Puede que el nombre Nick Murphy por sí solo no nos sea familiar, pero no sucede lo mismo con su alter ego: Chet Faker. Desde la aparición de su EP debut Thinking In Textures en 2012, este cantautor, productor y DJ australiano ha sabido cautivar al público con melodías relucientes, profundas reflexiones y shows enérgicos. Gracias al éxito de sus canciones “I’m Into You” y “No Diggity”, como también al que obtuvo el segundo EP Lockjaw (2013) -en colaboración junto a su coterráneo, Flume-, la popularidad del compositor aumentó y se abrió camino para dar el paso definitivo al estrellato con su primer LP Built On Glass (2014).
Este disco de doce canciones reveló la particularidad de su autoría con una serie de hits de la talla de “Talk Is Cheap” y “Gold”. “¡Wow! ¿Tanto ya? Fue hace bastante tiempo – suspira Murphy en conversación con Indie Hoy, denotando en la remembranza más asombro que nostalgia-. Antes cuando publicaba un álbum prefería no escucharlo después. Pero hace poco volví a escuchar Built On Glass. Es interesante, esas canciones manifiestan una época loca de mi vida”. Sin embargo, luego de tocar el cielo con las manos, Nick decidió que era el momento apropiado para poner un pie en el freno y abocarse de lleno a otros proyectos personales como publicar música bajo su propio nombre.
Pero en el lapso pandémico, Murphy hizo resurgir a Chet Faker de las cenizas como el ave fénix. El resultado está en Hotel Surrender (2021), un disco ecléctico y rutilante que irradia destellos de funk, soul, R&B, jazz y pop a lo largo de una decena de tracks grabados y producidos por él mismo. “Cuando armo un álbum trato de generar un ritmo natural para llevar a la gente por un viaje psicológico. Eso es lo que amo de los discos: es una invitación a naufragar en un mar de emociones y pensamientos”, explica el músico de 33 años acerca del LP publicado el pasado mes de julio a través de su propio sello Detail Records en asociación con BMG.
¿Qué te inspiró a retomar el proyecto después de tanto tiempo?
Sin dudas, Hotel Surrender fue el catalizador. Había estado pensando durante mucho tiempo en hacer un álbum de Chet Faker, pero no me imaginé que podía llevarlo a cabo tan pronto. Empecé a trabajar en el disco a fines de 2019 y principios de 2020, y cuando empezó la pandemia seguí trabajando en el estudio todos los días. Alrededor de mayo, mientras estaba escuchando lo que venía haciendo, me di cuenta que tenía un álbum. Escuchándolo una y otra vez entendí que sonaba como un álbum de Chet Faker. La música simplemente pasó, no fue intencional. Justo era un tiempo muy complicado en el mundo, por el COVID-19 y, no necesariamente por eso, sino también por todas las cosas que suceden a diario. Sentía que tenía un disco que podía dar un poco de luz y tal vez hacer sentir a la gente un poco mejor. Definitivamente eso fue lo que me inspiró a volver al proyecto.
¿Por qué “Hotel Surrender”?
Durante la pandemia, iba todos los días a mi pequeño estudio ubicado en un sótano de Nueva York. Estaba pasando por muchas situaciones a nivel personal, fue un momento en que empecé a descubrir nuevas maneras de entender cómo me sentía. Entraba al estudio haciendo una especie de check in en relación a mis emociones y me preguntaba si me sentía triste, enojado o un poco ansioso. Por primera vez en mi vida me propuse rendirme a lo que estuviera sintiendo. No trataba de arreglarlo, si estaba triste me decía a mí mismo que eso estaba bien. No quería ni empeorarlo ni mucho menos resistirme. De ahí salió el concepto de Hotel Surrender, y mientras profundicé en esta práctica psicológica aparecieron las canciones. Empecé a escribir la música de una forma diferente a la que estaba acostumbrado, como una especie de proceso inconsciente.
¿Cómo fue la experiencia de trabajar en el álbum durante la pandemia?
Fue genial, no había distracciones, estaba muy agradecido por tener algo para hacer y poder enfocarme en eso, y agradecido por tener un pequeño estudio para ir todos los días. Mi departamento es muy chico y el vecino de arriba está siempre pisoteando mi techo, haciendo ruidos molestos a cualquier hora del día. Entonces iba al estudio varias horas para poder escapar de eso, relajarme y producir con claridad. Fue un tiempo muy simple y fructífero.
Si bien Hotel Surrender es un disco que tiene tu huella por todas partes, el reconocido productor Dave Fridmann se encargó ultimar detalles en la etapa de masterización. ¿Qué nos podés contar acerca del proceso compartido?
Lo amo, es fantástico trabajar con él. Nos llevamos muy bien, a los dos nos gusta Star Trek y hay algunas referencias en el álbum. Obviamente no trabajamos en persona por la pandemia, pero hacíamos videollamadas todos los días para ponernos en sintonía. Fue un placer compartir con él este disco, y desde luego tengo pensado volver a hacerlo en el futuro.
Después de “Low” y “Get High”, publicaste “Whatever Tomorrow” como tercer single del álbum, una canción muy poderosa que contagia el optimismo que mucha gente había perdido por culpa del contexto sanitario. ¿Cuál es el trasfondo de su composición?
Durante el 2020 viví muchas protestas en contra de la violencia policial, eso me hizo pensar mucho en el devenir de la sociedad. Siempre nos dijeron “seguí trabajando” o “ahorrá para el futuro”, frases alineadas a la idea de que si seguís esforzándote un día va a llegar una recompensa. Siempre nos adoctrinaron socialmente con ese pensamiento, mientras que los gobiernos que recaudan todo el dinero de los impuestos no estaban ayudando a la gente, cuando literalmente algo como una pandemia es la razón por la cual tenemos gente en el poder, ese es el punto por el cual le damos a esta gente dinero y autoridad. Acá en Estados Unidos ayudaron financieramente a grandes empresas con nuestros impuestos y aun así estas grandes empresas despidieron a la mitad de los empleados. Para ponerlo simple: todo estaba jodido… entonces, a la mierda con el mañana. Tenemos que cambiar estas cosas ahora. Considerando esto, “Whatever Tomorrow” es una canción política y anti-sistema.
¿Qué artistas influenciaron al renacimiento del proyecto?
Cuando estaba trabajando en Hotel Surrender escuchaba mucho Sly & the Family Stone, es mi banda favorita de esa época. También escuchaba los discos de T. Rex, y recientemente conocí a un tipo que se llama Andree Navarro, fue un gran descubrimiento musical.
Me imagino que fue algo muy especial volver a pisar un escenario para reencontrarte con quienes estuvieron años esperando un show de Chet Faker.
Fue genial, muy abrumador. Pasé tanto tiempo sin dar un show, estuve un año y medio, casi dos sin tocar. Fue el período más largo que estuve sin hacerlo. Encima el primero fue uno grande, había como 65 mil personas. Estaba sorprendido de lo afortunado que soy de poder hacer esto una y otra vez. Estoy muy feliz de poder viajar y tocar para la gente en distintos lugares. Es difícil explicar lo que me pasa por dentro, pero te aseguro que se siente muy extraño. Soy muy afortunado por lo que hago, y la verdad que no sé qué sería de mí si no pudiera hacerlo.
Escuchá Hotel Surrender en plataformas de streaming (Spotify, Apple Music).