La historia de Utah comienza en 2019, cuando Javier Núñez y Alan Mansur se mudan de Rosario a Buenos Aires con una intención definida: meterse de lleno en la escena musical porteña. El proyecto arranca como una convivencia creativa en el living de Javi, donde sintetizadores, guitarras, baterías y un octapad convivían en un homestudio improvisado.

En esos primeros meses, el dúo delineó un sonido con base electrónica, aunque con una orientación inicial más cercana al pop y el rock. “Todo surgió de esa convivencia cuando llegamos de Rosario. Nos pusimos a componer y, sin darnos cuenta, ya teníamos temas para armar una banda”, recuerda Alan en conversación con Indie Hoy. Sus primeros demos tenían esa impronta electrónica pero eran más suaves y con el tiempo quedarían fuera del repertorio a medida que Utah encontraba su forma.

UTAH - VENENO (FULL ALBUM)

La pandemia marcó un antes y un después: desde la distancia, y a través de correos y mensajes, lograron producir Veneno, su primer disco. Para Alan, este trabajo no solo definió la identidad del grupo —una fusión de electrónica y rock—, sino que también sigue representando el presente: “Al ser nuestra primera obra completa, está más vigente que muchos de nuestros otros materiales”. Con nueve canciones, Veneno dejó una huella en la escena alternativa con temas que se convirtieron en pequeños himnos del under, como “Veneno” y “Destino”.

La llegada a Buenos Aires no fue solo un cambio geográfico, sino una inmersión total en el pulso cultural de la ciudad. “Vinimos a CABA por la música —afirma Javier—. Ese año nos la pasamos absorbiendo lo que estaba pasando acá, cuál era el lenguaje de la ciudad y cómo eso conectaba con nuestra forma de hablar musicalmente”. Esa búsqueda de puntos en común con la escena implicó sumergirse no solo en recitales, sino también en el teatro, las fiestas y la vida nocturna, entendiendo la ciudad como un laboratorio de expresión.

La nocturnidad ocuparía un lugar central en el universo conceptual de Utah. Alan lo resume así: “Utah es como un lugar con humo, lleno de gente bailando hasta el amanecer”. Pero aclara que no se trata de una nocturnidad ligada al exceso, sino a un estado de fuga y autenticidad: un terreno donde la oscuridad permite despojarse de los disfraces sociales y mostrarse tal cual uno es. Para la banda, la noche es un refugio, una zona de libertad expresiva.

En comparación con Rosario, la vitalidad de Buenos Aires les resultó abrumadora y fértil. “Lo primero que nos flasheó fue la cantidad de gente —recuerda—. Todo el tiempo están pasando cosas. En un año hicimos 20 o 30 shows; eso en Rosario era impensado”. Aunque ambos valoran la fuerza creativa de su ciudad de origen, reconocen que la estructura cultural de CABA ofrecía más herramientas para crecer y sostener un proyecto como Utah.

Utah
Utah en vivo. Foto: Nicolás Di Chiara.

Utah pisó los escenarios por primera vez en 2019, en un bar de Villa Crespo llamado Musicleta. El público fue escaso, pero ese debut representó la culminación de un esfuerzo incansable por hacerse un lugar en una ciudad donde no conocían a nadie. "Mandábamos correos para tocar en casi cualquier lado. ¡Imaginate!", recuerdan entre risas. 

Con el tiempo, la situación se revirtió: los mismos espacios que antes no respondían sus mensajes, comenzaron a convocarlos. “Hoy nos llegan invitaciones para tocar y, cuando scrolleamos el chat, vemos que les habíamos escrito hace años y ni nos habían clavado el visto. Es gracioso que sea así”, cuentan.

Las fiestas privadas de amigos y algunos shows en terrazas funcionaron como campo de pruebas. Ahí entendieron que su música tenía algo de noche, algo de baile, algo de rito. Fue en esos encuentros donde decidieron dejar de lado la batería y avanzar hacia un formato electrónico más puro: el rave set, como dicen ellos. “Surgió en una cocina, con el octapad al lado de la bacha y un departamento mínimo, pero estallado de gente”.

Con los años, Utah fue cruzándose con distintas bandas del circuito rockero local. Compartieron escenarios y generaron vínculos orgánicos, sin forzar cruces ni impostar pertenencias. “Somos una banda que viene de ahí, no del palo electrónico como algunos creen hoy”, aclara Javier. Aunque el sonido actual tenga una impronta más bailable, siguen latiendo en su base elementos punk, garage y rockeros. En ese sentido, Utah encarna el espíritu libre de la escena postpandemia, donde las barreras de género musical se diluyeron y el público empezó a moverse por afinidad estética o emocional más que por etiquetas.

Ese recorrido los llevó, a comienzos de 2021, a presentarse en el centro cultural Otra Historia junto a Socorro, Neon Algo y Winona Riders. Con estos últimos surgió un flechazo inmediato. Desde entonces, los encuentros entre ambas bandas se volvieron frecuentes, al punto de derivar, cada tanto, en presentaciones conjuntas que se acercan al formato de happenings setentistas: largos, inmersivos e impredecibles.

Bruscopía

Una vez que la banda se consolidó en el circuito independiente, empezó a profesionalizarse. Fue entonces cuando se sumó Lucas “Lulo” Lleonart, amigo de Rosario, primero ayudando a buscar un manager y, tras varios intentos fallidos, convirtiéndose él mismo en uno y hoy funciona como el tercer Utah. Con ese impulso publicaron Infernus Mafia en febrero de 2024, un EP de cinco temas que reafirmó su costado nocturno y potenció su presencia en vivo, desde CABA hasta Rosario y el conurbano.

Este 2025 marcó el inicio de una nueva era para la banda. Como a menudo los confundían con DJs, decidieron mostrar que no solo manejan "maquinitas", sino que también tocan instrumentos. Así nació Mínima histeria, un EP de tres canciones donde priorizaron la composición desde lo analógico. “Cuando producimos, la calidad sonora impacta sobre la composición, y la única forma de saber si un tema está bueno es tocarlo analógicamente. El sinte y la compu te pueden confundir y hacer pensar que todo suena bien”, explica Javi.

La producción de Mínima histeria contó con el acompañamiento de Fran Cirilo de Winona Riders y Augusto Microtron aka DJ Noche, dos aliados clave en esta etapa de reinvención. El material trajo consigo nuevas posibilidades para el vivo, con un formato más híbrido y envolvente que tuvo su punto de partida en la presentación oficial en un escenario 360° en el Espacio Cultural Maquinal. Esa búsqueda por experiencias más inmersivas los llevó también al Movistar Arena, donde telonearon a Justice: “A partir de ese momento sentimos que se nos respeta más por fuera de la escena en la que nos movemos”, dice Alan.

De cara al futuro, Utah apunta a seguir expandiendo su universo en vivo con mejores visuales y luces, y ya trabajan en su primer LP, un álbum de nueve o diez canciones que buscan que reúna todos los conceptos explorados hasta ahora.

Utah se presenta el viernes 25 de julio a las 20 h en Sala 41 (Bolivar 674, CABA) junto a Proyecto Gómez Casa, Buenas Tucas Kombo y un DJ set de Juana Ruda. Las entradas están disponibles a través de la web del lugar, con un 50% de descuento para socios de la Comunidad Indie Hoy.

Escuchá a Utah en plataformas (Spotify, Tidal).

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