Las ciudades pueden convertirse en un personaje más dentro del cine. Mientras que Nueva York es una de las locaciones predilectas en cientos de películas —muchas veces vinculada a la historia y personalidad de los protagonistas—, Nápoles también ha sido elegida por numerosos cineastas para narrar historias biográficas, románticas o incluso de crudo realismo.
A continuación, presentamos tres películas que transcurren en Nápoles y muestran la ciudad desde diferentes épocas y perspectivas. En estos films, una de las urbes más antiguas de Italia adquiere un fuerte poder semiótico, además de una determinación que se conecta con su ubicación geográfica, su pasado histórico y los flagelos que la han golpeado durante décadas.
Fue la mano de Dios
2021 - Dir: Paolo Sorrentino
Paolo Sorrentino convierte a Nápoles en un personaje fundamental en muchas de sus películas. En esta cinta semi-autobiográfica, el director reflexiona sobre su tierra natal, el amor por el fútbol, la figura de Maradona como ídolo popular y, a bordo de una Vespa, nos invita a recorrer los rincones más bellos, recónditos y surrealistas que marcan la vida de Fabietto, el protagonista de esta historia. En Parthenope (2024), Sorrentino vuelve a situar el eje narrativo en Nápoles y en los orígenes de la ciudad.
Leé nuestra crítica de Fue la mano de Dios en esta nota.
Gomorra
2008 - Dir: Matteo Garrone
El film, basado en la novela homónima de Roberto Saviano, se inspira en hechos reales y aborda los flagelos sociales provocados por la mafia napolitana, conocida como la Camorra. En esta producción galardonada en Cannes, Nápoles se muestra con crudeza a través de cinco historias marcadas por la violencia. La belleza de la ciudad italiana queda relegada para dar lugar a una representación realista de las zonas más golpeadas por el crimen, los espacios periféricos y una juventud cuyo ideal es convertirse en líderes mafiosos.
Matrimonio a la italiana
1964 - Dir: Vittorio De Sica
Este clásico de Vittorio De Sica, protagonizado por Sophia Loren y Marcello Mastroianni, está ambientado en Nápoles durante la Segunda Guerra Mundial, donde una mujer debe ganarse la vida como prostituta hasta que un hombre decide llevarla a vivir con él. Entre enredos amorosos, comportamientos tóxicos y la dependencia mutua, se desarrolla una historia que desafía el ideal del amor romántico, con una marcada presencia del espacio urbano, una característica heredada del Neorrealismo italiano y también influida por la coyuntura y el carácter de los napolitanos.