Groundhog Day (mejor conocida por estas latitudes como Hechizo del tiempo o El día de la marmota) es una de las películas más recordadas de toda la filmografía del gran Bill Murray. Dirigida por Harold Ramis, la cinta sigue a Phil (Murray), un hombre del tiempo de una cadena de televisión que va a Punxstawnwey a cubrir la información del festival del Día de la Marmota. En el viaje de regreso, Phil y su equipo se ven sorprendidos por una tormenta que los obliga a regresar a la pequeña ciudad. A la mañana siguiente, al despertarse, comprueba atónito que comienza otra vez el Día de la Marmota.
La “explicación” que necesitaban los ejecutivos
El film, que fue un éxito tanto en taquilla como en lo que respecta a aceptación de la crítica especializada y el público en general, sirvió como la plataforma ideal para que Murray, una vez más, pudiera demostrar su talento para la comedia y le regalara a sus fans una actuación digna del recuerdo. Sin embargo, la película estuvo cerca de no materializarse debido a una explicación que las mentes detrás de la historia no querían incorporar. Según recuerda Far Out Magazine, el productor Trevor Albert admitió que los ejecutivos de Columbia Pictures se resistían mucho a la idea de que un día se repitiera sin motivo aparente.
“Alguien cuyo nombre no diré dijo: ‘¿Por qué se repite el día? ¿Por qué diablos? Me gusta, es bueno, pero no entiendo por qué se queda atrapado en este bucle”, recordó Albert en un diálogo con The Wrap. “‘¿Son los extraterrestres los que lo maldijeron o qué carajos? ¿Se cayó en algún químico extraño?'”, le preguntaron al productor. “Querían que ocurriera algún evento tangible en el primer acto que mostrara que alguien lo había hechizado. Y eso me hizo pensar: ‘Claro que no’. De ninguna manera. Eso realmente es complacer a la audiencia”.
Una exigencia que nunca se grabó
Fue la paranoia con respecto a este asunto lo que llevó a los ejecutivos de Columbia a pedirle al guionista Danny Rubin que reescribiera el libreto para incluir una razón que justificara el loop temporal. Presionado por el estudio, intentó llegar a buen puerto, pero ninguna de sus ideas, incluyendo la de un científico loco, una novia rechazada e incluso una maldición gitana, lo convenció. “Jugué con todas estas posibilidades y dije: ‘¡Es tan arbitrario! Es tan estúpido. ¿Por qué tengo que elegir?’”, comentó.
Luego, fue la productora asociada Whitney White la que ofreció una alternativa: que la película debería comenzar antes de que se establezca el bucle temporal. “Parecía una solución muy elegante para tomar una cinta que se sentía un poco indie y hacerla más accesible”, dijo Albert. “El estudio estaba encantado con ese giro de los acontecimientos. Estás haciendo que esto sea un poco más fácil de digerir para la audiencia. En última instancia, no fue un compromiso. De hecho, mejoró el guion”.
Columbia, por su parte, le bajó el pulgar a la idea. “Estábamos horrorizados por eso, pero nuestra solución fue, escribamos la escena. Se lo daremos, pero pondremos esa escena al final del rodaje y nunca la filmaremos. O si tenemos que hacerlo, no lo vamos a incluir en el producto final”, explicó Albert. “Entonces recibí la llamada. El estudio, quieren una razón. Y yo digo: ‘¿Qué, una maldición gitana o algo así?’ Y Trevor dice: ‘¡Sí! Haz eso’”, rememoró Rubin. “Estaba muy feliz de tener a Harold como aliado y a Trevor. Ambos entendieron que era una mejor idea que poner algo”. Finalmente, la escena no se filmó.