Un día perfecto para el pez banana

Entre la costumbre de mirar hacia afuera en busca de esos estímulos que satisfacen el hambre eterno por nueva música está bueno poder quedarnos un poco más cerca y ser parte de lo que ocurre en nuestro mismo suelo.

Un Día Perfecto para el Pez Banana es una de las tantas bandas originarias de Córdoba que, dentro del sello Ringo Discos, forman parte de esta increíble fuerza endógena que genera nuevas propuestas culturales que,a su manera, intentan embellecer el mundo un disco por vez.

Luego de 4 años de tocar juntos y en una situación que parecía más que propicia, el pez banana se tomó su tiempo para llegar sin arrepentimientos a este, su momento, donde no tienen que demostrar nada y sin embargo tienen que demostrarlo todo, es este el momento y el lugar de hacerse escuchar y no quedarse atrás de todo eso que prometen ser. Y es en ese marco en el que nace SUBA, que cuenta con la producción de Manza Esaín.

Y SUBA es imponente desde el primer momento. “Fantasma”, es esa canción que con un poco de modestia y sencillez esboza las primeras pinceladas de este emocionante viaje que proponen. La sorprendente pulcritud, la prolijidad en cada ejecución de Santiago Álvarez Ruiz, la manera en que las guitarras de Javier Rabinovich e Ignacio Xabier Ruibal se complementan como si hubieran nacido para estar juntas, la firmeza del bajo de Juan Manuel Pairone y la dulzura de la voz de Lucila Escalante parecen ser los ingredientes perfectos para un producto que se destaca por naturaleza misma. Es inevitable apreciar los numerosos matices que enriquecen el sonido del pez banana y lo elevan en su propuesta. Este es un disco que está bien hecho, y fue pensado en cada mínimo detalle y es esa clase de dedicación, ese goce implícito que instintivamente se puede percibir, lo que hace tan valioso este disco, que, como todos, es más que la suma de sus temas, una experiencia que va más allá de lo musical y explora otrs ámbitos de concreción, como lo es la gráfica, el arte de tapa, las letras o presentaciones en vivo.

“México” es el tema exacto para poner todo esto en evidencia. Es el punto máximo de la promesa del pez banana, tiene todos los componentes que una canción tiene que tener para ser “perfecta”: la calma, el caos, los cortes, el gancho, la parte para cantar como quinceañera enamorada y la parte para gritar y revolear las manos en el aire. “México” es sublime ( y es un total desafío hacer que se despegue de la cabeza de uno) pero no es lo único que impresiona de este trabajo del pez banana. “Mañana” es la canción que continúa en este viaje, que ahora parece un viaje más que nunca. Esa mezcla entre lo apacible y “hogareño” del folk junto con lo más dinámico y exaltante del pop, simplemente da ganas de vivir sin preocupaciones y ser feliz. Dentro de la misma línea puedo situar a canciones como “Los Reyes de la ciudad” o “La Ola”.

Cuando una canción te despierta emociones es porque está bien lograda, y eso no es ninguna preocupación en SUBA.

“Casa” y “Bolsillo” bajan un poco las revoluciones y nos acercan a un momento más introspectivo. Escalante explota su voz jugando con ella, explorando diversas tonalidades siempre de una manera muy armoniosa, mientras el resto de la banda monta el ambiente exacto para que ésta se desenvuelva, mostrando al mismo tiempo gran complejidad y versatilidad en sus ejecuciones, donde, nuevamente, la riqueza se encuentra en los detalles.

Otro punto donde conviene hacer hincapié es en la canción “Bien”, una de las más ambiciosas musicalmente hablando. Con una atmósfera completamente hipnotizante nos introduce en un universo etéreo donde los intrumentos juegan libremente en construcciones que parecen no tener esfuerzo alguno, sino completamente naturales, casi innatas. “Caja Muda” y “Con Vos y el Viento” van a ser las otras canciones que explotarán estos elementos para producir ese hedonismo que caracteriza tanto a este primer LP de Un Día Perfecto para el Pez Banana.

SUBA es una exclamación, un “statement” que arrastra consigo una ambición muy grande: es la plataforma de despegue de una de las propuestas más interesantes que tiene nuestro país en este momento. Pero no se queda corto en sus promesas. Es asertivo en la búsqueda de un sonido propio y presenta un producto muy original y creativo. No quieren parecerse a nadie y no tienen miedo de forjar todo aquello que los identifique y separe del resto. Y sin embargo no lo hacen ostentosamente, sino más bien de un modo muy modesto, cubriéndolo con capas de ejecución musical fácil de ser “sentida”. El desafío está en adentrarse en la riqueza de sus detalles, admirarlos, no en sus singularidades, sino reconociendo la armoniosa manera en la que se acoplan para formar ese todo que es SUBA. Y es de ésta manera como Un Día Perfecto para el Pez Banana puede pavonearse ante su creación y alegrarse porque llegó para quedarse.