En estos últimos años, Ainda ha logrado posicionarse como uno de los proyectos más populares de la escena nacional. Cautivando a miles de oyentes y afianzando una profunda devoción por parte de sus colegas, el dúo conformado por Esmeralda Escalante y Yago Escrivá demostró conocer al pie de la letra la receta perfecta para transmitir emociones a través de melodías pegadizas y luminosas que enuncian reflexiones sinceras y reconfortantes. No importa la estación que corra puertas afuera, la calidez que irradian sus canciones suscita una sensación de primavera interminable.
Sin embargo, hablar de Ainda hoy en día no denota lo mismo que el pasado, porque una constante a lo largo de su historia es el de la evolución solemne y cristalina. La primer etapa de la trayectoria se caracterizó por abordar la apacibilidad de sonoridades acústicas con una identidad inclinada estrechamente hacia la música folk. Pero luego de sembrar el apego general tras estrenar Uno (2013) y Segundo (2015), viraron hacia nuevos horizontes robusteciendo su propuesta estética al amalgamar la energía de otros géneros y consolidar un sonido de banda en sus presentaciones en vivo. Los efectos de esta iniciativa son evidentes en Animal (2018), el cual obtuvo una nominación a “Mejor álbum pop alternativo” en los Premios Gardel, y en Millones (2020), su último trabajo discográfico, en donde elevan su virtud transformadora a un cielo irisado.
Conformado por trece piezas, el cuarto disco de la dupla porteña tiene un imán afectivo capaz de atraer con la misma potencia lágrimas y regocijos sin perder el equilibrio. Desde la nostalgia envolvente de “Lado B” y “Un día más”, a la vitalidad crepuscular de “Tú” y “Maremagnum”, Millones refleja la solidez ornamental de Ainda con frescura, afinidad y elegancia. Se trata de un viaje intimista de cuarenta minutos que empieza y termina cantando en distintos idiomas el track que le da el nombre al repertorio, y en el transcurso nos sirve de compañía necesaria para difuminar las sombras de estos tiempos difíciles donde la soledad es la moneda corriente en gran parte de la sociedad. Sobre estos y más temas, hablamos con Esmeralda.
Tuvieron la suerte de participar del Festival Buena Vibra antes de la suspensión definitiva por las nuevas medidas sanitarias. ¿Cómo vivieron el show?
La verdad que estuvo buenísimo por muchas razones. Primero porque el Buena Vibra fue el primer festival que nos contrató en la edición del 2019 en el Malvinas Argentinas. Esa vez estuvo bárbaro y fue nuestro debut en un escenario grande con bandas de las cuales somos re fans. A raíz de esa experiencia se abrió algo a partir de esa apuesta que hizo Joaco [Speroni, creador y productor del festival] por Ainda, y volver el otro día fue muy lindo porque estamos conectados a eso de alguna manera con mucho agradecimiento. Encima nos tocó una fecha hermosa, supongo que la diagramaron así porque tenemos muchas amistades en común, pero fue increíble compartir escenario con Bandalos Chinos que siempre me invitan a cantar, con Miranda Johansen que nos va a hacer ahora el video de “Maremagnum”, y también con Telescopios, que si bien a ellos no los conocíamos, pegamos la mejor. Además, la participación en nuestro show de Feli Colina, que es una gran amiga y con Yago la admiramos un montón y compartimos mucho día a día. Estamos todos en una especie de comunidad muy linda.
Antes del festival estuvieron tocando en Córdoba y Rosario. ¿Qué significó para ustedes volver a las giras?
Nos hizo muy bien volver a sentir eso de activar por ese lado de viajar y tocar, que esa combinación es el deleite máximo. Encima pudimos ir con la banda, que nos encanta eso porque el disco nuevo se luce más en ese plan. Estuvo espectacular, la gente estaba muy conectada, agradeciendo la música en vivo. Lo pienso ahora y me da piel de gallina. El primer show que tuve post pandemia fue el de Mi Amigo Invencible en el Anfiteatro del Parque Centenario que me invitaron a cantar y me acuerdo la electricidad en el cuerpo, te juro. Antes ya estaba llorando con “Suavemente entusiasmado”, que es una canción que me destroza el corazón, y cuando me tuve que subir no podía creer lo que estaba pasando. Como que ahí se recuperó la conciencia de la magia y el ritual de los conciertos.
¿Cómo describirías el concepto de Millones?
Con Yago siempre jodimos con que queríamos hacer un disco de clásicos. Empezó siendo una joda, como una motivación interna nuestra creativa, y siento que un poco lo logramos. Hoy lo escucho y me encanta porque pienso que son canciones que me van a gustar siempre. También haber hecho las fotos para la tapa con Nora Lezano fue una experiencia espectacular. Ya teníamos bastante buena onda y nos habíamos cruzado por tener amigues en común, pero verla laburar es fascinante, ella realmente está componiendo, es muy inspiradora y tiene una visión muy única. Desde el lado conceptual siento que es eso, la búsqueda de canciones que trasciendan la moda o la época, que tengan un sonido que no remita a ninguna década en especial.
Millones continúa la línea pop que empezaron con Animal. ¿Cuál fue el momento de quiebre en el que tomaron distancia del sonido acústico de los dos primeros discos?
A los dos años de haber sacado Segundo, veníamos tocando mucho en un circuito bastante distinto al que nos movemos ahora, en un plan más acústico, folclórico, café concert. Y nos dieron ganas de explorar otros sonidos, de hecho en el segundo disco ya lo hicimos, suena un poco más orquestal con arreglos que lo hacen más pomposo. Pero para Animal decidimos sumar gente que nos den cosas que a nosotros no nos salen naturalmente, como un desafío artístico. Y ahí nos juntamos con Iñaki de Bandalos Chinos y con Paul de El Zar, que son amigos de hace muchos años, de hecho Yago estaba viviendo con Iñaki en ese momento y Paul es el mejor amigo desde que tienen trece años. Ahí empezamos a hacer unas juntadas de preproducción en la casa de los chicos y se dio porque la motivación realmente estaba en eso, buscar algo que no teníamos adentro. Y no por nada los convocamos a ellos, que estaban muy en otro lugar. Quizás ahora ya estamos más cerca, pero en ese momento era otro flash total. Y creo que se armó una combinación muy copada, porque seguía siendo Ainda, pero con otro disfraz, otro maquillaje. También nos dieron ganas de tener un material para tocar en lugares más grandes con un sonido más potente y transmitir otras cosas. Incluso fantasear con hacer bailar a la gente, cosas que a dúo en plan folk estaba difícil.
¿Qué sienten cuando escuchan hoy en día esas primeras canciones?
Justo hace poco las escuché y por un lado me da mucha ternura escuchar y darme cuenta que éramos re chiquitos, tomando decisiones que por ahí no nos dábamos ni cuenta. Y eso me produce algo bueno, el hecho de reconocer la valentía de ese arrojo, percibir la inocencia y ese algo desprejuiciado, que me encanta. Y por el otro digo “uy, qué horror, ¿quién está cantando?”. Me provoca un cariño espectacular, está bueno ver cómo crecimos, cómo profundizamos la búsqueda y mejoramos la interpretación, el audio y la composición. Obvio que me gustaría que al entrar a Spotify los primeros cinco temas sean de Millones, pero hay un par del primer disco que no se mueven. Igual es algo que nos pasa a todes les musiques, que queremos que escuchen lo más nuevo porque es lo que te está representando.
“Primavera” fue el primer adelanto del álbum. ¿Cómo surgió la idea de incluir a Jorge Drexler?
En verdad lo habíamos invitado a cantar en “Animal”, yo sentía re presente su voz en el estribillo: “¿a qué clase de animal le habrás robado las plumas?”, como que me parecía muy drexleriana esa melodía y la letra. Él se re copó, se lo mandé al WhatsApp y ya se había puesto a imaginar arreglos. Nos felicitó por el giro que estábamos dando a nivel sonoro. Después de eso lo perdimos, la agenda de esas personas son una locura, creo que por ahí ganó los Grammys, no recuerdo si fue ahí o después. Pero la propuesta quedó en el aire y cuando surgió “Primavera” nos volvimos a contactar y ahí sí lo logramos. Todo con varios meses de diferencia, de hecho lo grabamos en octubre de 2018 y salió en la primavera del 2019. Ahora lo escucho y siento que quedó re bien que haya salido en ese momento. También es una demostración de lo generoso que es, nosotros lo conocimos en Uruguay compartiendo guitarreadas. Es un artista muy generoso con los nuevos o con quien esté cerca, muy linda persona para aprender no solo de lo musical, sino de lo humano. Es un chabón re abierto con las nuevas generaciones, imaginate que ahora participó en el disco de C. Tangana.
“Maremagnum” es una canción que llama la atención no solo por su nombre. Cuando cantás “que se acabe el mundo por favor” es muy imponente. ¿Cuál es la historia detrás de esta canción?
Esa palabra es hermosa, la aprendí hace varios años porque la decía la mamá de mi primer novio cuando algo era un quilombo. Después, cuando escribí la letra busqué el significado y tenía que ver con un estado medio crítico de confusión emocional, caótico. Y la escribí en ese estado total, de colapso emocional, pandemia además, con el corazón roto, pero de ese lugar salen cosas tan increíbles que lo terminé agradeciendo. Porque es una de mis preferidas y siento que en vivo se terminó de armar. La primera vez que tocamos en el Centenario después de sacar el disco fue muy llamativo cómo todo el público estaba gritando eso, como algo muy catártico colectivo, hermoso. Después nos arrepentimos un poco de no haberla largado como single, pero a la vez siento que es una de esas joyitas que se descubren después y eso me gusta. Tiene algo muy lindo en la letra que es una especie de vómito, como que salió de una casi sin corregir nada. De hecho cuando nos juntamos con Nico Btesh y Paul que son los productores de “El equilibrio” y “Maremagnum”, y cuando se la mostré medio de rebote les encantó. Y me encanta también esa magia que tiene la música para la identificación, como de un momento tan íntimo y personal, puede surgir una unión de muchas personas, es muy increíble.
Si bien parte del disco ya estaba terminado antes de la pandemia, ¿cuánto afectó la situación global en la producción?
Bastante, hay varios temas que terminamos de componer y grabar en pandemia. Siento que en el disco encontramos un refugio cuando era todo bastante sórdido en el mundo. Poder salir de nuestras casas y hacer lo que nos gusta es un montón. “Un día más” la escribimos un día antes que empiece la cuarentena, está todo ahí bastante fresquito. Así que creo que se siente de alguna manera, pero sin hablar de eso. “Lado B” salió el primer día de cuarentena y ya lo teníamos hace un montón, pero creo que pasó lo mismo con toda la música y el mensaje de las letras, que se resignificó muchísimo con la situación global.
Tres de los adelantos (“Lado B”, “Tú” y “Millones”) fueron producidos por Adán Jodorowsky. ¿Cómo fue la experiencia de trabajar con él?
La verdad que fue un regalo de la vida. Tiene una energía muy hermosa para trabajar en el estudio, porque plantea un modo de laburo muy horizontal. Uno quizás de afuera piensa que al ser Adán, produjo a tal y tal, está lleno de data, vivió en París, México, Los Ángeles, tocó con no sé quién, se cree que va a venir con una actitud que nada que ver. Es re humilde en ese sentido, porque realmente habilita a que todas las personas que están ahí aporten, toquen y opinen, y construye desde algo horizontal y no tan piramidal. Tiene una manera de liderar muy sana y que hace que el proceso de grabación sea hermoso, porque todo el mundo se siente muy cómodo. Y además que es un cago de risa, nos la pasamos boludeando y era después de salir del estudio ir a tomar un helado o una birra, hinchar los huevos todo el día, real.
“Millones” abre el disco y también lo cierra con una versión en portugués. ¿Por qué decidieron traducirla? ¿Y cuál es su relación con la música brasileña?
Con Yago siempre tenemos un pedacito del corazón allá porque mucha de la música que viene de ese país nos ha constituido y sigue haciéndolo. Hay una data musical que no se puede creer. En la cuarentena estuvimos escuchando mucho a O Terno, que es la banda de Tim Bernardes; y después está Tó Brandileone que es un cantautor amigo de San Pablo que es una cosa increíble lo que toca y lo que compone. Hay un nivel muy alto de calidad musical. Tuvimos la suerte de ir, abrir los shows de Drexler y tocar en otros lugares y es increíble lo que sucede. Vas a una samba de ronda en un sucucho y no podés creer lo que tocan las bestias, realmente deslumbrante. El idioma ya de por sí es música. A mí me gustan mucho los idiomas y tengo facilidad, un día se me ocurrió traducirla y le pedí ayuda a Sofi Campos, que es una cantautora hermosa que vive en México y que se crió en Brasil, así que tiene aceitado el portugués. Entonces me dio una mano para la traducción y la terminamos grabando supongo que por un caprichito nuestro, darnos un mimo. La versión quedó bien despojada, acústica, y sentimos que era un lindo cierre para el disco. Después, el recibimiento de eso en Brasil fue muy bueno, porque la gente estaba re agradecida en que haya una versión en portugués. Un regalito que siento que está bueno.
Durante 2019, además de varios shows en Argentina, anduvieron por París, Madrid y Barcelona. ¿Cómo fue la recepción de sus canciones en Europa?
Hay algo que siempre digo que siento que la música es una llave maestra que abre puertas y corazones como si nada. Genera mucha abundancia llegar a una país ajeno con eso, es un atajo para llegar a gente, llegar a sitios no turísticos y ver con profundidad los lugares. Y a nivel musical siento que las música funciona, conecta, entonces siempre terminan pasando cosas muy especiales. Sobre todo de llevarnos amistades, realmente tenemos amigues por todo el mundo. Al final es para eso.
Recientemente colaboraron con el músico Zenón Pereyra en su canción “Bossanova”. ¿Qué nos podés decir de esta colaboración?
A Zenón lo conocimos porque también lo produce Paul Giménez, que es nuestro bajista al mismo tiempo. Y nos mostró re entusiasmado lo que estaba haciendo con él y nos hicimos fans. Cuando lo conocimos pegamos muy buena onda, es muy talentoso, tiene una energía muy para arriba. Se junta con gente piola para crear, grabar, filmar, así que me pareció que estaba buenísimo. Nos invitó a grabar este tema y siento que estuvo muy bien la elección, porque tiene algo medio aindero, pero es él cien por ciento, si bien el tema es de él, siento que le pudimos sumar un poco. También es esto de ser abierto a colaborar con otras personas para que la rueda gire para todos lados.
Anunciaron que ya están pensando en un disco nuevo. ¿Qué podés adelantar?
Está bastante verde aún, porque tendremos cuatro temas compuestos. Nuestra idea es retirarnos un poco de la ciudad a componer, irnos varios días y meternos a full en la etapa de creación. Disfrutamos mucho el proceso de grabación, nos mantiene en una sinergia muy copada y tenemos los medios por suerte. Tenemos el apoyo de Ditto, que es un sello que nos está brindando muy adecuadamente lo que necesitamos para hacer música y eso nos da la soltura de poder encarar un disco habiendo sacado uno hace pocos meses. Muy manija, pero también re desafiante, porque la verdad que nos gusta mucho Millones y nos intriga saber qué haremos después de esto. Siento que dejamos mucho corazón ahí, así que ahora hay que ver qué pasa.
Escuchá a Ainda en plataformas de streaming (Spotify, Apple Music).