Mi pobre angelito es un verdadero clásico del cine familiar de los 90. El film protagonizado por Macaulay Culkin cuenta la historia de un niño que se queda solo en casa luego de que sus padres lo olviden y debe enfrentarse a una dupla de ladrones en plena época de Navidad.
Este film tuvo una secuela titulada Mi pobre angelito 2: Perdido en Nueva York que mantuvo el mismo formato de comedia y acción aunque con nuevas aventuras entre Kevin McCallister y los ladrones Harry y Marv (interpretados por Daniel Stern y Joe Pesci, respectivamente).
Desde Far Out analizaron minuciosamente esta secuela para descubrir cuántos delitos comete el niño durante el film. Aquello que es presentado como episodios de comedia y riesgos que toma el protagonista para librarse de sus rivales, en realidad son delitos especificados por la ley que podrían haberlo metido en serios problemas.
1. Vouyerismo
Al comienzo de la película, Kevin graba al tío Frank mientras está en la ducha, lo cual está calificado como vouyerismo.
2. Compra de pirotecnia siendo menor
Un comerciante le vende pirotecnia a Kevin siendo que aún no tiene edad de adquirirla, por lo que está violando el Reglamento (de seguridad) de artículos pirotécnicos de 2015 y la Ley de explosivos de 1875.
3. Agresión
Según la Sección 9 de la Ley de Justicia Penal de 1988, Kevin puede ser procesado por agresión contra su hermano Buzz, a quien empuja en la iglesia provocando varias caídas, incluso la del pianista del acto.
4. Daños corporales graves y premeditados contra los ladrones
A través de toda la película, el personaje de Culkin intenta infligir daños corporales graves contra los ladrones. Además, la mayoría son premeditados, lo que está penado por la ley.
Si se analizaran los actos de Kevin por fuera de la ficción, estaría incurriendo en diversos delitos que no podrían pasar desapercibidos para la ley.