flotando cerca de ella: las mismas prendas de vestir que lucía en el comentado video. Meses más tarde, la policía local presentó su conclusión sobre este caso e indicó que la muerte de Lam fue accidental. Los fundamentos de esta teoría serían el hecho de que no se encontraron signos de violencia ni de intoxicación en el cuerpo de la occisa.
Sin embargo, según un periodista que investigó por su cuenta el caso, ella tuvo una crisis producto del trastorno bipolar que supuestamente padecía. En medio de ese ataque de paranoia, la mujer habría subido al techo para huir de una amenaza imaginaria y se metió por su cuenta en el tanque de agua. Tras la cobertura mediática que tuvo este enigmático fallecimiento, el hotel cambió su nombre a Stay on Main.
Pese a todo, el lugar sigue siendo considerado “maldito” por muchos, pues ya es célebre por ser la sede de diversos sucesos criminales, paranormales y suicidios. Por ejemplo Elizabeth Short, bautizada por los medios como “la Dalia Negra”, fue vista por última vez ahí mismo y su muerte es aún hoy un caso sin resolver.