La artista chilena Rubio se presenta por primera vez en Argentina el jueves 13 de febrero en una nueva edición del ciclo Indiefuertes en Niceto Club. Rubio comenzó en 2015 como el proyecto paralelo de Francisca Straube, quien formaba parte del trío Miss Garrison y también tocaba la batería en Fármacos. Surgió como un espacio en donde Straube podía expresar su arista más profunda y experimental. En 2018 sacó su primer disco titulado Pez, con canciones poderosas como “Coral” y “Seres invisibles”. Luego sacó una serie de singles, empezando con “Pájaro azul” y su última publicación titulada “Ir”, acompañada de un video que explora la intimidad de la artista frente a la inmensidad de la naturaleza. Hablamos con Francisca sobre cómo su obra combina elementos de la electrónica, el pop y el hip hop, con destellos del ambient y de la música étnica.
¿Qué nos podés adelantar sobre tu próximo show en Niceto Club y sobre la gira latinoamericana?
Ha sido muy emocionante salir a humanizar mi música por Sudamérica, me encanta ser de acá y poder compartir en cada país encontrando conexión con las personas, compartir y recibir energía. Sobre Niceto, ¡estoy muy feliz! Es un sueño tocar ahí, presentaremos “Ir”, lo mejor de Pez, y algunas sorpresas de mi próximo disco.
¿Cómo describirías el concepto detrás de “Ir”?
Es un regalo que quise compartir, tiene como propósito alentar el cambio, a confiar en los caminos a tomar para encontrar la libertad dejando atrás episodios, lugares, personas o recuerdos que nos dañan. Musicalmente es una pieza electrónica dembow que navega melodías tristes y transita rítmicas rituales.
¿Cómo influenció tu vida en la montaña en la creación de Rubio?
Rubio nace en la frialdad de ese hermoso lugar que refugia a Santiago, estoy eternamente agradecida de esa etapa de mi vida, fue perfecta y a la vez muy profunda e inspiradora. Sí había que organizar muy bien las bajadas de la montaña a la ciudad. Sin embargo, la conexión con esa fuente es un recuerdo que guardaré por siempre y que dejé en varias canciones. Ahora estoy en la ciudad, volví a la ciudad hace un tiempo buscando disciplina para el trabajo de mi nuevo disco.
¿De qué trata tu próximo disco?
Es un viaje. Abordo distintas emociones, estilos y sentimientos. Es la búsqueda de un fruto que tendrá dos capítulos previos: el 5 de marzo estreno el primero de ellos, La pérdida, un EP de cuatro canciones donde no hay margen para hablar de codicias, situaciones inesperadas, recuerdos de querer volver al pasado, o de encontrarse en este mundo terrenal con una sociedad desconectada y vacía.
¿Te involucrás mucho en la realización de los videoclips con respecto al guion y la dirección?
Sí y no. Me gusta el trabajo en equipo y confiar en las ideas. Sí, hay mucho de mi lenguaje, aprobación e inspiración, pero también hay mucho de la imaginación de las y los directores. Me apasiona el diálogo de lo que sienten ellos con mi música.
¿Con qué artistas de Latinoamérica sentís hoy mayor identificación?
Admiro a Juana Molina, me encantaría hacer algo con ella al igual que con Mercedes Nasta, son mujeres fuertes con las que me identifico.
¿De dónde viene la influencia de la música étnica en tu música?
Viene de mi mamá, desde pequeña he escuchando música étnica influenciada por ella, siempre me mostró música africana, de la India, oriental. Pero también cada vez que escucho música étnica, me emociono se me paran los pelos, la siento profundamente en mi alma. La música indígena latinoamericana llegó a mi vida porque fui a la selva y pude conectar con indios de allá. Le tengo profunda admiración y me ha hecho muy bien al corazón, razón por la que habitualmente le rindo honores.
Formaste parte de las bandas Fármacos y Miss Garrison. ¿En qué consistió ese salto solista?
Fue natural, soy muy inquieta creativamente, siempre estoy trabajando en maquetas y así se fue dando. Rubio nace de poder estar creando todo el día sin depender de nadie ni negociar en la creación. En 2016 conocí a Jungla, ellos creyeron en mi propuesta y me dieron la libertad de trabajar la música con Pablo Stipicic, productor chileno que hoy se ha transformado en un gran compañero. Rubio me toca en lo personal, hay mucho de mí.
Trabajaste junto a Carlos Cabezas y Gianluca. ¿Cómo fueron esas colaboraciones?
Me dieron tanta libertad al momento de trabajar Pez, que no hubo ningún tipo de pudor, son dos colaboraciones muy alejadas unas de otras. Carlos es un querido y sabio compañero de escena, tiene esa versatilidad de ser emblemático y underground, su voz entraba perfecto en el tenebroso primer EP que presentamos, R. Y a Gianluca lo conocí en un festival, me encantó su honestidad y lo invitamos a colaborar para las canciones que cerraron Pez.
¿Qué sentiste los días de represión en las calles por parte de los carabineros?
Ufff, mil sentimientos por segundos. A veces rabia, pena, frustración, alegría, desolación, bloqueo de emociones o días llenos de inspiración y sueños. Ha sido muy fuerte todo lo ocurrido. El gobierno de Chile está violando y matando los derechos humanos, están jugando con nosotros y no les importa. Es muy fuerte… pero como decimos: “Chile despertó.” Y eso me da ilusión y alegría de que el cambio existirá.
¿Cuál creés que debe ser el rol de la música chilena frente a esta situación?
La música inspira, es política, es expresión, es unión, es arte y perdura en el tiempo. Creo que para todos es un desahogo y un refugio. Más allá de la situación social, es muy importante el mensaje que quieres decir, sea cual sea el arte que hagas. La música es historia y tiene que ser honesta y tienes que ser responsable con lo que haces porque la estás compartiendo.
Rubio se presenta el jueves 13 de febrero a las 20:30 h en Niceto Club (Niceto Vega 5540, CABA) junto a Anyi y Varese, entradas disponibles a través de Ticketek.