La música de Axel Fiks duele por la pérdida. El folk raído que el cantante y compositor porteño hace es esquelético en el sentido más literal: ausente de carne, solo intermitentemente animado, íntimo y sobrio por necesidad más que por elección. Su álbum debut, Amante moderno, transmite el dolor hueco de estar solo a la vez que indaga en las problemáticas que acarrea el vincularse en la actualidad; la forma en que la pérdida de una relación consume el propio ser. Al principio del disco, canta de manera quejumbrosa: “Me siento solo, vengan a casa hoy”. Aunque dice la línea con una sonrisa, es una descripción vívida y visceral de una soledad compaginada entre rupturas y desamores.
Luego de una serie de mixtapes y singles, el joven de 23 años se despacha con un compendio de nueve canciones que utiliza como soporte para exponer dudas, reflexiones, contradicciones y vaivenes sobre el devenir de las relaciones a través de una lectura contemporánea y centennial. Celos, posesión, miedos y toxicidad se licúan a través de pinceladas y guiños a géneros tan variados como el funk (“Amante moderno”), la psicodelia (“Goma“), la balada folk (“Arma cargada”, “Sin suéter”), el trap (“Florama”) y hasta el pop con coqueteo mainstream (“Vengan a casa”).
Las fluctuaciones y curvas que hacen la voz de Fiks se pueden leer en tono erótico y en apariencia inocente, pero con un claro fin de seducir en cada fraseo y acento de la canción. Esta intención en el registro vocal se evidencia claramente en canciones como “Goma”, “Arma cargada” y “Sin suéter”, pero que también hizo previamente en singles como “Chica acuario”, “Ares herido” y “Epicuro”. Es en esta tesitura interpretativa donde se encuentra la versión más lograda y pulida del cantautor, transformándose en su sello más distintivo y destacable. Es agudo y delicado, pero también rudimentario: el sonido de un pibe del lado equivocado de las pistas que se entera de que finalmente puede mostrar su sensibilidad, habiendo superado a sus matones. La fricción entre la personalidad, las letras y la mencionada entrega dotan a Fiks de un magnetismo instantáneo y pegadizo.
En cuanto a sonoridad, el disco arrastra fuerte reminiscencias en las suaves armonías de grupos de finales de los noventa que el neo soul cristalizó con un grupo fundamental de rebeldes: D’Angelo, Maxwell y Badu. Anunciados como prodigios de su tiempo, estas figuras crearon exuberantes baladas y sus identidades musicales y artísticas afirmaron el vínculo mutuo entre el amor negro y la liberación. Recogiendo ese guante musical, pareciera que Fiks le da un giro más al sonido, reconfigurándolo de una manera que lo hace sonar a una especie de R&B unplugged y menos encriptado a nivel lírico.
A pesar de todas sus exclamaciones románticas, de las que hay muchas, Amante moderno no es un cambio radical ni un recauchutado de una iteración pasada del músico. La progresión es simple pero significativa: en contraste con el sonido demo de Idilio (2018) y de sus singles posteriores, Fiks suena esta vez totalmente a gusto. Después de unos años resolviendo los nudos de su música, sin mencionar un año de aislamiento forzado y fechas canceladas, emerge en este disco de una forma más descarada y extravagante.
Axel Fiks se presenta este viernes 15 de octubre a las 20 h en Piantao Club Cultural (Jorge Newberry y Los Arces, Pilar), entradas disponibles a través de Passline. Escuchá Amante moderno en plataformas de streaming (Spotify, Apple Music).