Detrás de Little Boogie hay una historia que podría haberse quedado en silencio, pero eligió sonar más fuerte que nunca. Con referentes como Michael Jackson, 50 Cent y el freestyle del Quinto Escalón, empezó a rapear cuando todavía era un pibe. La vida lo empujó a dejar la música por un tiempo, pero regresó con una claridad demoledora: cada canción sería un paso más hacia ese futuro que se había prometido. Hoy, en la antesala de su debut en Niceto este domingo 28 de septiembre, Boogie se erige como una voz insoslayable de la nueva ola urbana.

Little Boogie recuerda con entusiasmo la historia detrás de “Se te quedó el vento”, su más reciente colaboración junto a la agrupación Mc Caco. Todo empezó en una juntada con Orco, a quien considera “uno de los más grandes” en su lista personal. Orco le mostró algunas canciones de Mc Caco, artista con el que venía trabajando y que en ese momento estaba preparando varias de las piezas que más tarde saldrían a la luz. Entre esas maquetas apareció la que cambiaría todo: “Cuando la escuché, dije: ‘no, no amigo, este es un temazo. Quiero estar en este tema’”. Para Boogie, Mc Caco representa una época dorada de la cumbia y del internet, “el primer boom con el Counter Strike, los juegos, el cyber”. La posibilidad de grabar junto a él se sintió como un guiño del destino: un puente entre sus recuerdos adolescentes y su presente como artista. 

LITTLE BOOGIE Feat. MC CACO - SE TE QUEDO EL VENTO (VIDEOCLIP OFICIAL)

El lanzamiento vino acompañado de un movimiento curioso: seis versiones de distintos géneros, trabajadas junto a los Stereo: heavy, reggae, guaracha, por solo mencionar algunas. “Fue una flasheada también de los pibes, para tener ahí una variedad. Ya que es un temón, aprovechamos en hacer varias versiones”, cuenta Boogie. La decisión no solo sirvió para expandir el alcance del tema, sino también como parte de una búsqueda estética: “venimos en un momento en el que queremos probar un nuevo sonido”.

Algo similar sucede con “Little Boogie versus el gobierno”, un título tan filoso como estratégico. “Yo estaba muy enojado, con mucha bronca por cómo viene el país”, admite. Criado en Sarandí, partido de Avellaneda, habla de esa bronca pensando en su padre, “que ya es una persona muy grande”, y en todas las personas que conoce que viven con lo justo, más allá de la ideología política. Recién mudado, confiesa que el tema nació en un cruce extraño entre lo íntimo —volver a dormir en la pieza de su viejo— y lo social.

La canción fue su manera de canalizar esa rabia, pero con astucia. “Si lo hago tan explícito, me regalo. Entonces traté de jugar, de trollear también. Específicamente no hablo del gobierno, hablo contra el gobierno”. Esa ironía lo liberó: la bronca quedó en el título, pero la gente cayó en el “baiteo”. Lo curioso es que se transformó en su tema más escuchado, ayudado por un detalle inesperado: Duki lo compartió y hasta lo hizo sonar en el camarín del Bernabéu, antes de salir a tocar. “Tremendo también”, se ríe Boogie, recordando el momento. Entre la viralidad, el videoclip producido con dedicación y la potencia del título, lo que nació como catarsis terminó creciendo como un proyecto esmerado y colectivo.

LITTLE BOOGIE - LITTLE BOOGIE VS EL GOBIERNO (VIDEOCLIP OFICIAL)

El recorrido musical de Little Boogie empezó mucho antes de que pensara en hacer rap. En su casa la música estaba siempre presente, atravesada por los gustos de cada integrante de la familia. Su madre llenaba el aire con polcas y chamamés paraguayos, mientras que su padre lo hacía vibrar con la cumbia santafesina, el rock and roll y discos eternos de Creedence. Su hermana, en cambio, estaba fascinada con Eminem. Boogie creció atrapado, casi sin darse cuenta, entre esas capas sonoras que después irían moldeando su identidad.

El quiebre llegó cuando su padre apareció en casa con un DVD y un disco recopilatorio de Michael Jackson, Number Ones. Era un álbum con videoclips de sus mayores éxitos. “Me puse a verlo en el DVD. Me acuerdo que “Thriller” me había asustado un montón, pero me llamaba muchísimo la atención”, cuenta. Durante meses, Boogie repitió una rutina obsesiva: mirar esos videos y copiar todos los pasos de Michael, mezclando también los gestos de un Luis Miguel que aparecía en otro recopilatorio que había en la casa. “Yo dije: ‘No, wacho, yo cuando crezca quiero ser esta persona’”.

A los siete años, sin internet todavía, se comió entero el personaje de Michael. Cuando finalmente la computadora llegó, su primera búsqueda en YouTube fue “Michael Jackson”. Ahí descubrió los shows, las coreografías y la magnitud de un artista que parecía inalcanzable. “Era todo Michael Jackson. Rompía las bolas con eso todo el tiempo”, dice entre risas y recuerda que practicaba el popping porque entendía que no era magia, sino técnica. Ese primer flechazo marcó la manera en que iba a relacionarse con la música: con una intensidad absoluta

Little Boogie - 2025 - Vertical
Little Boogie. Foto: Cortesía del artista

El destino volvió a repetirse en otro formato. Con la llegada de la PlayStation 2, un amigo le prestó el juego 50 Cent: Bulletproof. “Era un negro que iba con la pandilla, matando la bronca, y tenías que ir agarrando CDs que eran los temas de él”. Un día, leyó la contratapa y descubrió que 50 Cent era real. Esa revelación lo llevó a descubrir discos, videoclips, colaboraciones con Eminem y toda una cultura detrás. Ver la película autobiográfica de 50 Cent, Get Rich or Die Tryin' (2005), terminó de sellar la decisión. Apenas terminó de verla —bajada de Ares, como tantos en esa época—, se levantó y, con confianza, fue a decirle a su madre: “Mamá, yo voy a ser rapero”. No era una fantasía, era un destino, pero la respuesta no fue la que esperaba: lo retó y lo asoció con la figura del chorro. “Yo soy cantante”, le contestó él.

En poco tiempo se sumergió en el universo de Aftermath Records, Dr. Dre, Snoop Dogg y el hip hop. Un pibe del barrio le dijo que detrás de la Lagunita había una escuela de hip hop. Fue hasta ahí con pantalones anchos, visera y zapatillas de resorte, encarnando el personaje que ya sentía propio. La escuela resultó ser un espacio único, sostenido por cholos que habían llegado desde México que daban talleres gratuitos de baile, graffiti y composición. “Yo pensé que era el único y, de repente, había gente más grande que yo que estaba en la misma. Yo ya tenía definido que mis raíces eran esas, y ahí me lo terminé de marcar como un sello”.

Recordar sus comienzos siempre lo lleva a pensar en su madre. “Yo la hice sufrir mucho, boludo. Le hice sufrir mucho porque ya a esa edad…”, dice con una mezcla de culpa y entendimiento. Hoy, al mirar a su sobrina de esa misma edad, comprende mejor a su vieja. Reconoce el enojo que cargaba de chico, esa sensación de no sentirse entendido. A la vez, rescata que su padre, boxeador y viajero gracias al deporte, supo reconocer en él la misma hambre de triunfo. El tiempo le daría la razón. De los primeros ensayos en una escuelita de hip hop a irrumpir en el escenario de los Premios Gardel, la distancia es enorme

La conversación lo lleva a hablar de Los más odiados (2024) ese proyecto que se transformó en un manifiesto. El origen fue casi improvisado: algunas canciones, un par de feats, la chispa encendida con Stereos. Hasta que apareció El Doctor en el horizonte, a quien escuchaba desde adolescente. “Siempre lo vi como un incomprendido”. La alianza nació con “Martes 13”. El Doctor llegó al barrio, filmaron el video y Boogie lo invitó en pleno show en vivo. Le dije: ‘Loco, quiero hacer el mejor álbum de Argentina con vos. Que sean dúos, que estés encima. Es una persona especial, una bomba de tiempo, nunca sabés lo que te va a salir’”. El Doctor aceptó al toque. Y no era solo una colaboración: era un pacto entre dos artistas atravesados por heridas parecidas. “Él me decía que tendría que haberla pegado hace rato y yo también. Pero lo bueno siempre se hace esperar”.

LITTLE BOOGIE - MARTES 13 Ft. EL DOCTOR (VIDEOCLIP OFICIAL)

Lo que siguió fue una semana en Tigre, junto a Stereos y su amigo Axel. Grabaron decenas de canciones, muchas quedaron guardadas, pero la esencia de Los Más Odiados se consolidó rápido. El concepto estaba claro: un álbum compartido entre dos nombres que habían cargado con la etiqueta de “odiados”, sumando la participación de Turrobaby y Stiffy. “Mis amigos pensaban que yo estaba loco por decir que iba a salir de Sarandí. Mi vieja no aceptaba que quisiera ser músico. El Doctor también pasó situaciones similares. Y sin embargo, en ese odio está también el amor, porque somos los más queridos a la vez”, explica. El contraste es la clave: transformar el resentimiento en arte, incomodar a la escena y dejar huella.

Con Los Más Odiados ya en la calle, Boogie mira hacia adelante. Viene trabajando en un nuevo disco, que describe como su “disco dorado”, y en paralelo en otro EP. “Después de Niceto va a salir la primera canción. El álbum se va a llamar El que compró perdió. Va a ser todavía más fuerte que Los más odiados, con colaboraciones del mainstream y del under”, adelanta

En medio de esos planes aparece también “Okupas”, un tema en el que participa Santiago Motorizado. Para Boogie es un sueño cumplido: “Santiago para mí es como El Doctor. Lo quiero mucho y ni siquiera lo conozco todavía”. Su vínculo con El Mató viene de la adolescencia, cuando con su primera novia y sus primeras guitarras descubrió la banda en YouTube. Ahí comenzó otra obsesión: juntar plata para verlos en vivo. “Fue la primera banda de rock que junté mi platita y me los fui a ver. En el Konex, la re flasheé”, recuerda.

Ese impacto se multiplicó en cada show que presenció después: Vorterix, La Plata, Tecnópolis. La música de Santiago Motorizado lo marcó de la misma forma que antes lo habían hecho Michael Jackson o 50 Cent: como una revelación que cambia el rumbo. “Yo le decía a mis amigos: me encantaría algún día hacer un tema con Santiago Motorizado. Poder fusionar Little con Santiago. Y ahora lo estamos haciendo”.

LIttle Boogie en vivo, blanco y negro
Little Boogie. Foto: Cortesía del artista

Little Boogie habla con la seguridad de quien ya transformó sus heridas en canciones y su barrio en bandera. Entre proyectos con peso propio y colaboraciones que sorprenden, su horizonte parece estar siempre un paso más adelante. “Lo bueno siempre se hace esperar”, repite, y en su voz suena más como promesa que como consuelo: lo que viene de Boogie está destinado a explotar.

Little Boogie se presenta el domingo 28 de septiembre a las 20:00 h en Niceto (Niceto Vega 5510, CABA). Entradas disponibles a través de la web del lugar, con 30% de descuento para socios de la Comunidad Indie Hoy.

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