Is This Is It (2001) sigue siendo para muchos, no solo el mejor disco de la década sino el mejor de toda la discografía de The Strokes. A partir de ese debut, el camino estuvo signado por la irregularidad y matizado por peleas, separaciones, reencuentros y proyectos paralelos. A esta altura, The Strokes funciona, para cada uno de sus integrantes, como ese gran amor inolvidable al que, por más que pasen los años, uno vuelve una y otra vez. El año pasado, todos pusieron en pausa sus proyectos paralelos: Julian Casablancas a The Voidz, Nick Valensi a CRX, Fab Moretti a Machinegum (con quien acaba de sacar un álbum), Nikolai Fraiture a Summer Moon, y Albert Hammond, Jr. a su sostenido proyecto en solitario. Los Strokes se reencontraron con cierta sensación de abstinencia, para intentar ser la banda más grande del mundo (otra vez). Hoy, casi 20 años después de haberlo logrado por primera vez, sacaron su mejor álbum en mucho tiempo.
The New Abnormal no es un disco fácil. Con esto quiero decir que no gusta rápidamente en una primera escucha. El comienzo, con “The Adults Are Talking”, es alegre y liviano a fuerza de un sonido synth que gradualmente, conforme pasan las canciones, se torna melancólico, como si la celebración del regreso pudiera convivir con los fantasmas del pasado.
Las canciones revelan un grupo que ha alcanzado la madurez. Ya no vamos a encontrar el desparpajo de “Reptilia”, la urgencia de “The Modern Age”, ni la desfachatez de “Juice Box”. En detrimento de las guitarras que los hicieron tan célebres, la apuesta ahora es más pop (en las antípodas de “New York City Cops”, por ejemplo), con melodías más edulcoradas pero no por eso más accesibles.
Hace unos años, en una entrevista, Dárgelos confesaba que no tenía idea cómo antes era capaz de hacer canciones tan largas (época Miami, 1999), porque ahora no podía imaginar composiciones de más de tres minutos. The Strokes parece haber dirigido sus pasos en la dirección contraria. Cuando el primer disco presentaba 10 canciones y no llegaba a los 30 minutos de duración, a medida que pasaron los años necesitaron otra manera de expresar lo que buscaban transmitir. Antes, los temas parecían quemarles en la manos, en vivo sonaban un compás adelantados en relación a las versiones de estudio. The New Abnormal tiene temas que superan los 5 minutos, y ese tiempo, lejos de incomodar, reconfigura la nueva faceta de una banda que comprendió que el viaje puede ser tan disfrutable como la llegada. La versión 2020 de los neyorkinos está planteada en una búsqueda musical armónica, menos disruptiva y con más recursos estilísticos.
“At the Door” podría ejemplificar perfecto esta exploración. El tiempo se vuelve denso, y en esa línea debemos contentarnos con no mucho más que un sintetizador y la voz de Casablancas. Un experimento nuevo, arriesgado, lejos de lo que estábamos acostumbrados, una gema algo perdida y ajena en el álbum. “Not the Same Anymore” también cuadra con esta nueva identidad, donde no existe apuro alguno por llegar al estribillo. Todo decanta solo, a su tiempo, cuando los riffs melancólicos y otoñales nos invitan a cerrar los ojos (era la canción que tendría que haber cerrado el disco).
Esta madurez también se refleja en la búsqueda existencial e introspectiva de las letras, alejadas de las escenas de fiestas, alcohol y mujeres del pasado. “Es difícil pelear contra algo que no puedo ver / No trato de consumir una dinastía / No puedo ver más allá de éste muro,” susurra Casablancas en “At the Door”. En “Why Are Sundays So Depressing?” (¿un guiño a Morrissey?) muestran un costado más bien lúgubre: “Y la vida está mal / No extraño llorar / Todos mis amigos se fueron, y no me extrañan.”
El sonido característico de la banda puede rastrearse en “Bad Decisions”, quizás la canción que más relación guarda con la idea que tenemos de ellos. Las dos guitarras conversan una con otra, mientras la batería y el bajo empujan la voz hacia adelante. “Brooklyn Bridge to Chorus” sorprende con un sintetizador demasiado ochentoso, casi una transgresión, pero a veces romper con los esquemas es un gesto de valor que debe valerse, como ya habían hecho en “Machu Picchu”.
Mención aparte para las voces del disco. Casablancas, quien en alguna vez había declarado que en Is This Is It había buscado imitar el fraseo de Lou Reed, hoy parece finalmente haber encontrado su identidad frente al micrófono. En los primeros discos parecía susurrar y era bastante mezquino con la modulación, quizás por imitar ese paradigma estético. Pero desde su participación en “Instant Crush” de Daft Punk, aparecieron por primera vez colores en su timbre que hasta el momento no conocíamos. En The New Abnormal su interpretación es comprometida y no teme en alcanzar notas agudas y difíciles. En “Selfless” brilla y lo logra; cuando no, no duda en recurrir a los falsetes, que cada vez le salen mejor, como en “Eternal Summer”.
Luego de siete años de ausencia, The New Abnormal se siente como un regreso agridulce, un disco liviano y deslucido. Su sonido es fresco, y sus decisiones artísticas fueron tomadas con madurez, pero no logra cumplir con las expectativas que uno siempre guarda en relación a la banda de Nueva York. La producción de Rick Rubin no evita que, por momentos, suene como música de fondo. A veces menos es más, y esa fórmula tan simple que tan aceitada tenían al principio, ahora se volvió un producto un poco difícil de digerir. The New Abnormal parece decirnos que todavía no están listos para regresar por la gloria, pero tampoco están preparados para desaparecer.
The Strokes – The New Abnormal
2020 – Cult / RCA
01. The Adults Are Talking
02. Selfless
03. Brooklyn Bridge to Chorus
04. Bad Decisions
05. Eternal Summer
06. At the Door
07. Why Are Sundays So Depressing
08. Not the Same Anymore
09. Ode to the Mets