Lana Del Rey no falla. En la tierra de las palabras poéticas e inclementes, ella es la monarca. Erguida sobre su trono, mira a las multitudes acercarse a ella con admiración, tomando nota de cada detalle. Taylor Swift, Olivia Rodrigo, Billie Eilish, las mujeres más exitosas en la escena musical al día de hoy fácilmente podrían considerarse hermanas, puesto que tienen la misma madre.
Si cada canción dentro de su último proyecto, Did You Know That There’s a Tunnel Under Ocean Blvd, fuera un dardo, el tablero quedaría polarizado justo al centro, en el espacio de más valor. La apertura con “The Grants“, uno de los singles del álbum, es la lanadelreinidad en su máxima expresión. Se construye una tríada familia-romance-religión que resume el arte de la neoyorquina a la perfección.
“My pastor told me/ ‘When you leave, all you take/ Uh-huh, is your memories’/ And I’m gonna take mine of you with me”. Esta idea se replica varias veces en la pieza, en la enérgica (aunque leve) voz de un coro gospel. Como si las luces de una catedral entera funcionaran gracias a ellas, ayudan a Lana a describir una historia, iluminan esquinas oscuras de su poesía. Y dicha historia es un relato familiar, un legado puesto en palabras, las piedras que construyen el camino hacia un pasado que quiere entender y un presente que parece un tetris imposible de resolver.
Otro de los singles del álbum, “A&W“, es un ejemplo de esos desencuentros con ella misma. Una pieza donde parecen enraizarse dolores que no se pertenecen el uno al otro, pero que habitan dentro de los mismos miedos de Elizabeth Grant. Una madre ausente que justifica su aspecto descuidado, un cuerpo ajeno que la satisface pero jamás la amaría, una adolescencia sobre la cuerda floja, decrépita. Desvalorizándose a ella misma, pone al amor en el lugar de la necesidad y el oportunismo, como si esa fuera la única manera de operar en un mundo cruel, como si el cariño no existiese sobre la tierra.
“Judah Smith Interlude” sigue esa misma concepción de los hechos: voces lejanas grabadas en bajísima calidad replican ideas de vínculos flanqueantes y alegan “Does that sound like love?/ It’s a life dominated with lust”. Pero esa Lana Del Rey romántica y mística que de manera casi imperceptible había hurtado los corazones de los hopeless romantics en proyectos como Born to Die sigue en el campo de juego.
“Candy Necklace” junto a Jon Batiste es una representación de la montaña rusa de sentimientos que se experimenta durante el enamoramiento. “Sweet” es un autorretrato de su manera de protagonizar ese romanticismo, pintada como una figura intrépida e inderrumbable. “Fingertips” es el terremoto que tira abajo esa estructura, la caracterización de la inseguridad. Tenerse a ella misma puede salvarla, pero también puede llevarla a su fin (un fin vergonzoso, pesado, deseado). ¿Estarían ahí sus seres queridos para salvarla? Esa pregunta se repite una y otra vez sobre violines profundos y lentos, la base de un dolor perenne e ineluctable.
Cada una de las colaboraciones dentro de Ocean Blvd son parte del diamante puro y costosísimo de un colgante invaluable. “Paris, Texas” con SYML y “Grandfather please stand on the shoulders of my father while he’s deep sea fishing” con RIOPY traen un sonido irreplicable: teclas suaves, agudos gloriosos, backing vocals livianos como volar sobre una nube, observando una cascada transparente de lágrimas ya lloradas, con una percusión tímida que marca el ritmo del viaje. En “Let The Light In” junto a Father John Misty, guitarras del mejor estilo folk cargan con la historia; “Margaret” junto a Bleachers suena como si el tiempo retrocediera y la melancolía poblase la habitación; y “Peppers” con Tommy Genesis es una propuesta distinta para Del Rey, moderna, rápida y electrónica.
El exitoso fin de esta ambición se alcanza con “Taco Truck x VB“. Lana cierra su valija con el equipaje perfecto, tiene lo necesario y deja atrás todo lo que nunca quiere volver a cargar. No solo resume el proyecto a nivel lírico -hablando de ella misma, sus vínculos románticos, sus terrores y su cercanía a un Salvador todopoderoso a quien pide ayuda- sino que también obtiene una conclusión sonora libre de fallas. Sobre una base ecléctica, su voz profunda viajando de los recónditos graves a los más preciosos agudos y la bien recibida incorporación de fragmentos de “Venice Bitch“, la obra maestra de Norman Fucking Rockwell! (2019).
Una vez más, la multietárea y etérea Lanita -como de ahora en más se la debe reconocer por su propio pedido, bibliografía de referencia: “Taco Truck x VB”- deja la vara en un lugar donde la competencia es inocua: no espera ser imitada o justificada, simplemente juega a su propio juego, bajo sus propias reglas. ¿Quién no querría ser parte de ese genio único? Lo que queda por decir puede resumirse en la voz de Rosalía en los premios Billboard Women in Music luego de recibir el premio a productora del año: “Lana Del Rey, ¡te quiero!”.
Escuchá Did You Know That There’s a Tunnel Under Ocean Blvd de Lana Del Rey en plataformas de streaming (Spotify, Tidal, Apple Music).