El cine de David Fincher es uno de los más interesantes de explorar si nos situamos en el Hollywood de los últimos 20 años. El director es el responsable de grandes clásicos modernos como El club de la pelea y Zodiac y ha logrado crear un universo policial y del thriller tan propios que lo posiciona entre los mejores autores de la actualidad. Además, lejos de acudir al fetichismo de actores y actrices, Fincher ha trabajado con un amplio abanico de intérpretes.
Su carrera comenzó ligada a la industria del videoclip, habiendo dirigido hitos como “Vogue” de Madonna, “Freedom ’90” de George Michael o “Who Is It” de Michael Jackson. Poco a poco se fue alejando de este mundo para dedicarse al cine y así nacieron sus más grandes obras que se destacaron durante fines de los 90 y principios de los 2000.
Para descubrir este director, Netflix ofrece una serie de películas con su firma que representan sus comienzos, un viraje en su carrera y su actualidad. A continuación, tres películas de David Fincher que podemos encontrar en la plataforma y que se encuentran entre las mejores de su filmografía.
Gone Girl – 2014
El drama protagonizado por Ben Affleck contempla un interesante juego con los supuestos, las apariencias y muchas claves tradicionales del policial. Estrenada en 2014 y basada en la novela homónima de Gillian Flynn, la película se convirtió en un verdadero triunfo ya que una de sus claves es mantener la incertidumbre y sostener la tensión con éxito hasta el final y ofrecer un interesante viraje en los hechos.
Más sobre Gone Girl en esta nota.
The Game – 1997
Esta es una de las primeras películas de Fincher, en la que Michael Douglas y Sean Penn encabezan el elenco, y pone como potencia principal de la trama el juego entre realidad y ficción, una de las temáticas más exploradas en el cine del director. El misterio y el thriller son componentes clave para este film que plantea los recovecos de la mente humana como una infinidad de posibilidades.
Mank – 2020
Este es definitivamente uno de los films más singulares de toda la filmografía de Fincher. Por un lado, elige pegarse a la estética y la maestría de Orson Welles en Ciudadano Kane, en claro homenaje al film ya que cuenta una versión de la historia de cómo fue creado el guion de esta película.
Para Mank, Fincher no solo deja de lado su autoría en muchos aspectos para intentar imitar y/o homenajear la de Welles (recurriendo por ejemplo al uso del blanco y negro), sino que decide ingresar en un drama contundente, basado en hechos reales y contar las profundidades de un personaje atormentado interpretado de una manera brillante por Gary Oldman.