Wim Wenders estrenó meses atrás Perfect Days, cinta que compitió en los premios de la Academia en la categoría Mejor película internacional y en la sección oficial del Festival de Cannes de 2023. Esta co-producción entre Japón y Alemania se trata de un film tan minimalista como sensible que realza aspectos de la vida cotidiana comúnmente vapuleados.
El trabajo, la rutina y la austeridad suelen ser puntos de los que gran parte de la sociedad reniega. En un mundo signado por el consumismo voraz, el deber del progreso, el exitismo, la imposición de la juventud y la productividad como valores máximos para el ser humano, el protagonista de Perfect Days va a contramano de estos postulados.
Este hombre (interpretado por Koji Yakusho) se posiciona en contra de las supuestas recetas para ser feliz, pero no desde una postura rebelde sino más bien desde una actitud genuina y de contemplación de la vida con un disfrute tanto en el ocio como en la responsabilidad.
Un personaje que no se queja de su realidad
El film nos invita a vivir el día a día de un trabajador de mediana edad que se dedica a limpiar baños públicos en Tokio. Todos los días se levanta al alba en su pequeño departamento, compra café industrial desde una máquina expendedora y se sube a su furgoneta en la que escucha casetes con una fina selección musical: Lou Reed, The Animals, Otis Redding, The Velvet Underground, Nina Simone, entre otros.
La clave del relato está en la repetición, algo que no sorprende a ningún trabajador. Sin embargo, lo que sí sorprende es que el personaje no manifiesta hastío ni sufre la austeridad de su hogar y sus pertenencias. Es clave el oficio que Wenders eligió para su personaje, el cual desempeña de manera más que meticulosa y comprometida.
En sus recesos laborales, el protagonista almuerza en un banco de plaza, mira con una sonrisa las copas de los árboles, toma fotos y busca esquejes de plantas para llevar a su hogar. Hacia el final del día, va a cenar a un bar céntrico donde lo premian con cortesías reconociendo su trabajo. Luego llega a su hogar, se acuesta a leer un libro y se duerme.
Un hombre común que no detesta la rutina
Esta es la vida del personaje principal de Perfect Days, un hombre ordinario pero que sale de lo común por no detestar su rutina. El film está lejos de ensayar una romantización del trabajo y nos da a entender que no estamos frente a un carácter automatizado que responde de manera ciega a la picadora de carne que puede ser el sistema.
Lo nuevo del director alemán plantea una forma alternativa de vivir la vida. Poco sabemos de él y su pasado -que irrumpirá en un momento del film-, pero es el presente el que encierra la potencia narrativa: cada día que sucede y cada día que empieza, aunque no vayamos a encontrarnos con ningún suceso extraordinario.
Hay felicidad en lo ordinario
Perfect Days se suma a la larga lista de películas en las que el trabajo es central en el relato como Paterson de Jim Jarmusch, Sorry, We Missed You de Ken Loach, Minari de Lee Isaac Chung y más. En cada una de ellas, el trabajo adquiere diferentes dimensiones. El film de Wenders prueba que la forma es determinante.
El mismo personaje y la misma historia podrían ser narrados desde el hartazgo, la explotación, el deseo del progreso y la frustración. Pero Perfect Days nos sumerge en el mundo más cotidiano y ordinario posible, anunciando ya desde el título que el regocijo puede encontrarse en la repetición, la intimidad y el compromiso con lo propio.
Días perfectos estará disponible en Mubi desde el 12 de abril.