“Los primeros discos son irreverentes, rebeldes, son un vómito creativo. No sabés cómo va a ser la respuesta del otro. Es como la primera vez que vas a encarar o la primera vez que te encaran, es imposible no tartamudear, estás bajo una presión tremenda. Tienen mucho valor los primeros discos, como todo lo primero en la vida, porque lo que viene después de eso puede ser mágico o muy doloroso”, dice Gabriel Nazar, frontman y productor de Gauchito Club, en conversación con Indie Hoy.
Cuando la banda mendocina publicó su primer disco en 2018 Guadanara fue recibido como un soplo de aire fresco dentro de la escena, gracias a una combinación de sonidos ecléctica, efusiva y, ante todo, argentina. Unos años después, su versatilidad se perfeccionó para dar nacimiento a El camino de la libertad (2021), la gran catapulta que los cuyanos interpretan como el fruto de su polifacetismo. Algorítmicamente hablando, ese rasgo era imprescindible.
“Vos escuchabas un tango de Gardel y te aparecía un tema de Gauchito. Vos escuchabas una bachata y te aparecía un tema Gauchito. Vos escuchabas una cumbia y te aparecía un tema de Gauchito”, recuerdan entre risas. Este segundo proyecto incluía singles que fueron muy bien recibidos por su audiencia, como “Encendedor” (grabado “en vivo, en un patio, con un perro ladrando”) y “Movimiento astral”, que al día de hoy acumula millones de reproducciones en plataformas.
Todo lo que vino después de ese vómito creativo fue, efectivamente, mágico. Su tercer álbum de estudio, Vulnerable (2024), alimenta a la noble prosa argentina con la construcción de un paisaje metódicamente planificado. La constancia de las diez piezas que conforman al disco tiene por compromiso hilar una experiencia inmersiva que lleve al oyente a un lugar determinado. “Puede sonar en la playa, puede sonar en festivales, puede sonar en una ranchada en el río tomando mate, puede ser en un viaje en auto, puede ser en la cocina de un hostel, cocinando fideos, puede ser en un casamiento”, imaginan.
Pero, ¿cómo formular un producto capaz de habitar cada uno de esos espacios? Para Gauchito Club, esa respuesta se encuentra en su habilidad para fusionar influencias y sonidos en apariencia disímiles, pero cuya mera percepción se vuelve un pasaje de ida a los distintos mundos que inspiran a la banda. “Vulnerable”, track que terminó dando nombre al proyecto, es el ejemplo perfecto de eso. En una canción que atraviesa referencias R&B, pop, funk y soul, Gauchito confiesa su deseo de “Hacerle frente a esta cosa de ‘estoy enamorado, vengan todos los flechazos hacia mí, la voy a bancar y lo voy a gritar a los cuatro vientos’”.
La exacerbación del potencial cinematográfico de estas canciones también resulta esencial en Vulnerable. Las imágenes pintorescas invocan a la música, y es ahí donde las líneas se plagan de lugares comunes, cotidianos y cercanos. Desde esa persona que se aleja “en un bondi hacia Carlos Paz” en “Mi loca incomodidad“, hasta el deseo de vivir una amistad tambaleante “como Rachel y Ross” en “Vulnerable”, e incluso en el esbozo de ese trabajador que se hace preguntas sin respuesta y no logra escapar de la gran duda metafísica en “Fábrica Colón“.
Lo imprescindible para el grupo mendocino es que la canción vaya a la cabeza del proceso creativo. “¿Por qué? Porque si todos tuviéramos que tocar todo el tiempo, sonaría muy planchado y monótono, y Gauchito es otra cosa”, explica Nazar. Ese deseo de innovación cobra sentido cuando se tiene en cuenta que el repertorio del grupo va desde la chacarera hasta el tumbao, desde la salsa hasta la cumbia, desde el reggae hasta el rock nacional, el hip hop y el candombe, entre otros.
Esa complejización incansable de su arte le permitió a Gauchito Club ganar un lugar en la escena argentina e internacional que augura un futuro incluso más espectacular que el presente. Producto de ello son, por ejemplo, las colaboraciones de su tercer álbum con otros gigantes de la industria hispana como El Kuelgue, Muerdo y Bandalos Chinos. “Nos juntamos muchas veces con cada una de las bandas a hacerlo -cuentan-. Fue como una comidita de cocción lenta”.
Vulnerable refleja cómo cada una de las partes del proyecto se mantiene fiel al leitmotiv de crear una obra tan festiva como introspectiva, que “sea conceptual, pero aún así fresca”. Entre tangos, milongas, rock y boleros, Gauchito Club entreteje la argentinidad cuyana con la influencia global de otras decenas de estilos y artistas, incluso a través de samples como los identificables en “Fantasma” o “Papito Barloa”.
“Lo bueno es que nunca nos acomodamos en un silloncito cómodo, siempre vamos por más”, indican, destacando el movimiento (¿astral?) bajo el cual operan. Esa promesa, que resultó perenne a lo largo de los tres proyectos, posiciona al grupo como uno de los actores más atractivos de la escena nacional, que es, a veces, amigo cercano y, otras, narrador de historias ajenas. Con canciones cálidas y coplas familiares, Gauchito moldea un ethos de confianza, guiado por el esfuerzo y la intención genuina de ir siempre un paso más allá, no importa qué tan zigzagueante y desafiante sea el camino al frente.
Gauchito Club se presenta el viernes 11 de octubre a las 21 h en el Estadio Obras Sanitarias (Av. del Libertador 7395, CABA). Entradas disponibles a través de Coolco con 20% de descuento para socios de la Comunidad Indie Hoy en el sector de plateas. Escuchá Vulnerable en plataformas de streaming (Spotify, Tidal, Apple Music).