Los pogos de los recitales no suelen ser tranquilos: las hormonas se desatan, un montón de cuerpos sudados van directo al choque, las trompadas y patadas vuelan a mansalva, y las valientes personas que se animan a ingresar siempre corren…
Los pogos de los recitales no suelen ser tranquilos: las hormonas se desatan, un montón de cuerpos sudados van directo al choque, las trompadas y patadas vuelan a mansalva, y las valientes personas que se animan a ingresar siempre corren…