La semana pasada llegó a los cines La casa Gucci. Mientras la crítica ha apuntado negativamente sobre la trama pero positivamente sobre el elenco y las actuaciones, ahora Ridley Scott, el director del film, ha recibido ataques de parte de los herederos de Gucci, quienes publicaron un comunicado oficial en repudio de la película.
El film relata la red de traiciones que se tejió durante los años 70 y 80 dentro de la empresa familiar y Patrizia Reggiani es la gran protagonista de la infamia y el crimen dentro del entramado. Ante esto, los Gucci escribieron (vía Variety): “A pesar de la afirmación de que la obra busca contar la ‘historia real’ de la familia… la película transmite una narrativa que es todo menos precisa”.
Justamente, una de las críticas más fuerte que hizo la familia fue la de la construcción del personaje de Aldo Gucci, que está interpretado por Al Pacino: “La producción de la película no se molestó en consultar a los herederos antes de describir a Aldo Gucci, presidente de la compañía durante 30 años, y a los miembros de la familia Gucci como matones, ignorantes e insensibles al mundo que los rodeaba”.
Frente a los dichos de la familia, Scott no se quedó callado y en diálogo como Total Film decidió responder. Con respecto a la crítica sobre Aldo, Scott expresó: “Francamente, ¿Quién podría representarlo mejor que Al Pacino? Discúlpenme, tuvieron probablemente a los mejores actores del mundo, deberían estar agradecidos”.
Otro de los aspectos que fue criticado por la familia fue la apariencia de Jared Leto como Paolo Gucci. Si bien los herederos expresaron que no se parecen en nada, Scott aseguró que así es exactamente como se veía Paolo en las pocas fotos que se conocen de él: “Encontramos las fotos y Jared se vistió de la misma forma que Paolo se vestía”.
Finalmente, la familia Gucci describió al desarrollo del film como “extremadamente doloroso desde un punto de vista humano y un insulto al legado sobre el que se construye la marca en la actualidad”. Por su parte, el famoso director de Alien reveló que la familia se había comunicado de manera “alarmantemente insultante”.