Laika Perra Rusa nació como un grupo de guitarras en La Plata, pero pronto atendió el llamado de la pista para fusionar electrónica con letras que destilan descontento popular, nervio punk y la potencia casi sobrenatural de una movilización social. Entre el hedonismo y la indignación, la banda integrada por Juan Badini, Gastón Figueroa, Guido Dalponte, Adrián Oviedo, Felipe Muñoz Jabre y Elías Zapiola encontró una nueva forma de hablar sobre la actualidad en clave de sintetizadores bailables.
Desde Marcha I (2018) y Marcha II (2019) hasta su más reciente EP titulado Tres plumas, la banda viene consolidando una estética que amalgama magnetismo sonoro y performance de una manera caprichosa y deslumbrante. Son distintos y se nota, todos lo saben. Eso les ha permitido ganarse un lugar como una de las propuestas más disruptivas y llamativas de la escena platense, producto de más de una década de amistad nacida en la adolescencia y fortalecida en escenarios, estudios y noches interminables.
Ese vínculo, que hace tiempo dejó de ser solo una sociedad musical para convertirse en una cofradía, sigue siendo fértil porque se alimenta de un mismo pulso: la necesidad de hacer canciones que se muevan entre la euforia colectiva y el clima áspero de la calle.
Pero el proceso de regreso no nació de la quietud. "Estos años fueron bastante oscuros para la banda, tanto en términos personales de cada uno como en lo grupal. Esa vibra sórdida y auto destructiva creemos que está planteada en la lírica del EP", cuenta Guido, cantante y tecladista de la banda, en conversación con Indie Hoy.
El tránsito entre el aclamado Matanza (2023) y Tres plumas no fue lineal, y sigue sin serlo. Si bien hoy en día se encuentran en un momento de incertidumbre, viven ese estadio como un motor creativo para repensar el presente: “Nuestras mejores canciones salieron de crisis internas”, comentan entre risas.
En sus propias palabras, Tres plumas es el material más oscuro que han hecho, y se siente completamente así. No es casual: "No es fácil estar forzando esta realidad de mierda y que las canciones sean pura felicidad. Quizás hubiéramos querido hacer algo más esperanzador, pero es lo que salió", comenta Gastón, bajista de la banda.

Pensado para la pista de baile pero también para ese instante en que la noche se termina y el frío de la calle empieza a morder, Tres plumas dilucida la formación impecable de sus miembros en las perillas: mezcla beats con movimientos tácticos y un pulso que busca inyectar adrenalina en su público. “Queríamos que se sintiera esa euforia que te dan quinientas personas bailando alrededor —cuenta la banda—. Pensamos en la pista de baile como ambiente natural para estos tracks, todo se construyó a partir de ahí".
Producto de sus inspiraciones ultra diversas, el eclecticismo del grupo se cuela en cada track: "Para este EP nos inspiró de todo un poco, desde Tres acordes a Debussy son refes que pueden contagiar algo en las canciones. Para la producción buscamos mucho en grupos como Hot Chip o WhoMadeWho y en live sets más que en proyectos tipo bandas", comparte Adrián, tecladista de la banda.
El resultado es un EP que respira tanto la pista como la calle, y que confirma que, incluso en tiempos inciertos, Laika Perra Rusa sigue apostando por la intensidad y la comunión física de la música en vivo. "Más que trinchera, ahora estamos construyendo un búnker. Armados hasta los dientes y con la única certeza de que no vamos a entregar nuestro estado de ánimo", cierra Guido entre risas.
Laika Perra Rusa se presenta el viernes 15 de agosto a las 24 h en Maquinal (Anchorena 364, CABA) junto a Eclipse Sonar y Surmenage. Las entradas están disponibles a través de la web del lugar, con un 20% de descuento para socios de la Comunidad Indie Hoy.
Escuchá Tres plumas en plataformas (Spotify, Tidal, Apple Music).