Es el sueño de todo cazador de gangas. Hace varios años, una mujer de Nueva York compró varios platos de cerámica en una tienda del Ejército de Salvación por 8 dólares, para luego descubrir que en realidad eran piezas artísticas nada más y nada menos que del talentoso Pablo Picasso. Los vendió por más de 40,000 dólares.
Nancy Cavaliere contó su golpe de buena suerte a través de la red social Instagram. El post obtuvo más de 2 mil likes y se viralizó. “Decorando mi alquiler en Nueva York con las mejores piezas vintage de segunda mano y DIY? Reina del thrift. Fashionista. Mamá cool. Virgo sarcástica. Coleccionista de TODO”, describe en su cuenta, la cual cuenta con más de 25 mil seguidores.
La influencer recordó que era el verano de 2017 cuando se detuvo en una tienda local del Ejército de Salvación mientras volvía del trabajo. Al principio, nada le llamó la atención. “No veo nada. Casi me voy”, dijo. Pero tras otro vistazo en el pasillo de la loza, vio cuatro platos negros con caras geométricas pintadas a mano que costaban 1.99 dólares cada uno. “Iba a comprarlos para hacer una decoración de mesa”, agregó.
Al realizar la compra y luego de algunas búsquedas en línea, se dio cuenta de que tenía algo mucho más valioso en sus manos. Resultó que los supuestos elementos de cocina pertenecían a la serie “Visage Noir” de cerámicas pintadas a mano del visionario grabador, producida en un taller de alfarería en la ciudad sureña francesa de Madoura en la década de 1940.
“Cuando les digo que busqué este conjunto en Google… y vi cuánto valían y casi lloré, me desmayé y me hice encima, no estoy mintiendo”, expresó desconcertada.
Luego contactó a varias casas de subastas en Nueva York –Sotheby’s, Christie’s y Bonhams, entre otras- para autentificar y tasar las piezas de arte. Le dijeron que cada una tenía un costo que rondaba los $3,000 y $5,000.
Al año siguiente, vendió tres de sus cuatro platos en Sotheby’s por aproximadamente $12,000, $13,000 y $16,000 respectivamente. “Estaba en mi oficina durante mi descanso viendo esta subasta en vivo, llorando a mares”, dijo con entusiasmo.
El cuarto plato, que lleva la firma del pintor español, lo guardó en una caja de seguridad y planea venderlo dentro de 20 años y darle el dinero a su hija, tal vez para un viaje por Europa. “Es una locura que realmente poseo algo que Picasso firmó personalmente”, concluyó.
Nancy, cuyo ojo agudo para los descuentos le sumaron una impresionante cantidad de seguidores en las redes sociales, calificó este hallazgo como “su descubrimiento más loco en una tienda de segunda mano”. Aunque no es la única vez que fue una gran afortunada: hace unos años, compró un mono de Alexander McQueen en una feria de ropa por $20 y terminó vendiéndolo por más de $8,000, según contó a Newsweek.