Bill Murray es uno de los grandes actores de comedia de Hollywood. El protagonista de exitosas películas como Los Cazafantasmas, Perdidos en Tokio, La vida acuática y más es conocido por su peculiar forma de hacer humor, sosteniendo una expresión amarga y prescindiendo de grandes despliegues físicos.
Su camino en la comedia comenzó con la improvisación en Second City (Chicago). Si bien su ingreso al mundo del cine lo llevó a ceñirse a guiones y órdenes de los directores, nunca dejó de lado su costado de improvisación, logrando que algunos segmentos que nacieron desde la espontaneidad sean los elegidos para el corte final.
La escena improvisada que quedó en el recuerdo
Una de las escenas más divertidas de El día de la marmota surgió por improvisación. En la película de 1993, el actor interpreta a Phil, un reportero que viaja para cubrir el evento que da nombre al film y queda atrapado en un loop, viviendo siempre el mismo día. Así, los sucesos se repiten a la misma hora y en el mismo lugar, aunque él comienza a modificar sus acciones.
Uno de los eventos que tienen lugar en este mismo día es el encuentro de Phil con Ned, un viejo amigo. Al encontrarse, Ned lo detiene haciéndole diferentes preguntas. Sin embargo, el poder de improvisación de Murray lo llevó a cambiar una escena y darle una vuelta de tuerca, logrando el resultado que hoy en día conocemos.
Phil decide ser más efusivo que Ned, darle un abrazo sostenido y pedirle que cancele sus compromisos para pasar tiempo juntos. De esta forma, consigue librarse del pesado amigo de su pasado. Esta escena fue obra de la improvisación de Murray, la cual fascinó al director, Harold Ramis, quien decidió conservarla en el corte final.