Simón Saieg busca trascender. El músico mendocino se encuentra explorando lenguajes artísticos que expandan su trayectoria solista hacia nuevos horizontes. Para esta tarea, el vocalista de Perras on the Beach tuvo que crear un alter ego que refleje un cambio sustancial en su propuesta.
Algo de este interés había sido insinuado en Película, el EP audiovisual e instrumental que Perras sacó el año pasado. Pero como solista, Saieg se hunde de lleno en la experimentación y el juego con lo incierto. Durante los últimos años, el músico acumuló un sinfín de experiencias que dejaron su huella en su arte y en quienes lo oyen. Ahora es el momento de preparar el terreno para el aterrizaje de esta nueva y peculiar odisea llamada Doppel Gangs.
¿Cómo describirías la dualidad entre Simón Poxyran y Doppel Gangs?
Prácticamente no se trata de una dualidad, sino de una evolución de Simón Poxyran. Hablando de los comienzos de esto, salió de una necesidad mía de contar cosas personales que me habían pasado, como una especie de descarga. En ese momento no pensaba en todas las cosas que puedo llegar a pensar ahora cuando pienso en un proyecto musical, solamente pensaba en hacer esas canciones y listo. Y en esa manera vaga, por decirle de algún modo, de pensar un nombre, surgió uno que utilizaba para hacer videos cuando era más chico. Después con el tiempo me di cuenta de que no me sentía tan representado con eso. Y ahora que vuelvo a hacer un proyecto solista quiero hacerlo con algo más completo, que haya mucha más información que no sea solamente música. Quiero sentirme cien por ciento identificado con lo que estoy haciendo, con el nombre del proyecto, con todo. Por eso es una evolución. Y también me parece que va a ser un canal para bajar información, así como lo fue Simón Poxyran, pero esta vez de una manera más conceptual, más específica, más enfocada en lo que quiero transmitir.
¿Cuáles serían esos otros aspectos en los que te gustaría trabajar?
Lo audiovisual es algo que siempre quise hacer. En Perras on the Beach medio que estaba ahí pero desde otro lugar. Y ahora que sentí que tenía la oportunidad de empezar de nuevo quiero que esto sea completamente audiovisual, la misma importancia entre la imagen y el sonido, cincuenta y cincuenta. Este disco puntualmente relata una historia, hay dibujos animados y un mundo nuevo. Si hay una dualidad, ahora sí, es entre la realidad y la fantasía. Es como abrir una puerta que está ahí y muchas veces está cerrada, con este proyecto se abre por completo ese mundo de imaginación. Y no hay mejor manera de representarlo, además de la música, que con lo visual. ¡Es cine! ¡Una locura!
Sabemos que sos muy cinéfilo, la última vez nos estuviste recomendando a Herzog. ¿Qué viste en esta cuarentena que te haya volado la cabeza?
Vi muchísimas películas todos los días. Estuve flashando mucho con Terry Gilliam, vi varias de él que me re gustaron, Time Bandits [1981] por ejemplo que no la veía desde cuando era chiquito. También estuve viendo muchos dibujitos porque como en este proyecto hay una parte de animación muy grande, estuve metiéndome en ese mundo de lleno que siempre me interesó, pero ahora lo veo de otra manera. Es como cuando escucho música pensando en componer, veo películas para sacar inspiración.
¿En qué etapa de producción se encuentra el proyecto?
El disco se llama Atlas, pero siento que no es el momento para que salga esto. Además no llegué a terminar de filmar los videos, se echó todo un poco para atrás. Pero mejor, yo lo siento mejor, no es un momento para que salga, tal vez sea un momento para crear y tener la mente enfocada. El año que viene, no sé, cuando se pueda hacer el 360 de la música que es tocar en vivo principalmente, llevarlo a todos los terrenos y no solamente Spotify y YouTube, que sea algo que se pueda ver y sentir, ese va a ser el momento indicado para que salga. Pero por ahora estoy grabando, ya grabé la mitad del disco. Lo estoy haciendo en un estudio que se llama Papamusic, que está increíble, es como un paraíso. La verdad que estoy muy cómodo, lo estoy produciendo con Juan Manuel Rodríguez [Cajú] y también lo está coproduciendo Ezequiel Flehner, que es uno de los dueños del estudio y también alto capo. Estamos gozando mucho, con Juanma nos piloteamos las ideas entre nosotros. Esta vez yo me entregué a la mirada de un productor de una forma más seria, me parece. Porque la otra vez era mucho más amiguismo en lo que respecta a mi experiencia en la forma de producir. Y ahora al estar en un estudio puntualmente grabando el disco lo encaramos de otra manera. Pero con la misma energía de siempre, relajados y experimentando muchísimo, esta fue la vez que más estuve experimentando en el estudio.
¿Y el sonido hacia qué lado va?
La música va por un camino re nuevo, yo no le encuentro una similitud ni a Perras, ni a nada de lo que fui haciendo. Obviamente va a existir una similitud porque soy yo, pero es como un nuevo capítulo. Siento que este es un disco universal, como para trascender y poder entenderlo en cualquier idioma. Esas son barreras que la música puede romper y suena a eso, a algo que puede sonar en cualquier lugar y me encanta. Hay un concepto bastante marcado, pero también hay una liberación para flashear en cualquier género. Es un disco muy divertido y con mucha información, también tiene momentos para descansar, para volar, hay para todos los gustos.
¿Qué nos podés adelantar del concepto de Atlas?
El nombre es porque hay un mapa en donde todo está centrado y te lleva hacia un lugar. La historia empieza con este mapa y un visitante de otra dimensión. Y después seguro que en un próximo disco evolucionará a otra cosa, quizás en un futuro a una película. Es como un proyecto que es bastante grande, de base ya es gigante.
¿Cómo te afectó el aislamiento social en el proceso creativo?
Todos somos personas distintas, tenemos distintos privilegios, a cualquier persona le puede pegar mal esto o bien. Yo tuve mis momentos, tuve momentos de sentirme muy encerrado en mi cabeza más allá del lugar físico, pensando siempre lo mismo, enroscándome. Y creo que también de esos pensamientos se me ocurrieron un montón de cosas para este proyecto. Obviamente no pude grabar porque toda la parte sonora estaba sucediendo en Papamusic y no queremos sacar el eje de ahí. Hemos avanzado cosas en la cuarentena pero tenemos muchas ganas de retomar el estudio cuando esto se libere, volver al estudio y continuar firmemente. En ese sentido, lo que más se avanzó en esta cuarentena fue la de pensar en un montón de cosas que van más allá del proyecto y abarcan lo humano. Más allá de la cuarentena, están pasando un montón de cosas re fuertes que ya no se soportan más. Me parece un momento muy increíble para reflexionar.
Hace unos meses salió una colaboración tuya con la agrupación Voicot. ¿Qué sentimientos te genera este tipo de luchas?
Es un vínculo muy profundo que viene del amor y la empatía. Hay muchas cosas que pasan en la vida y a veces las personas se pueden hundir o salir adelante, y a mí me han servido para pensar fuertemente en todo. Y en esos momentos fue cuando me di cuenta de un montón de injusticias, cosas que me parecen muy hipócritas en relación al maltrato animal, como también el comer animales. Todo eso me afectó mucho realmente, me sentí como que era una persona muy rara haciéndolo teniendo mascotas en mi casa y abrazándolas. Me generaba una sensación muy extraña que me pegó demasiado. Y después, más allá del sufrimiento animal, está el mismo planeta Tierra y todo lo que desencadena el consumo animal. Por eso creo que el veganismo y el antiespecismo van por otro lado más allá de comer animales, es una filosofía de vida. Me parece que lo que hace Voicot es increíble y re apoyo, y cuando se puedan volver a hacer cosas me encantaría vincular mi proyecto al activismo vegano. Es algo que me mueve muchísimo por dentro.
¿Cuál es tu disco de cuarentena hasta el momento?
El último disco de Thundercat, It Is What It Is, es impresionante, me flasheó mentalmente y se me ocurrieron un montón de cosas para el disco. Esa dupla entre Flying Lotus y Thundercat la tengo muy arriba en estos momentos la verdad.