Siete años separan ese recuerdo de viajar al sur de Santiago y ver por primera vez a Niños del Cerro tocando en el patio de una casa, sin pensar que en 2022 tendrían uno de los discos más aclamados a nivel internacional, llegando incluso al tercer lugar de los discos mejor puntuados del año en la red social melómana Rate Your Music con Suave pendiente, compartiendo puestos con Black Country, New Road y Black Midi, en su primera semana de lanzamiento.
Esos tiempos de tocar a ras de piso ya pasaron. Este año dieron el puntapié inicial de su gira en el Movistar Arena de Santiago de Chile junto a Cat Power, Jack White y Pixies, a lo que será la primera edición del Primavera Sound en territorio chileno, festival del que participaron en Barcelona en el 2018. Esa mañana del tercer aniversario del 18 de octubre, Simón Campusano habló con Indie Hoy sobre el proceso creativo del nuevo disco, del camino independiente que tomaron en 2020 hasta llegar a trabajar con Sello Fisura, la relación con el productor Víctor Muñoz y cómo se dieron las colaboraciones en este nuevo larga duración.
¿Cómo fue la experiencia de tocar en la apertura del Primavera Sound y la recepción del público a las nuevas canciones?
Bien, la gente estaba muy receptiva. Había mucha gente que no nos conocía ni nos iba a ver particularmente a nosotros, entonces fue una recepción más bien tibia, pero súper respetuosa y buena onda. Igual, se notaba que había fans y gente disfrutando. Nos preparamos harto y armamos un buen equipo técnico para estas fechas. Me tenía preocupado en un principio, pero al final salió todo bien. Fue mucho menos intimidante de lo que imaginaba.
Pasando a Suave pendiente, ¿cómo fue el proceso creativo del disco?
Son canciones que veníamos haciendo desde la segunda mitad del 2020, porque se dio la oportunidad de grabarlo en el estudio del GAM y desde ese momento en adelante me propuse hacer canciones más en serio. Antes de eso no estaba tan activa la cosa, creativamente. Para el 2021, tuvimos que correr la grabación tres veces por las cuarentenas, originalmente íbamos a hacerlo en marzo y se terminó grabando en septiembre. Lo que fue mejor, porque llegamos con los temas más resueltos, íbamos a grabar 20 canciones y llegamos con las mejores 15.
¿Y cómo se dio el proceso de grabación en ese contexto?
Estuvimos grabando dos semanas, la mayor cantidad de tiempo que hemos tenido para grabar un disco y en un estudio así súper hi-fi y profesional. Hicimos una ardua preproducción para aprovechar de la manera más eficiente el tiempo que íbamos a tener y al final casi que nos terminó sobrando. Estábamos acostumbrados a grabar discos en tres días. Por eso terminó siendo un disco tan largo, con tanta densidad y capas de instrumentos, porque se pudo. Creo las dimensiones son algo que define bastante bien este disco. Son muchas canciones, cada una es ambiciosa en sí misma y eso tiene que ver con que tuvimos mucho tiempo para componerlas y grabarlas.
Sobre las colaboraciones que hay en este disco, ¿cómo llegaron a trabajar con Franz Mesko, Ángel Parra y Florencia Peña?
En el caso de los discos anteriores, siempre fue por cosas técnicas, porque hacía melodías que no podía llegar bien con falsete y era mejor invitar a alguna de nuestras amigas a cantar, así terminó entrando la Yaney en “Nonato Coo” y la Martina Lluvias y la Chini en el “Lance“. Pero en este caso fue distinto, queríamos incluir otros elementos que no estaban a nuestro alcance, por eso son tres en un disco de hartas canciones y tampoco son como tal, quizás el de Franz Mesko es el más notorio porque al final se terminó apropiando de “En esta enorme distancia” y a nosotros nos encantó. En la canción habíamos dejado esos espacios para que pasara algo y traté de rellenar con diferentes cosas, sintetizadores, guitarras acústicas, pero después pensé que podríamos grabar saxo. Víctor Muñoz, el productor del disco, conocía a Franz porque habían grabado varias cosas juntos y salió super rápido.
Con Florencia Peña, conocí su música por Soundcloud. Alguna vez grabó un cover de “Amigo Chincol”, una de mis canciones, y lo subió a Instagram. Ahí la empecé a seguir en Soundcloud y caché que era más de grabar covers. La invité porque me gustaba su voz, ni siquiera la conocía y tampoco sabía si le iba a tincar la idea, fue muy buena onda.
Y lo de Ángel Parra, teníamos esta canción “Vida contemplativa” que tiene una onda acústica, media Wilco, y de repente pensé que sería rico agregar un lap steel. Víctor habló con Ángel de que él estaba disponible para grabar y que le interesaba colaborar con gente en general. Le enviamos el tema y al tiempo nos mandó de vuelta lo que grabó con su lap steel, que es el mismo que suena en “Olor a gas” y temas de Los Tres, el resultado de eso fue genial. Y fue cuático porque fue el día del plebiscito, fui a votar a La Florida, después a la casa de mis abuelos, dormí una siesta y al despertar vi el mensaje con la grabación. Desperté super contento y después ganó el rechazo.
La presencia de Víctor Muñoz es importante dentro de su discografía, también trabajó en Lance y Cuauhtémoc. ¿Cómo es la relación entre ustedes?
A esta altura es parte de la banda. Para Niños del Cerro no sabría con qué otra persona producir un disco, en Chile al menos, no conozco a nadie más con quien podríamos llegar a estos resultados. De hecho, en un momento, como eran muchas canciones y Víctor estaba con harta pega de otros discos, vimos la posibilidad de que lo mezclara otra persona para quitarle trabajo. Pensé en mucha gente y no conozco a nadie que esté a la altura de cómo nos hace sonar él. Sin desmerecer el trabajo de mis amigos productores con los que tengo muy buena onda, pero con él hay algo bien especial que creo es difícil de replicar.
Hay una nueva intensidad en el sonido de Suave pendiente. ¿Viene de este trabajo con Víctor o fue una decisión como banda de llevar su propio sonido más allá?
Yo creo que tiene que ver con varios factores. De la producción musical, me hice mucho más cargo, estuve ahí mezclando el disco en todas las sesiones, grabando overdubs en mi casa, y en la preproducción también, viendo qué íbamos a grabar antes y después. En algún momento me llamó la atención de que las canciones parten de un lugar muy personal e íntimo y después se abren a esta dinámica de banda donde todos aportan ideas. Y se recogen ideas de todos en este disco, es el más colaborativo que hemos hecho hasta el momento, hay canciones que nacen a partir del Blondie y del Nacho. Y para este disco queríamos hacer algo más “sofisticado”. No era abandonar nuestro sonido ni hacer algo radicalmente opuesto, sino rescatar las cosas que nos gustaban, pero hilar más fino, llevar todas esas intensidades y cosas que nos salían bien un poco más lejos. Sumado a que está grabado en esta circunstancia súper hi-fi y con mucho tiempo. Y también por la mano de Víctor que igual ha aprendido a lo largo de los años de su oficio y de nosotros mismos. Ya sabe cómo ecualizar la batería del Pepe para hacer las canciones, cómo trabajar las guitarras, qué tipo de compresores usar, o qué herramientas nuevas que ha ido incorporando a su trabajo. Es muy en conjunto con él, hemos crecido muy a la par.
En la lírica del álbum hay referencias bíblicas, ¿de dónde aparecen letras como “Sulamita” y “Daniel“?
En los últimos dos años me introduje en ese tipo de lecturas. La primera mitad de cuarentena estuve haciendo un disco ambient y durante ese tiempo me metí como por la vida monástica que estábamos teniendo todos, encerrados y con harta reflexión. Ese mismo estado meditativo, me acercó a la poesía de autores místicos cristianos y en lecturas espirituales de otras culturas y religiones. He leído harto sobre budismo, misticismo judío, pero me llama mucho la atención el misticismo cristiano, siento que tiene varios paralelismos con el budismo. Me metí mucho en la lectura de la biblia y salió “Sulamita”, particularmente del Cantar de los Cantares, y Daniel tiene referencias del libro de Daniel, sobre el pasaje donde al profeta lo tiran a la jaula de los leones y Dios lo salva. Me gustan mucho esas lecturas y el estudio de lo espiritual, más desde lo académico sí, me interesa harto la teología. Eso fue permeando las letras del disco.
¿Qué autores de poesía mística?
San Juan de la Cruz, Santa Teresa de Jesús, Fray Luis de León, Angelus Silesius que llegue a él por Borges, particularmente del libro Siete noches, donde trata varios temas místicos. Me llaman mucho la atención, siento que ellos a través de esta vida de claustro y de mucha meditación, reflexión y oración, llegaron a hacer un arte más elevado que la chucha, de una calidad impresionante. Y eso mismo siento que me estaba pasando, tampoco me quiero tirar los pelos más arriba del poto, pero sentí que lo estaba viviendo en cuarentena. Estaba encerrado volviéndome loco haciendo ese disco y quería hacer algo más bueno que la mierda.
¿Y crees que llegaste a un nivel más alto de lo que habías hecho?
Sí, absolutamente. A nivel lírico, sobre todo, son las mejores letras que he escrito y musicalmente como banda siento que también llegamos a algo muy sofisticado, a lo que nos habíamos propuesto y estamos los cinco muy contentos con el resultado. No sé qué quiere decir eso a futuro, pero en este momento nos sentimos muy satisfechos y felices.
A este disco lo separan cuatro años de Lance, su último larga duración, y en este periodo también se marca su salida del sello Quemasucabeza. ¿Cómo fue volver al camino independiente y terminar trabajando con Sello Fisura?
Bueno, sentíamos que la relación con Quemasucabeza se había agotado un poco y ya habíamos hecho todo lo que podíamos hacer con ellos. Estamos muy agradecidos del trabajo que hicieron y no era el mejor momento para nosotros estar ahí. Al principio estábamos preocupados porque no sabíamos si nos la íbamos a poder, pero empezaron a pasar cosas buenas. Al momento de que salimos ya estaban llegando propuestas directas a nosotros, así que dijimos: “bueno, parece que podemos hacerlo solos”. Así estuvimos todo el segundo semestre del 2021, diría que por lo menos un año. Después de todo este periodo, la maquinaria de Niños del Cerro como equipo humano, los cinco y los colaboradores que tenemos, se ha ido aceitando súper bien. Y en este contexto llega Rodrigo Herbage de Sello Fisura a ordenar todo el cuento y darle aún más proyección. Personalmente, me encanta trabajar con Fisura, me gusta todo su catálogo y me siento muy en sintonía porque aparte de que son mis amigos, encuentro genial lo que están haciendo todos. Está la Chini, el Juan Pi de Columpios al Suelo, Dolorio y los Tunantes, Maifersoni, mucha gente que encuentro increíble, nos sentimos muy en casa en ese sentido. Además, lo que me gusta de Fisura y puntualmente trabajar con Rodrigo, que es algo que no me pasaba hace muchos años, es trabajar con alguien con el que hablas de música todo el rato y que le saca un rollo.
¿A qué te refieres con hablar de música todo el rato?
Conversando con él en las últimas sesiones de mezcla, me decía “encuentro que el disco tiene este relato porque parte así y termina acá”, ese tipo de conversaciones no las tenía desde la época de Piloto, donde todo el rato se hablaba de música y de manera bien intensa, eso lo echaba de menos y ahora siento que volvió un poco a mi vida. Hay cosas que desde lo emocional se lo puedo plantear al Rodrigo como que no quiero hacer un streaming cuando salga el disco, y me apoya y propone otras ideas. Echaba de menos alguien que me entendiera creativamente.
Hace un momento hablabas del plebiscito. ¿Cómo ves la situación política que hay ahora en Chile, a tres años del estallido social?
Es súper raro, hace poco pensaba en eso porque mi disco Brillo salió un par de días antes del estallido, el 11 de octubre. Entonces, me pasa que en ese momento acababa de lanzar un álbum, se me cayeron todas las fechas para promocionarlos y un montón de cosas, pero no importaba porque había que estar en función de ese proceso que estábamos viviendo como país. Después vino la pandemia, se conformó la convención, se redactó la constitución, viene el plebiscito de salida y ganó el rechazo. Y puta la hueá, me siento muy frustrado. Todos nos pusimos a disposición de lo que estaba pasando. No sé qué pensar ahora en retrospectiva y tampoco qué esperar del futuro, no espero mucho. Siempre tiro la talla de que Niños del Cerro podría convertirse como en Los Tres de la concertación, pero de este nuevo periodo con Boric, pero es un chiste absurdo para consolarme de todo lo terrible que está pasando ahora, no es algo que me tome en serio. Y no sé qué tanto le pueda pedir al futuro y al planeta, se están acabando los recursos naturales. Estoy contento de sacar el disco, pero el contexto no es muy alentador para nadie, si estás haciendo música, eres periodista o trabajando en una oficina, nada es muy alentador en este momento políticamente.
¿Qué se viene para Niños del Cerro para adelante?
Acabamos de suspender una gira por México, que era muy breve, por financiamiento. Pero la idea es promocionar lo que más podamos el disco tanto en Chile como afuera. Pospusimos la gira por México para marzo del próximo año, la idea es volver allá y a los lugares de Latinoamérica que ya hemos visitado, tocar harto el disco en Santiago y en regiones, estamos viendo de a poco. Se nos han abierto estas nuevas oportunidades de festivales grandes, teloneamos a El Mató a un Policía Motorizado hace poco, ahora lo de Primavera Sound que nos tiene contentos y concentrados, estamos tratando de aprovechar esas instancias de promocionar el nuevo material y estamos intentando de solo tocar canciones nuevas. Eso es lo que se viene estos meses, pero el próximo año no sé, probablemente estar tocando este disco, eso es lo que queremos hacer.
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