La chica de Oslo es una de las series que marcan tendencia por estos días en Netflix. Esta ficción de suspenso político hablada en hebreo y noruego ofrece una interesante reflexión sobre el fenómeno del terrorismo. Su sinopsis oficial reza: “Cuando secuestran a su hija, una diplomática noruega viaja a Oriente Medio decidida a liberarla con la ayuda de unos viejos amigos”. Pues bien, muchos se preguntan si esta tira televisiva está basada en hechos reales.
La respuesta a esa pregunta no es tan definitiva, ya que según reporta The Cinemaholic, la trama de ese programa está basada parcialmente en una historia verídica y los creadores Kyrre Holm Johannessen y Ronit Weiss-Berkowitz han decidido añadirle varios elementos dramáticos al relato.
Y es que el “Acuerdo de Oslo de 1993” sí ocurrió. Tal negociación fue un proceso de paz entre el Gobierno de Israel y la Organización de Liberación de Palestina que fue mediado por las Naciones Unidas. El acuerdo se firmó en los patios de la Casa Blanca, en Washington, y prometía a los palestinos su libertad para mayo de 1999.
Sin embargo, dicho pacto no fue cumplido y en marzo de 2013 salieron a la luz informes en diferentes medios que indicaban que un ciudadano noruego y otro israelí habían sido secuestrados por ISIS. Lo que al parecer ocurrió es que mientras viajaban a Dahab (Egipto), su vehículo fue interceptado por militares beduinos.
El ciudadano nórdico era Ingvild Selvik Ask, un pediatra de 31 años. Así que los árabes aprovecharon para pedir la liberación de los miembros de su tribu de las cárceles de Israel. Finalmente, ambos rehenes fueron liberados por los jefes de esa milicia.
De cualquier manera, lo más elogiado de La chica de Oslo es que los factores políticos que cobran protagonismo en la serie parecen bastante realistas.