El anime fue desde sus comienzos el producto cultural más distintivo e importante que ha exportado Japón. En la actualidad ha logrado filtrarse en las pantallas de todo el mundo, formando parte del conocimiento popular, así como lo ha hecho el universo cinematográfico de Marvel en la pantalla grande.
Existe un sinnúmero de ejemplos de este género que hoy en día triunfan incluso más que sus antepasados ejemplares como Dragon Ball, Caballeros del Zodíaco o Sailor Moon. Por eso en este caso tenemos que hablar de Kimetsu no yaiba o Demon Slayer, la joya visual que volvió a poner a la animación en primera plana global.
Creado por Koyoharu Gotouge en el año 2016, Kimetsu no yaiba es una historia que se compone de 23 volúmenes de manga, publicados en Argentina por la editorial Ivrea. El anime en producción está a cargo del prolífico estudio Ufotable y consta de tres temporadas junto a un largometraje, cuyos nuevos episodios están disponibles en Netflix desde el primero de mayo de este año.
Estas son las cinco razones por las que no te lo podés perder.
La emoción a flor de piel
Contrariamente a la imagen fría que proyectan ciertos aspectos de la cultura japonesa, en esta serie la emoción es el foco principal y el clima predominante.
El argumento gira en torno a Tanjiro Kamado, un carbonero de las montañas en la era Edo el cual en una trágica noche se encuentra con que su familia fue masacrada por un demonio, todos a excepción de su hermana Nezuko que sufre una enfermedad demoniaca. Su misión a partir de ese momento es intentar no solo salvar a su hermana sino proteger a todos los humanos que pueda con su nueva profesión de espadachín caza demonios.
Tragedias desgarradoras y catástrofes perturbadoras lo esperan a lo largo de un espinoso camino hacia su objetivo, donde las lágrimas no faltarán no solamente para él sino también para el espectador de su historia. Aunque no todo es oscuridad, ya que uno de los puntos fuertes de esta historia también es la cálida comedia e interacción entre personajes.
El espectáculo visual
Lo que logró hacer que el anime japonés se destaque de sus pares allá por los años noventa y principios de los 2000 fue su fluida, colorida y llamativa animación. No solamente poniéndose a la par de titanes como Disney, sino llevando todo a un nuevo nivel de realismo y transmisión de sentimiento a través de imágenes secuenciales.
Lastimosamente, en la última década este movimiento se vio opacado por el avance de la animación CGI entre otros, pero Kimetsu no yaiba y el estudio Ufotable llegaron para darle punto final a esta situación. Esta serie cuenta con el mayor presupuesto y calidad artística de fotografía y visuales nunca antes vistos. Desde escenarios, luces, secuencias y lo que hace destacar a la serie, las épicas batallas. Todo tiene un relucir visual sobresaliente que es un espectáculo por sí mismo y un deleite imperdible para los ojos.
Los personajes coloridos
Una de las principales características de la serie creada por Gotouge es lo variopinto y brillante de las personalidades de sus personajes, cada uno tan reluciente y diferente como si de caramelos se tratasen.
Tanjiro, el protagonista, consta de una bondad honesta que conmueve hasta las lágrimas. Su hermana Nezuko, por su parte, tiene pocos diálogos pero transmite una ternura sin igual al mismo tiempo que refleja una fortaleza femenina pocas veces vista en el manga y el anime contemporáneo. El reparto de acompañantes de Tanjiro no se quedan atrás, siendo Zenitsu un alivio cómico a prueba de fallas e Inosuke el añadido de adrenalina que necesita la serie para estar perfectamente condimentada.
La cultura japonesa
Kimetsu no yaiba tiene un gran atractivo y es que, a pesar de ser un anime con elementos de fantasía, está imbuido con cultura japonesa, desde los Haori -los abrigos que usan los personajes-, hasta los pendientes hanafuda -los pendientes del protagonista Tanjiro inspirados en un juego de cartas oriental-.
Incluso los nombres y técnicas de los personajes hacen referencia a términos y conceptos del folklore japonés por lo cual la serie cuenta con un atractivo didáctico muy atrapante. Además de los elementos habituales que se frecuentan en otros animes como la comida o escenarios, esta serie es ideal para los iniciados en la animación asiática y también para los que quieren aprender más sobre la tierra del sol naciente.
Un éxito rotundo
Hoy en día el anime ya no es para pocos y Kimetsu no Yaiba está de moda. La serie ha hecho historia en Japón superando inclusive las ganancias del histórico estreno de El viaje de Chihiro del mítico estudio Ghibli. No solamente eso sino que conquistó el mundo estrenando parte de su tercera temporada en cines de manera global siendo Argentina también parte de este inédito evento a principios del 2023.
Actualmente lidera en ventas tanto en oriente como en occidente; y no solo su versión manga, sino que su anime goza de una viral visibilidad que la convirtió en el nuevo embajador mundial del anime. Lo que significa que es una pieza animada imposible de ignorar si querés estar dentro de la conversación del anime actual.
Kimetsu no Yaiba está disponible en Netflix.