No hay sentimiento que se compare a ese estado salvaje y revolucionario que estalla en nosotros una vez alimentados por el inconformismo. Nos olvidamos de la vida un rato y sale nuestro lado más border. En otras palabras, se trata de cuando queremos ser rebeldes y olvidarnos de la vida un rato. Eso describe la actitud que asume lo último de Los Nastys, Noche de Fantasmas. El conjunto madrileño encontró en un bajo distorsionado, una guitarra con reverb al palo, y una voz distorsionada, su personalidad.
Teniendo una voz que penetra como un megáfono acompañado de arreglos de una guitarra que solo nos provoca surfear, no es de extrañar que Los Nastys se hayan dignado, por fin, a sacarle el jugo que se merecen con el lanzamiento de su último disco. Es crudo, sucio e innegablemente prolijo; típico de una buena banda garage-rock. Ya se sabía que se trataba de una banda con actitud y con muchos huevos, sobre todo desde que lanzaron singles como “Madrid es un cementerio” y “Fumar, beber y romper” de su primer EP Me lo encontré así.
Los chicos Basilio traen al inicio del disco, “Never digas Never”, con una guitarra que surfea sobre las olas de un high-hat y al ritmo de un redoblante sincronizado. Enseguida, resuena un coro que canta “Yo quiero vivir y no morir, sin ensuciarme” donde las letras de “Baby” se proclaman como un himno al hedonismo. Es difícil pensar que una vez entrados en “Siguiendo al coyote” pretendamos seguir sobrios mientras nos bañamos en una voz alcoholizada, brillante y baja al mejor estilo de Dee Dee Ramone. De repente estamos en el quinto drink momento en que bajamos la guardia y nos damos cuenta repentinamente que todo gira en un espiral sin fin. Bueno, algo así provocan las notas que en la guitarra se terminan doblando en “El sanguinariamiento.”
Y como si se tratara de una sola historia, continúa “Parlamento Elegante”, que levanta el ritmo de los instrumentos y nos pone una vez más en el ruedo de la fiesta con una guitarra que arpegia un riff distorsionado. Acercándonos al cierre del álbum, la velocidad arrolladora de “Haçienda” tiene algo para decir, casi como el consejo del típico tío borracho que en su ebriedad nos recuerda que “Es conveniente follar en casa”. El cierre del álbum con “La lenta”, en su inicio, se despide con una guitarra acústica y la banda nos recuerda por última vez que lo que vale en esta vida, es haber hecho de ella lo que se quiere.
Última cosa, qué bien una banda para poguear.
Los Nastys – Noche de Fantasmas con Los Nastys
2016 – Independiente
01. Never digas never
02. No hay amor en las calles
03. Olrait!
04. Baby
05. Siguiendo al coyote
06. El sanguinariamiento
07. Parlamento Elegante
08. Encantamiento bajo el mar
09. Haçienda
10. Tigre adolescente
11. La lenta