Durante la década del 2010, aparecieron cientas de artistas que intentaron conquistarnos. Pero pocas fueron las que lograron quedarse y establecerse en el escenario, sorprendiéndonos constantemente y mostrándonos su lado más auténtico con cada disco. Charli XCX es una de ellas. Desde su colaboración con Iggy Azalea, “Fancy“, su imagen se ha transformado en la de una mujer que constantemente rompe las reglas del pop y no tiene miedo a nada. Crash es el cierre a un ciclo inmerso de referencias automovilísticas que inició con Vroom Vroom, su primera colaboración con la productora Sophie, quien la acercó al sonido hyperpop y a la estética que ahora domina.
Este es también su último disco con el contrato de Atlantic Records, uno que se estrena cuando muchas personas suenan como ella lo hacía hace años, por lo cual es normal que haya decidido romper con todo lo establecido para sorprendernos con lo que menos esperamos de ella. No está de más notar que es la primera producción en años en la que no participó de manera profunda A. G. Cook, su principal colaborador y fundador del colectivo artístico PC Music, y que ella llama su “sellout album” porque está haciendo todo lo que su discográfica siempre quiso de ella: lo que haría una popstar.
Las interpolaciones y el trabajar con distintos compositores y productores son una de las principales diferencias entre este material y todo lo que hizo antes, para de esta forma “salir de su zona de confort” como comentó en su entrevista con Zane Lowe. Este es el choque que da a su público y a ella misma al no entregar lo que todos esperaban de ella. A su vez, todos sus videos musicales recalcan esta idea de “mostrar la destrucción de jóvenes artistas en manos de grandes corporaciones”, como en las visuales de “Good Ones“ en las que la vemos bailando sobre su tumba, o en sus colaboraciones con Christine and the Queens, Caroline Polacheck y Rina Sawayama, donde lucen producidas con vestuarios artificiales.
Desde que inicia Crash, se sienten las influencias del pop funk de los ochenta de Paula Abdul, los sonidos glitchy de Blackout de Britney Spears y las fuertes voces de Janet Jackson y Olivia Newton-John, en especial en canciones como “Lightning” y “Baby“, además del eurodance de “Beg For You” en el que usa un sample de “Cry for You” de September. Charli se la pasa dando giros con buenas melodías, detalles interesantes y un sonido pop clásico que nos transporta en el tiempo a décadas o experiencias que nunca vivimos. Se siente como una celebración constante por más que las temáticas son oscuras, como la muerte en “Twice“, la infidelidad en “Every Rule” o la ruptura amorosa en “Constant Repeat“.
Después de un largo viaje en auto sin paradas, silencios o momentos para pensar, el camino llega a un final que no se siente ni tan fuerte ni tan sorprendente. Crash es un álbum con buenos momentos y otros no tan divertidos, como sus singles, pero donde no hay composición mala o poco memorable. No es el mejor disco de Charli XCX, solo es el final de una era y el inicio de otra que posiblemente nos traiga obras maestras a la altura de Pop 2 y Charli, solo tendremos que esperar a su llegada.
Escuchá Crash de Charli XCX en plataformas de streaming (Spotify, Apple Music).