Citizen Kane (1941) -o Ciudadano Kane, como ha sido conocida en español-, suele nombrarse como la mejor película de la historia. Los más especializados críticos la definen como una verdadera obra maestra y casi no se encuentran personas que debatan esta noción. Así, entre las páginas dedicadas al cine, la película de Orson Welles figura en los primeros lugares de los rankings.
Sin embargo, solo basta una crítica negativa para derribar al monstruo cinematográfico y fue esto lo que sucedió en Rotten Tomatoes. La película contaba con un perfecto puntaje de 100% derivado de 115 reviews positivas hasta que la página subió una crítica negativa que data de 80 años atrás. Esto ocasionó que su puntaje ahora sea de 99% y perdiera su lugar en el podio.
La crítica proviene del medio Chicago Tribune y algunas de las apreciaciones que comparte plantean: “Es interesante, es diferente. De hecho es lo suficientemente bizarra para convertirse en una pieza de museo. Pero su sacrificio de simplicidad sobre la excentricidad la hace carecer de distinción y valor general de entretenimiento”. Además, agregan que la película “falla en impresionar a la prensa como la mejor película de todos los tiempos”.
Sin dudas, la perspectiva y el paso del tiempo suman a las obras de arte un reconocimiento que supera al de su época -la mayoría de las veces-. Posiblemente, la calidad de Ciudadano Kane es algo que, como espectadores actuales, no nos frenaríamos ni a cuestionar. Lo cierto es que la valorización de esta pieza cinematográfica como fundante en varios aspectos técnicos y narrativos es un tema sobre el que existe un acuerdo bastante general.
Recientemente, el universo de Ciudadano Kane fue revisitado por la película Mank, que fue la más nominada en esta reciente edición de los premios Oscar. Este film de David Fincher cuenta la historia de cómo se concibió el guion de la legendaria película, haciendo alusión a la polémica de su autoría y revelando una versión sobre cómo fue la caótica creación de esta obra maestra.
Gary Oldman fue el encargado de encarnar a Herman J. Mankiewicz, el escritor de la película, un transgresor artista renegado de las lógicas de los primeros años de Hollywood, sus estudios y viviendo bajo los efectos del alcohol y las contradicciones de la industria.