Los Miedos es un espectáculo teatral improvisado. En escena se encuentran actores, músicos, iluminador y director de la obra. Nada está planeado. No hay guion ni personajes asignados y no se sabe hacia dónde va la narración. Y, sin embargo, lo que emerge en cada función es sinceramente genial. En Los Miedos se conjuga el vértigo y la belleza, la vulnerabilidad y el humor, la aceptación de las posibilidades y la sanación.
Con un elenco de seres del bien (Sofia Brihet, Guido Perez Orue, Javier Rotger, Guido Fisz, Debora Nishimoto, Camila Peralta, Valentina Rata Zelaya, María Soldi y Max Suen) la escenografía de Gina Mantegna, la iluminación de Santiago Tauzin y la dirección de Ale Gigena, cada función está preparada para que los miedos nos guíen y nos lleven hacia lugares hermosos.
¿Por qué se llama Los Miedos el espectáculo?
El nombre lo sugirió alguien del elenco, que no recordamos quién fue. Siento que el miedo está siempre en cada función, tratamos de habitarlo con mucha alegría para que el hecho artístico aparezca.
¿Cómo surgió la idea?
Quiero compartir lo que sucede como evento, como suceso, en las clases de actuación. Una alumna me dijo en una clase: hoy no participé y me sentí adentro todo el tiempo. Quise hacer algo para que el público atraviese esa misma sensación. Los Miedos tiene condimentos similares a las clases de actuación.
¿Y cómo se arman las escenas?
Surgen de todas esas zonas que uno cree de imposibilidades, de que no va a llegar a ningún lado. Trabajamos con el mostrar/ocultar. Cuando uno quiere ocultar algo, eso que no quiere mostrar, es lo que más se ve. En las clases y en Los miedos, se propone mostrar eso como un acto generoso para el otro. Y ahí aparece la empatía por los miedos, por las vergüenzas, por los estados vulnerables, por la incomodidad. A través de esa empatía empieza a aparecer el material.
Hay un trabajo muy honesto, ¿desde dónde trabajan esta sinceridad?
La honestidad va de la mano de no buscar el éxito, de trabajar con los errores, con los deseos, con las ideas del otro, con algo muy genuino. Si buscamos hacer cosas exitosas, ahí puede decaer la obra. En Los Miedos nosotros decimos: “lo que se disfruta es por el tiempo de permanencia del goce en la prueba, y no por la virtuosidad de la persona haciendo eso”.
¿Qué sentís que se genera al trabajar de esta forma?
Uno ve las cosas con mayor liviandad. Y, cuando uno se ve con liviandad, puede ofrecer eso de manera generosa. Lo interesante o lo que el otro ve como de calidad, puede que surja de ese registro personal. También ocurren cosas muy sanadoras porque se trabaja con cómo cada uno está. Eso deja de ser personal para estar vinculado con el trabajo. Lo personal se vuelve artístico y es sanador.
¿Cómo trabajan las improvisaciones, tienen personajes pre-establecidos?
No nos queremos acercar a la idea de personaje sino a lo que uno puede repetir con eso que ya conoce. Por ejemplo, una de las actrices habla en japonés y yo sé que puedo pedirle eso. Lo mismo con otro de los actores, Max, que yo sé que puedo pedirle que invente una canción. Es saber lo que cada uno puede hacer para ampliarlo y encontrarse con nuevas cosas. Se repiten formas no personajes. Yo decido en función a los impulsos que van teniendo los artistas.
¿Cómo entendés tu rol de director?
Parte de mi trabajo es hacer que el artista se encuentre con el material que tiene. Siento que hay una diferencia entre lo que uno es y lo que uno quiere ser. Uno cree que puede poco. Verse a uno mismo con sus propias herramientas y ampliarlas es amigarse con lo que puede cada uno. Para mí, los músicos o actores son como piezas, engranajes. Cada uno tiene eso que puede que va encajando con lo que puede el otro para hacer algo colectivo. Soy como un operador de sonido. No siento que nadie se vaya a ofender si le bajo o le subo la palanquita porque es un trabajo colectivo.
¿Cómo afectó la pandemia a Los Miedos?
Este año iba a ser la tercera temporada de Los Miedos pero todo cambió. Por lo pronto, ahora vamos a subir una función filmada, que se puede ver a través de Alternativa Teatral. Yo siento que el año está prácticamente perdido para lo teatral. Tenemos como proyecto darle una forma audiovisual a Los Miedos, potenciar el formato teatral con lo audiovisual. Gracias a Guillermo Saredo (cineasta) y a su equipo de trabajo pudieron encontrar anclaje entre dos lenguajes, lo teatral y lo audiovisual. Es difícil disfrutar de una obra filmada, no ocurre lo mismo en la función que hicimos con la edición que logró Guille. Tenemos planes de seguir por este camino, combinando los dos lenguajes y poder subir más material.
Los Miedos, dirigida por Ale Gigena, tendrá una función virtual este viernes 29 de mayo a las 20h. Podrá verse por Alternativa Teatral hasta el 5 de junio.