La banda mexicana Café Tacvba cumplió 30 años y capitalizó el festejo grabando un nuevo y merecido álbum unplugged, 24 años más tarde que el primero, convirtiéndose en el único grupo latinoamericano en contar con dos vivos para la cadena MTV. ¿Por qué merecido? Porque cuando registraron el de 1996, solamente contaban con dos discos (el homónimo de 1992 y Re de 1994) y todavía eran una de las jóvenes promesas musicales del rock-pop latinoamericano. Hoy, los oriundos de Ciudad Satélite han desarrollado una sólida carrera con álbumes esenciales para entender la música en español; han crecido como músicos, siempre a la vanguardia y rompiendo esquemas; han llevado sus canciones a Europa, Japón, y a toda América; y a lo largo de las décadas supieron mantenerse vigentes. “Después de 30 años, una banda con esa frescura y siempre con esa creatividad y propuestas nuevas, ¡es impresionante!” comentó al diario mexicano Excelsior el productor Aníbal Kerpel, encargado de la mezcla junto a Gustavo Santaolalla.
Es importante aclarar que si bien el concierto grabado el 5 de marzo en la Sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario en la Ciudad de México, está integrado por 17 canciones, el álbum subido a las plataformas de streaming cuenta solamente con cinco de ellas, casi un EP que ronda la media hora. Según los músicos, el resto del show será editado más adelante y en su totalidad en formato físico CD+DVD y desde ya lo presentarán en una gira mundial. No es un gesto inédito si tenemos en cuenta que siempre han manifestado una preferencia por lo analógico (recuerden el título de su anteúltimo trabajo El objeto antes llamado disco de 2012), en especial en épocas en la que lo material se pierde a medida que el streaming online avanza. Cuando cumplieron 15 años lo celebraron en El Palacio de los Deportes del Distrito Federal y también habían editado distintas canciones según los formatos (el álbum doble carece de varios temas incluidos en el DVD).
Un segundo mantiene muchas similaridades con los 11 episodios sinfónicos (2001) de Gustavo Cerati, debido al ensamble musical que incluyó una orquesta sinfónica y una orquesta oaxaqueña, además de varios multi-instrumentalistas sobre el escenario. El comienzo con “El espacio” instala una incertidumbre: ¿Los arreglos atentarán contra la esencia de la banda? ¿Le darán un toque demasiado solemne? La respuesta por suerte es negativa. Conforme avanzan las canciones, los instrumentos externos a la formación original, como las marimbas y el vibráfono, complementan su sonido y lo realzan, le aportan más cuerpo. ¿Difícil de creer? Escuchen sino la parte instrumental de “Volver a comenzar” y cómo la melodía va in crescendo, sin necesidad de los teclados de Meme, hasta explotar en un crisol de colores antes de que las voces vuelvan y la inmortalicen.
La lista de temas del concierto es curiosa y esconde una solapada reivindicación que nos remonta a 1997 cuando salió al mercado Revés/Yosoy, un álbum doble que contenía temas instrumentales en uno (Revés) y canciones en otro (Yosoy). En Bailando por nuestra cuenta (Planeta, 2016), el libro donde Enrique Blanc relata la historia oficial a través de entrevistas, Joselo confiesa que ambos fueron subestimados, incluso las canciones de Yosoy quedaron invisibilizadas a causa del otro disco mucho más experimental: “Respecto a Revés, el hecho de que sea instrumental hace que se tome como un disco incomprendido […] pero el incomprendido es Yosoy porque la gente ni siquiera lo valoró, ni lo tomó como un disco de buenas canciones.” Un segundo cuenta con tres canciones de Yosoy: “El espacio”, “La locomotora” y “La muerte chiquita”. De Revés hay dos: “La 1” y “Revés”. Esa inclusión es una manera de rescatar del olvido ese hermoso álbum doble y ponerlo en rotación una vez más.
El recital también recorre gran parte de su rica historia, desde “Rarotonga” hasta “Enamorada”. Aunque ya habían anticipado que no iban a incluir ninguna de las canciones grabadas en el anterior unplugged, no podemos evitar extrañar “El baile y el salón” o “La chica banda”, dos clásicos sin fecha de vencimiento.
“Chilanga banda” suena sumamente refinada gracias al trompetista cubano Franklyn Brooks, quien le aporta a la melodía una patina de sofisticación que se integra muy bien con la base original y la lleva a horizontes jazzeros. La versión de “Eres” muestra una notable mejoría de Meme frente al micrófono en relación a la editada en Cuatro caminos (2003). En el concierto que pudimos ver por MTV el 26 de septiembre pasado, pudimos disfrutar a David Byrne cantando en un español dudoso la canción “El outsider” con Albarrán, y Santaolalla (al que ya no presentan como un invitado sino como una suerte de integrante más) aporta sus cuerdas para una versión enérgica de “Olita de altamar”. La otra invitada es la colombiana Catalina García de Monsieur Periné, pero su participación todavía no está disponible.
En un momento del show, Rubén Albarrán dice: “Estamos aquí esta noche deseando que podamos arreglar nuestro mundo que está tan chueco.” Quizás el deseo sea algo pretencioso pero por Un segundo podemos soñar con otro mundo posible.
Café Tacvba – Un segundo
2019 – Universal Music México
01. El espacio
02. La locomotora
03. Chilanga banda
04. Eres
05. Volver a comenzar