Hay una sala del Cervantes que hay que buscar. Nadie te la indica: tenés que seguir a la gente, seguir las voces. Llegás casi por casualidad, como a la vida, como a la muerte. “Nacemos porque sí, morimos porque sí”. En el medio hacemos cosas, y les inventamos un sentido: Todo tendría sentido si no existiera la muerte, tituló al revés Mariano Tenconi Blanco a su obra anterior.
Vuelve con nuevas palabras, hablando, sobre el final, de lo mismo: el fin de esto que es la vida. La vida, que en algún momento empieza y en algún momento empezó. Es cierto, es un hecho extraordinario el que nos puso justo a la vez, aquí y ahora: La vida extraordinaria.
Casi como un acto de serendipia, en una obra que por momentos indica explícitamente sobre su contenido –hola, soy una obra que quiere reflexionar sobre los Grandes Temas–, nos encontramos entre dos historias pequeñas, en apariencia poco extraordinarias, con esa verdadera fuente de aristas silenciosas para (re)pensar(nos). Dos actuaciones afinadísimas, amalgamadas, girando en espiral, dicen sobre el lugar de las mujeres en Argentina, la maternidad, el acceso a la vida. Dicen sin decir, sobre el lugar del arte y de los libros en nuestra gente: se corporeiza un corpus textual claro y otro borroso, entre lecturas amplificadas en voz alta, y referencias más silenciosas, puestas en las bocas de las dos amigas-personajes: Blanca Fierro y Aurora Cruz. Dicen sin decir, dicen con sus cuerpos, dicen de los instrumentos que suenan acompañando las escenas, de la música puesta en escena. Dicen y buscan, buscan y encuentran: instrumentadoras de la emoción y la risa, nos conmueven, nos mueven con ellas.
Una obra que habla de lo más impresionante del mundo (la vida) y de lo menos trascendental (una historia de dos amigas de Ushuaia), encuentra una síntesis que como todo buen teatro no deja de intrigar, entretener, y a la vez, tampoco deja de recordar el mundo que vivimos. Al mal tiempo, buena cara. La vida extraordinaria es una revalorización de la amistad, un frente a todos los enemigos que nos rodean.
*
La vida extraordinaria, dirigida por Mariano Tenconi Blanco, puede verse en el Teatro Nacional Cervantes (Libertad 815, CABA) de jueves a domingo a las 21hs, hasta el 23/09. Actúan Valeria Lois y Lorena Vega, con voz en off de Cecilia Roth. Más información.