Sábado 2 de junio
Fieles como nos hemos hecho al Heineken Hidden Stage, el sábado nos hicimos a primera hora con el pase para ver a Thurston Moore.
Comenzamos el día en el escenario Ray-Ban para ver en primera fila a los madrileños Melange. Debutaron el año pasado con su disco homónimo en Discos Tere. Un LP con nada menos que 15 temas, que recorren la psicodelia, el rock progresivo o el folk rock. Se sienten cómodos con registros muy variados, de ahí quizá su nombre. Mario Zamora (sintetizadores y teclados), Daniel Fernández (bajo y voz), Miguel Rosón (guitarra) y Adrián Ceballos (batería) son los cuatro componentes de esta banda con mucho talento y seguro mucho que decir. Te pueden transportar al lejano oeste con temas como “Saquesufáh“, o te pueden trasladar al epicentro de la psicodelia con “La montaña“.
Pasamos después por el Pitchfork para ver a Museless. Laura Llopart es el alma de este proyecto electrónico cuya puesta en escena incluyó a dos bailarinas algo desconcertantes. Al bolo le sobró algún decibelio y no convenció. Los autralianos Pond llenaron a primeras horas de la tarde el escenario Mango. Nick Allbrook, líder de la banda, se dio un buen baño de masas. Los de Perth, hermanos pequeños de Tame Impala, cuentan ya con 7 álbumes en su haber. Resultaron correctos como siempre.
Se aproximaba la hora de reunirnos con su majestad Thurston Moore. El que fuera uno de los pilares fundamentales de Sonic Youth nos dio una clase magistral de cómo hacer maravillas con una guitarra acústica. El Heineken Hidden Stage se postuló como el lugar ideal para ver su actuación. Cuanto más cerca lo tengas, mejor. Es clave ver cómo mueve los dedos por las cuerdas. Pura magia. Visuales interplanetarios y una forma de tocar que también parece de otro mundo. No importa la cantidad de veces que lo veamos, siempre queremos más. Por supuesto tocó “Speak To The Wild“, pieza clave de su anterior LP, The Best Day (2014, Matador Records). También algún tema de su genial nuevo trabajo, Rock n Roll Consciousness (2017, Music As Usual), como Aprhodite. Precisamente con ese tema desplegó su habitual trance sonoro agitando la guitarra. Un bucle de más de 10 minutos que nos dejó sin aliento.
Tras Thurston ya podíamos estar satisfechos para el resto del día. Fue un buen momento para mudarnos por unas horas a los escenarios Heineken y Mango, para ver a los otros grandes nombres de la jornada. El septuagenario Van Morrison, leyenda viva del folk y el blues, ha perdido algo de fuelle pero por algo se le llamaba El León de Belfast. En su largo setlist tuvo tiempo de repasar su dilatada carrera, cerrando con el mítico “Gloria“.
Metronomy se subieron al escenario Mango vestidos todos de blanco excepto Olugbenga Adelekan, quien lucía una vistosa camisa con estampados africanos. Atuendos aparte, los londinenses estuvieron muy en su línea. Bailables, entretenidos y frescos. Estos abanderados del teclado contentaron a los asistentes con su larga lista de temazos. ¿Quién puede resistirse a “The Look“?
Llegaba el momento de la diosa de ébano. Grace Jones es una apuesta segura. Ya tuvimos el placer de disfrutar de su espectacular directo en el Sónar 2009. Para esta ocasión su estilismo fue espectacular. Cuerpo pintado, máscara de calavera, plumas… Setlist trepidante el que se marcó la diva, comenzando con el “Nightclubbing” de Iggy Pop. Impagables su míticos “I’ve Seen That Face Before (Libertango)“, “My Jamaican Guy” o “Slave to the Rhythm“, con hula hop incluido. Está claro que por esta mujer no pasan los años…
El viento fue el causante de que las pantallas que franqueaban el escenario Mango fueran bajadas justo antes del concierto de Arcade Fire. El destino quiso que en el concierto más masivo y cabeza de cartel, no tuviera este apoyo visual tan necesario. A pesar de este inconveniente, es interesante puntualizar que la puesta en escena de los canadienses fue bastante más sobria en esta ocasión que cuando vinieron en 2014 a presentar Reflektor. Eso sí, impresiona ver el escenario plagado de instrumentos. Maravillosos como siempre, inyectaron en el público la dosis de felicidad que venía a buscar. Es lo que tiene ser una banda de hits. Régine Chassagne sigue emocionando con su voz en temas como “Sprawl II (Mountains Beyond Mountains)” o “In The Backseat“. Esta última por cierto, no la tocaban desde 2010. Por supuesto tocaron también su nuevo single, “Everything Now“, que da nombre a su nuevo album, en el que siguen investigando nuevos sonidos. En consonancia con la imagen del nuevo trabajo, portaban unas cazadoras con las letras EN en la parte trasera. Estos genios como siempre muy atentos a los detalles, saben cómo evolucionar y seguir cosechando éxitos. Cada trabajo es una gran producción, como épico es cada uno de sus conciertos.
Seguimos en Canadá con Japandroids, que desplegaron su maquinaria de rock punk sobre el escenario Primavera. Una suerte de locomotora sonora que levantó los ánimos hasta de los más cansados. Brian King (guitarra y voz) y David Prowse (batería y voz) vovieron a la carga en 2016 con Near To The Wild Heart Of Life (Anti). En Primavera Sound los de Vancouver nos volvieron a conquistar.
Mientras John Talabot revolucionaba el Desperados Club, las angelinas Haim se convertían en el último Unexpected Primavera de este año.
Nos volvimos locos con !!! (Chk, Chk, Chk). Siempre acertados, pusieron a todos a bailar en el Ray-Ban. No se nos ocurría mejor forma de aproximarnos hacia el final del Primavera que con los californianos.
Como ya es tradición, Dj Coco cerró el Primavera Sound 2017 en el Fòrum. Una edición grandiosa de la que sacamos varias conclusiones: los escenarios grandes cada vez apetecen menos, los escenarios Primavera y Ray-Ban y Pitchfork son nuestra nueva segunda casa, el Heineken Hidden Stage se convierte en imprescindible, y el cartel del festival sigue siendo espectacular. Muchos son los que no pudimos ver, como Alex Cameron, Seu Jorge, Teenage Fanclub, The Make-Up, Mac DeMarco, Whitney y un largo etcétera.
Tras el sábado, aún quedaba la jornada del domingo en el Raval y la Sala Apolo, pero nuestros pies ya no daban más de si. El año que viene, más.
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Foto principal: Arcade Fire, por Matías Altbach