C. Tangana se ha pasado la vida corrigiendo a la gente sobre quién es y quién no es. El artista madrileño de 29 años llegó a Argentina para presentarse en el festival Buenos Aires Trap, pero es rápido en aclarar que él no es un trapero y que lo que él hace no es trap. Desde la salida de Avida Dollars, su mixtape de 2018, logró sacarse de encima las etiquetas de la crítica con una serie de singles que coquetean con distintos géneros sin casarse con ninguno. Este último año colaboró con cantantes de pop y trap, pero también con artistas de culto y productores emergentes. Como dijo en una entrevista pasada con Indie Hoy, “no creo que se me pueda catalogar fácilmente.”
La discusión sobre su identidad llegó a un límite en agosto cuando Tangana iba a dar un show en la ciudad de Bilbao. Un grupo municipal juntó firmas para protestar contra su presentación a causa de sus “letras machistas y sexistas” y logró que el ayuntamiento cancele el show. El artista respondió dos semanas después agregando un show gratis para su público. Durante esa noche, Tangana se abstuvo de hablar sobre la censura y solo dijo que sus canciones hablaban mejor por él. “Creo que la gente es libre de juzgar. Yo soy un artista y me tienen que juzgar todos, pero que estén cuidaditos con prohibir. Porque a mí me puede juzgar quien quiera pero prohibir no me puede prohibir nadie más que mi madre.”
¿Sentiste que la cancelación de tus shows se trató de un malentendido del mensaje de tus canciones?
Yo creo que hay muchas partes de mí y muchas letras en las que explico distintas partes de mí. Si tu miras mi catálogo, todas las canciones que tengo disponibles en el mercado, no estás escuchando siempre los mismos mensajes. Creo que de hecho soy un artista polémico, polifacético, que siempre voy a intentar generar un quiebre o hacer pensar. Mi música no tiene límites, yo hablo de todo, hablo de mis partes buenas, de mis partes malas, hablo de otros, hablo de cosas que pienso, de cosas que pienso que están mal… Yo escribo poesía, no escribo leyes ni el nuevo testamento ni lecciones para vivir. Yo hago poesía. Y la mayoría de la literatura y el arte que a mí me gusta mira al barranco, es nihilista o existencialista, tiene toques de las cosas oscuras, del lado peligroso de la vida.
¿Creés que la gente confunde a C. Tangana, el artista, con Antón Álvarez, la persona?
Sí, pero todo lo que aparece en mi lado artista es verdad, todo lo que canto son cosas que me pasan a mí en la vida. Lo que pasa es que el artista lo interpreta y la persona no. La persona convive con ello, trata de ocultarlo en algunas situaciones, lo padece, en cambio el artista lo interpreta y lo representa. Pero todo lo que le pasa a C. Tangana es algo que me pasa a mí. La diferencia es que yo elijo qué hago arte y qué solo le cuento a mis amigos.
Y en esa elección aparece la interpretación artística.
Sí, muchas veces tu tienes penas pero no escribes una canción de diez minutos diciendo “qué triste estoy, tengo pena, qué triste estoy.” Eso no es arte. Explicar la vida no es arte. El arte es una interpretación poética, estética, de cosas que te pasan a tí o que crees que le pueden pasar a más gente, o que representan un valor. Pero desde luego no es lo que pasa en la vida, tiene que pasar por un filtro para ser arte.
¿Hay algo que extrañes de tu vida previa a ser C. Tangana?
Sí, siempre que viajo a un sitio donde no me conocen me siento normal, como me he sentido toda la vida y no como ahora que es una cosa rara que no sé explicar. Cuando me siento normal por la calle estoy más a gusto. Nunca me ha interesado la mirada de la gente, ni los focos ni las cámaras ni nada de eso. A mí me gusta estar en el estudio y crear. Y me gusta pensar que soy un artista y dedicarme a pensar que soy un artista todo el día. Recibir arte y expulsar cultura, eso es lo que a mí me gusta hacer. La fama es otra cosa que he tenido que aprender a incluir en mi arte para poder aceptarla. Pero a mí me gustaría haber sido como Daft Punk y haberme puesto una careta el primer día para que no me reconozcan.
Lejos de las luces de la fama, Tangana prefiere las noches en el estudio junto a su productor de cabecera Alizzz. La seguidilla de singles en las que el dúo creativo trabajó durante el último año demuestra una búsqueda obsesiva por componer un repertorio que capture la esencia latina, colaborando con artistas de todo el continente y explorando distintos géneros regionales. Sus últimos singles incluyen un bolero junto al cantaor flamenco Niño De Elche y un funk carioca con el rapero brasilero MC Bin Laden. Tangana aprovechó su visita a Argentina para filmar el video de “5 Stars”, su nuevo track junto a Duki, Neo Pistéa y Polimá Westcoast.
Si cada nuevo lanzamiento de Tangana muestra una nueva cara de su sonido, también implica una apuesta de mayor alcance y producción. En un contexto musical marcado por el boom del trap latino y los géneros urbanos, el madrileño ha sabido cómo mantenerse en la cima de la ola y un poco al costado para evitar la caída. Mucho ha reflexionado sobre su relación con las discográficas multinacionales y el negocio de la música. Se trata de un artista que utiliza las plataformas actuales de la industria sin sacrificar su integridad. Y lo logró: a medida que crece su popularidad, más auténtico resuena su mensaje. “Eso puede ser porque veo más tentaciones y me creo que me estoy dejando llevar cada vez más, entonces trato de virar y me expreso más a favor de mí, busco reafirmarme más.”
¿Sentís que cada vez es más difícil mantener el control de tu obra?
No lo creo, pero sí creo que tengo más fácil el olvidarme de cosas que me parecían importantes cuando no tenía un puto duro o cuando no me hacía caso nadie. Es mucho más fácil cambiar, y ya no es porque te estén controlando sino que tu ya has tomado la decisión de decir “ah, lo paso y ya.” Al final te acomodas, y a veces te tienes que dar con un palo para decir “¿tu estás aquí para hacer algo que realmente quieres o te estás dejando llevar?” Pero yo en ningún momento siento que Sony tenga el control sobre mí. Creo que de hecho, con el perdón de Sony, no tienen idea de para dónde voy a ir. Cada vez que viajo por el mundo a sitios en donde no me conocen tanto, veo que no tienen ni puta idea de para dónde va esto, están esperando a ver qué pasa.
La ambición fue el tema principal de tus discos Ídolo y Avida Dollars. ¿Lo sigue siendo?
Sí, creo que es el rasgo principal de mi caracter. Es un rasgo que siempre he tratado de ocultar, y resulta que cuando escribo es lo que más me identifica. Pero en la vida siempre he tratado de demostrar que no, que no tengo ambición, que no soy competitivo, y es mentira. Estoy obsesionado con eso, desde que jugaba al baloncesto con ocho años hasta ahora que escribo coplillas.
Más allá de la competencia a tiempo presente, ¿piensas en la huella que estás dejando a largo plazo como artista?
Sí, es algo en lo que pienso mucho, todo el rato. Como qué artista quieres ser. Si quieres ser, sin faltarle el respeto a nadie, si quieres ser Maluma baby o quieres ser Bob Dylan, sabes. Pues sí, lo pienso todo el día.
¿Qué carreras de artistas te influenciaron?
Muchísimas. De cantantes diría Héctor Lavoe, el cantante por excelencia. La clase, el lifestyle, trasladar tu vida a las canciones, convertir tus canciones en algo que vives, el intento de ser atemporal, el intento de agrandar la leyenda, siempre me gustó mucho. Y Jay-Z, Jay-Z es el número uno de todos los tiempos y en todos los ámbitos.
Hace unos meses compartiste en tu Instagram un texto enumerando las cosas que inspiran a C. Tangana, y mencionaste a Borges. ¿Qué te inspira de él?
Es mi escritor favorito desde siempre. Hay dos cosas que me gustan mucho de Borges. Que a pesar de ser una persona que entrega un arte muy elevado, piensa en el arte y la cultura como algo popular. Por ejemplo, él siempre dice que Joyce es un fracaso. O sea decir que Joyce es un fracaso, para todos los sibaritas del arte, es una patada a los huevos, porque es como el máximo representante. Pero decir que Ulises de Joyce es primordialmente un fracaso porque no llega a conectar con lo popular y con lo que puede entender todo el mundo y que es algo demasiado sesudo, cuando Borges es el escritor más sesudo del mundo, pues eso me parece glorioso. Que el tipo más inteligente que yo he leído en mi vida diga que la literatura no va de hacerse el inteligente sino que es otra cosa, que conecta con los sentimientos, con la cultura popular, con el entretenimiento, siempre lo he valorado, siento que tiene mucho que ver conmigo. Y en algún sentido pienso que él también era un artista fracasado en la medida en que no pudo ser poeta, jamás, y en una segunda medida en que leyó y escribió más de lo que vivió, y se sentía arrepentido por eso. Sus mejores cuentos son todos los cuentos sesudos que son una metáfora adentro de otra metáfora… pero a él lo que le hubiera gustado escribir eran cuentos de valientes, de bandidos y de hombres de acciones. Esa paradoja hace que sea mi artista favorito.
¿Te sentís identificado con esa paradoja? ¿Sentís que en tus canciones hay más vida que en tu vida personal?
No, a mí me hubiera gustado leer tanto como Borges y haber vivido un poquito menos. Me hubiera gustado acostarme más temprano y levantarme más temprano, pero eso no pasó. A cambio yo voy a escribir unos cuentos de villanos que él no podría escribir.
C. Tangana se presentará el sabado 30 de noviembre en el festival Buenos Aires Trap, entradas disponibles a través de Dale Play Ticket.