The Antlers - Familiars

La última vez que escuchamos material de estudio del trío oriundo de Brooklyn, fue hace ya dos años con el EP llamado Undersea y se podría decir que si dejaron pasar tanto tiempo para luego aparecer con un sonido más maduro pero sin perder la escencia de lo que es la banda, la espera valió totalmente la pena.

Familiars es el cuarto y nuevo trabajo de The Antlers y fue lanzado el 16 de junio mediante la discográfica británica Transgressive Records y el 17 de junio a través de ANTI- en los Estados Unidos y fue grabado y producido completamente por la banda en Nueva York.

El primer corte es “Palace“. Una melodía con piano y una trompeta son suficientes para que entremos en la bella atmósfera que se va a mantener a lo largo de todo el disco. La segunda canción es “Doppelganger” donde casi susurrando le cantan al silencio, a la paranoia y a los miedos para darle lugar a “Hotel“, canción que ya estrenó videoclip y que tiene una lejana semejanza al comienzo de “I Don’t Want Love“, canción incluida en el álbum Burst Apart del 2011.

Suave y sin ningún sobresalto pero para bien, “Intruders” es el cuarto track y el que se lleva todos los premios. Cuando el disco parece decaer con “Director” y “Revisited” que pasan sin pena ni gloria, aparece “Parade“, una baladita de poco más de cinco minutos en la que se ve la habilidad de Peter Silberman para componer las letras de la banda.

Se va acercando el fin con “Surrender“, que nos sumerge en una extraña sensación de nostalgia para mantenernos así hasta “Refuge“, en la que nuevamente aparecen instrumentos de viento (que fueron casi una constante) y la que se encarga de cerrar “Familiars“. Así, The Antlers logran llevarnos de paseo por un álbum con muchísima carga emotiva y nos mantienen disfrutando un largo rato de melodías aptas para la noche, para un momento de introspección o para simplemente tumbarse en la cama a mirar el techo.

Tal vez en las primeras escuchadas puede llegar a aburrir, puede parecer algo lento y hasta monótono. Sí, no es un disco que nos va a hacer bailar ni mucho menos pero la realidad es que se puede apreciar bajo cualquier estado de ánimo y eso es algo que no todas las bandas pueden llegar a lograr. Después de tres años de haber estrenado su último LP, este trío norteamericano vuelve a salir a la luz y nos regala nueve canciones que suenan bien íntimas, prolijas y que nos dejan una agradable sensación de tristeza.