Me gustaría empezar ésta reseña diciendo que hacía años que no escuchaba un tema reciente de Beck en la radio. El otro día, en un programa matutino informativo (para más detalles, en “Ahora quién podrá ayudarnos” con Ernesto Tenenbaum que se emite por Radio con vos 89.9 de 7 a 10 de la mañana) pasaron “Dreams”, el primer corte de Colors, su decimotercer álbum de estudio. Eso me hizo pensar en la tibia difusión que tuvieron sus últimos discos, en especial algunos como The Information (2006) o Morning Phase (2014). Ésta nueva entrega tiene la paleta necesaria para volver a pintar las radios de colores brillantes y perdurables.
No es casualidad que para éste nuevo proyecto haya contado con la colaboración de Greg Kurstin, un productor que entre sus credenciales tiene la de haber ayudado a Adele a crear “Hello”, acaso uno de los mayores hits del pop de los últimos años. Otro detalle a tener en cuenta: Kurstin fue el tecladista durante la gira del maravilloso Sea Change (2002). Por todo esto, podemos suponer que el güero apuesta a recuperar su lugar en una escena que lo mantuvo algo relegado y que a lo largo de su extensa carrera, lo coronó protagonista muchas veces: además de 6 Grammy, tiene muchísimos premios y reconocimientos. Ahora la pregunta inevitable es, ¿lo logrará?
Beck es un artista eclético que siempre coqueteó con los estilos musicales. Solo por nombrar algunos ejemplos: “Loser” (Hip Hop), “New Pollution” (Rock), “Mixed Bizness” (Funk), “Side of the Road” (Folk). Esa apertura puede notarse por ejemplo en la gira que, durante el año 2000, llevó a cabo con Café Tacvba, en donde juntos interpretaban canciones como “Jackass” (que el blondo rebautizó como “Burro”). Colors se erige como la obra más pop de su carrera. Presenta once canciones con una estructura simple y directa de carácter festivo y experimental. En palabras de su creador, el sucesor de Morning Phase no es retro ni moderno, pero es innegable que el sonido de los ’90 permanece a lo largo de los 45 minutos.
La canción que da nombre a su último disco es también la que lo abre, y desde el comienzo, nos transporta a una gran discoteca donde Beck se calza el traje de un anfitrión carismático dispuesto a superar la fiesta de Peter Seller. “Colors“, la canción, despide una energía cromática, entre una cadencia abrumadora y un especie de siku indigena. En el video oficial, se pueden ver manos que tocan, masajean, estiran, distintas superficies muy coloridas, como si quisiera hacerte sentir la textura de la música. Rara vez el pop sonó tan profundo. La letra parece contener la síntesis de toda su carrera y reafirma su búsqueda estética: “Encontré nuestro camino a través de los años perdidos / Ahora los días lo traen todo aquí”. “Seventh Heaven” presenta una melodía juvenil y juguetona digna de Foster the People; incluso el timbre de la voz se asemeja a la del cantante de “Houdini” y mantiene en alto la celebración. “I’m So Free” explota como una canción de Weezer y canta con frescura: “Me siento tan libre ahora / Me siento tan libre desde vos”. La presencia de The Police se advierte claramente en “No Distraction”, en la forma y la estructura.
A lo largo del disco podemos identificar ciertos pasajes que nos remiten a tal o cual artista, incluso es posible suponer que Pharrell Williams podría haber sido uno de los productores. Pero habría que pensar en cuántos de esos músicos no son en parte deudores del sonido, con tantas aristas, que Beck viene desarrollando hace años. Nadie entendió a Prince mejor que él y esa depuración personal se vislumbra como un gran campo fértil para las nuevas generaciones.
“Dreams” merece un párrafo aparte porque tiene todo el potencial y los ingredientes para convertirse en el hit indiscutido del disco. A saber: una melodía pop bien ganchera, coritos “oh oh oh oh oh oh”, una atmósfera cargada con sello Bowie, sonidos sónicos y juegos vocales. Beck debe haberlo pensado primero que nadie; por eso agregó un remix a la mitad del disco.
Algunas canciones, sin embargo, exhiben un contraste entre la lírica y la música; donde la primera se aleja de lo alegre para acercarse a algo más existencial. “Dear Life”, mucho menos bailable que las demás y con una melodía que podríamos encontrar en el álbum debut de Scissor Sisters, ostenta un costado catártico, cuya letra parece dedicada a él mismo: “Querida mía estoy aguantando / ¿Cuánto tiempo debo esperar antes de que la emoción se haya ido?”. “Wow”, una canción mid-tempo bastante oscura, casi ajena a la paleta de colores del disco, empieza con una melodía letárgica de una flauta, hasta que un groove lento se encarga de plasmar una pieza hipnótica, viboreante. La canción deja entrever la presión que debió sentir si consideramos que desde el 2013 estuvo componiendo éste álbum: “Tenés que tratar de hacer las cosas bien / Mira a tu alrededor, no te olvides de dónde vienes”. Hacia el final se relaja; en “Square One” confiesa que está “Aprendiendo a disfrutar el viaje” mientras un simpático pianito, que suena como extraído de Mika, lo acompaña.
Colors es un disco que, a pesar de invitar a todos a una fiesta, posee un fuerte sentido auto referencial donde pareciera que Beck busca exorcizar algunos fantasmas del pasado. A pesar de la satisfacción que la música nos contagia en una primera escucha, las canciones parecen buscar cerrar una etapa (oscura) para empezar o retomar otra nueva (colorida). En el disco anterior, en la canción “Say Goodbye” cantaba que era tiempo de irse lejos, de buscar las palabras para poder despedirse. Colors nos devuelve un Beck que intenta terminar de sanar a fuerza de canciones que nunca pierden el sentido del humor (¿quién otro podría rimar estos dos versos? “Standing on a line doin’ jiu jitsu /Girl in the bikini with the Lamborghini shih tzu”.
Colors no es un disco novedoso desde lo conceptual, pero tiene lo necesario para dejar una huella. Una huella multicolor. La hibridez que suele caracterizar a Beck, le dejó paso a un costado más lineal, y si se quiere, más predecible. Se advierte la necesidad de explotar matices desde lo sonoro y las canciones lo logran, recuperando la euforia de otras épocas pero sin llegar a convertirse en vanguardia. Beck no deja de ser ese muchachito rupturista, transgresor y loser, quien durante sus casi 30 años de carrera vio cambiar las reglas del juego muchas veces, y eso lo motiva a seguir jugando.
Beck – Colors
2017 – Fonograf / Capitol
01. Colors
02. Seventh Heaven
03. I’m So Free
04. Dear Life
05. No Distraction
06. Dreams – Colors Mix
07. Wow
08. Up All Night
09. Square One
10. Fix Me
11. Dreams