En 1929 se celebró la primera entrega de los premios Oscar, la noche más importante del cine. A lo largo de casi 100 años, la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas entregó una enorme cantidad de galardones para celebrar el trabajo de actores, actrices, directores, guionistas, montajistas, compositores, etc, pero no todos se mostraron alegres por llevarse el premio a casa. De hecho, hubo tres personas (dos actores y un guionista) que incluso rechazaron el galardón por diferentes motivos.
Asuntos sindicales y un premio que se aceptó tres años después
Según recuerda Far Out Magazine, el primero en no querer recibir el premio fue el guionista Dudley Nichols, quien en 1936 ganó la estatuilla a Mejor guion adaptado por la película The Informer pero no la aceptó en ese momento (lo hizo tres años después). ¿El motivo detrás de su decisión? Una disputa entre el Screen Writers Guild (organización de guionistas de Hollywood del cual fue fundador) y la Academia sobre asuntos sindicales.
Un rechazo anticipado por motivos filosóficos
En 1971 llegaría el segundo rechazo, esta vez de George C. Scott, quien había triunfado como Mejor actor por el film Patton. Scott había advertido a la Academia con meses de anticipación que rechazaría el premio por motivos filosóficos si ganaba, puesto que creía que cada actuación dramática era totalmente única y que la comparación con otras era tediosa e inútil.
Un mensaje de denuncia fuerte y claro contra la industria
El último rechazo llegó al poco tiempo, en 1973, cuando la Academia premió a Marlon Brando por su rol de Don Vito Corleone en la icónica película El Padrino dirigida por Francis Ford Coppola. Aquel momento fue muy recordado porque Brando no asistió a la gala y envió a la activista indígena Sacheen Littlefeather a rechazar el premio por el maltrato de la industria cinematográfica hacia los nativos americanos.