Wes Anderson es un sello en sí mismo. El director comenzó a hacer películas a finales de los 90 y llegando al día de hoy ha ganado una gran popularidad y respeto en el séptimo arte. Principalmente se destaca por una estética inconfundible, que ya ha sido materia de imitación para varios cineastas y por historias tan simpáticas como amargas.
Como es común ver en el cine de autor, Anderson tiene una interesante lista de actores y actrices fetiche. Sin dudas, el más patente es Bill Murray, quien actúa en todas sus películas, a excepción de Bottle Rocket. Owen Wilson, quien también ha colaborado como guionista en varios títulos, es asimismo uno de sus actores predilectos. Anjelica Huston, Willem Dafoe, Jason Schwartzman, Tilda Swinton y Luke Wilson son otras caras que solemos ver en los films del director.
El cineasta compone un mundo propio, creando una atmósfera única que nos hace sentir que estamos en algún tipo de realidad paralela. Esto lo logra con un abanico de herramientas que con el paso del tiempo ha ido perfeccionando y también llevando al extremo. Las paletas de colores limitadas es uno de los puntos claves de su estética, porque de esa manera suscribe el mundo de cada film a una cierta cantidad de colores y tonalidades. Además, la constante recurrencia al absurdo en el comportamiento de sus personajes y también en las historias que se narran; ejemplo de esto son Vida acuática y El fantástico Sr. Zorro.
También hay en el cine de Anderson una gran cuota de infantilidad, una mirada naif de la vida que hace parecer a todo un juego, donde la moral pocas veces se interpone y las consecuencias de los actos son también parte de un sistema de reglas alternativo, algo que se ve muy claramente en Rushmore. Por último, la obsesión por la simetría, algo que se intensificó en la segunda mitad de su carrera, también coopera para crear este mundo que parece de cartón, y así nos hace ingresar en una pintura, en un arresto de perfección que lejos está de la realidad.
Anderson ocupa un espacio ambiguo en el canon actual. Entre las audiencias tiene un lugar decididamente ganado, tanto entre aquellos cinéfilos y cinéfilas más cercanos a lo alternativo como entre círculos más ligados a lo mainstream. En el ámbito de la crítica, el estadounidense despierta sensaciones encontradas. Si bien parece nunca ingresar al canon también se lo tilda de sobrevalorado. Lo cierto es que el director ha logrado hacer honor al concepto de cine de autor actual aunque posiblemente una mirada macro y conceptual sobre su obra puede develarnos ciertos aspectos reprochables.
Mientras esperamos el estreno de su décima película, The French Dispatch, repasamos su filmografía, rankeando sus películas de la peor a la mejor:
9. Bottle Rocket (1996)
Los hermanos Luke y Owen Wilson protagonizan la ópera prima de Anderson. Se trata del único film en el que no vemos el planteo estético como fuerza rectora, aunque sí ya se esbozan varias características de su poética. En esta historia el robo es el punto medular y esta temática será algo que se repita en varios films del director. La comedia y los personajes ridículos también son parte de este comienzo pero aún no nos encontramos frente al director tal cual lo conocemos.
8. Isla de Perros (2018)
Esta película es la sucesora de Fantastic Mr. Fox en lo que a la apuesta de animación se refiere dentro de la filmografía de Anderson. Luego de aquel gran comienzo, la historia del niño japonés que emprende una odisea en busca de su perro nos deja con ganas de más. Si bien el universo Anderson sigue vigente, su ritmo no es tal vez el más acertado y el camino del niño carece de los elementos sorprendentes y desopilantes de muchas de sus películas.
7. Viaje a Darjeeling (2007)
En este film comandado por el acertado trío de Owen Wilson, Adrien Brody y Jason Schwartzman, Anderson vuelve a tocar el universo familiar, los resquebrajamientos dramáticos y los personajes absurdos. Siendo la India el escenario principal, la estética de Anderson toma un interesante giro. La historia de tres hermanos distanciados que se reúnen luego de un año, nos lleva en una cómica travesía poblada de divertidas peripecias.
6. El Gran Hotel Budapest (2014)
Ralph Fiennes se suma al universo Anderson para esta película que es un festival de colores pasteles. Su perfección estética hizo a esta película acreedora de cuatro premios de la Academia: Mejor diseño de vestuario, Mejor maquillaje, Mejor diseño de producción y Mejor banda sonora original, de los nueve a los que fue nominada. Nuevamente, Anderson apela a planteos más infantiles que en los de sus primeras películas y construye un universo de ensueño donde el drama tiene cada vez un lugar más secundario.
5. Rushmore (1998)
Jason Schwartzman y Bill Murray forman una dupla insuperable en la segunda película de Anderson. Murray construye con delicadeza y desfachatez un personaje que lo acompañará en una gran cantidad de títulos a lo largo de su carrera: un hombre con pocas expectativas sobre la vida, cubierto en una nostalgia que lo lleva a conductas autodestructivas y con un nihilismo subyacente. Schwartzman representa todo lo contrario, interpretando a un chico de 15 años típicamente soñador dentro del contexto escolar e intentado construir una vida que no existe para él. La comedia rige en este film, que también contó con Owen Wilson como guionista y que ha recibido críticas altamente positivas.
4. Moonrise Kingdom (2012)
Para esta película, el director vuelve a reunir un elenco de sueños, aunque esta vez el film está comandado por niños. El espíritu naif de muchas películas de Anderson aquí toma una fuerza suprema para narrar una historia signada por la ternura y en la que su trabajo estético alcanza un nivel superlativo. Este ha sido su título más celebrado de los últimos años.
3. Fantastic Mr. Fox (2009)
Este será el primer film completamente animado de Anderson en el que recurre a la técnica de stop motion. Para él cuenta con las voces de dos consagrados intérpretes de Hollywood que no volverán a aparecer en su filmografía: George Clooney y Meryl Streep. Además se destaca la aparición de Jarvis Coker y del propio Anderson. Aquí nos cuenta la organización social y la rebeldía de una comunidad de animales humanizados que viven a la par que los humanos. Entre la fantasía, la realidad y la crítica social, Anderson -en conjunto con Noah Baumbach como guionista- logra una fábula visualmente maravillosa y conceptualmente poderosa.
2. La vida acuática (2004)
El dúo Anderson-Bauchman demuestra en este film un poder tan dramático como cómico al retratar el mundo del decadente Steve Zissou. Esta vez el barco (o el submarino) está comandado por Bill Murray en un personaje tan realista en su construcción como tan fantástico en sus acciones. La paleta de colores en esta película es exquisita, con los turquesas y celestes que reinan por el ambiente marítimo y la aparición disruptiva del rojo.
1. Los excéntricos Tenenbaums (2001)
Esta película es el gran triunfo de Anderson. Para contar la historia de esta insólita familia reúne un dream team y apela a una estructura coral en la que los personajes navegan entre sus neurosis, dramas y nos entregan increíbles momentos de comedia. El guion fue creado en conjunto con Owen Wilson y aún no se observa con tanta fuerza la obsesión por simetrías y una dirección de arte plástica y artificial, pero los vestuarios de este film son realmente deliciosos, así como los escenarios y el mood general que construye con maestría.