Una obra de Martín Flores Cárdenas, autor y director de la escena local que es preciso conocer. Entre sus últimos trabajos figuran Mujer armada hombre dormido , seleccionada en la Fiesta Nacional del Teatro y Matar Cansa, un texto de Santiago Loza nominado a mejor unipersonal en los Premios Florencio Sánchez.
En su trayectoria siempre hay una mirada díscola de la convención, un revés del relato visible.
Entonces bailemos indaga en los bemoles del amor o cómo salir ileso de su caída sin red. Por amar de más o de menos, por aburrimiento, por miedo, porque sí.
Porque si no nos une el amor, será el espanto.
Las transformaciones del deseo y su devenir en escena. ¿Acaso no amamos porque primero vimos cómo se ama en películas, novelas, canciones que describen cómo hacerlo?
Cárdenas expone la crudeza interminable de sus posibilidades.
Lejos de una interpretación naif articula historias al ritmo desparejo del Folk Rock que ejecuta en vivo la guitarra de Julián Rodríguez Rona.
Un atisbo de botas texanas y estética cowboy vuelve a los personajes errantes, como en una road movie en un viaje sin destino por eso que se dice amor.
Florencia Bergallo, Laura Lopez Moyano, Marcelo Mininno y Javier Pedersoli conducen la trama de relatos que van y vienen alrededor de un colchón que los empuja a un sinfín de representaciones.
Son cuatro actores brillantes, intensos que dan cuerpo y voz a personajes que difícilmente se olviden.
¡Otra! mismos actores, mismo vestuario, mismas caras. Historias distintas, vínculos contraídos, desenlaces posibles.
Lo más parecido a la experiencia amorosa fuera de la ficción, la contundencia de la incertidumbre y la carne sin maquillaje.
La puesta en escena es clave, un escenario vacío iluminado por la luz de tubos blancos alumbran una cama que evidencia las marcas curtidas de esos cuerpos.
Un dispositivo escénico de enorme potencia que revela y contiene todo lo que con palabras no se dice.
Otro dato clave es su dinámica coreográfica y es que al ritmo ralentizado del Folk los personajes se desarman, encastran y deambulan por el espacio.
Entonces bailemos trabaja con la incapacidad de construir una trama coherente acerca del fenómeno amoroso, posibilitando imaginar y reconocernos en alguna de esas formas inconexas de relación con otro.
Porque si hay un lenguaje que no alcanza para describir los efectos del amor y sus vuelcos estrepitosos, entonces mejor bailemos.
Entonces Bailemos
Teatro: El Camarín de las Musas, Mario bravo 960. Sábados 23 horas