La Nouvelle Vague o Nueva Ola Francesa fue uno de los movimientos más transformadores del cine. Surgido a mediados del siglo XX, nació de la mano de un grupo de críticos que devinieron en cineastas, de jóvenes entusiastas del séptimo arte y de la teoría del autor, que cambiaría al cine moderno para siempre. A continuación, las tres mejores películas de la Nouvelle Vague.
3. Sin aliento
1960 - Dir. Jean-Luc Godard
Esta es la ópera prima del director francés y una de las películas más citadas y populares de la Nouvelle Vague. Protagonizada por Jean-Paul Belmondo y Jean Seberg, narra la historia de un delincuente y su amiga Patricia, entre quienes existe una tensión sexual. El tiempo transcurre entre conversaciones, huidas de la policía y una visión pesimista frente a un mundo moderno. Esa modernidad también se refleja en el relato, que se opone radicalmente a las narrativas clásicas para centrarse en los personajes, sus pensamientos, miedos y pasiones.
2. Los 400 golpes
1959 - Dir. François Truffaut
En este film de corte autobiográfico, el gran director retrata la dura infancia de un niño inadaptado al sistema escolar y a la institución familiar, que bordea los límites del crimen. En un relato crudo, costumbrista y realista, la película refleja la herencia del Neorrealismo italiano y marca la primera colaboración de Truffaut con Jean-Pierre Léaud, actor que integraría gran parte de su filmografía. Con características que recuerdan a la novela El juguete rabioso de Roberto Arlt, esta historia se sitúa en el mundo urbano y presenta el punto de vista de un niño solo frente a una sociedad indiferente y a instituciones incapaces de contenerlo.
1. Hiroshima, mon amour
1959 - Dir. Alain Resnais
Esta es una de las películas más representativas del movimiento. Con una extensa introducción que combina poesía y cine, belleza y experimentación, este film —con guion de la escritora Marguerite Duras— narra una historia de amor efímero entre dos personas distantes en el mundo y en la vida, una relación pasional que nace condenada a morir. La película también aborda los flagelos de la Segunda Guerra Mundial, las consecuencias sufridas en Hiroshima y reflexiona sobre la individualidad, el amor y la pasión.