Con Fórmula 1, Terra pisa el acelerador y convierte el pop electrónico en una pista de alta velocidad. Su voz se enciende como motor furioso y cada beat resuena con la urgencia de una curva tomada sin freno. Las seis canciones del EP destilan riesgo, euforia y sensualidad, con una producción a cargo de Cimarrón que late como una carrera imparable. Un manifiesto electropop cargado de un sonido vibrante, afilado y dispuesto a incendiar la escena.
Detrás de esa fuerza está Malena Podestá, artista argentina que desde 2020 se fue haciendo su lugar. Primero exploró la electrónica con Traicionera (2023), después expandió su universo urbano con Heroína Latina I (2023) y II (2024), y ahora regresa a la velocidad del pop que la vio nacer.
Nombrar un disco siempre es un gesto cargado de significado, y para Terra esa búsqueda no fue inmediata. Durante meses viajaba en tren, mirando por la ventana y repasando listas de posibles títulos que no terminaban de convencerla. “Quería que transmitiera inmediatamente una sensación, que tuviera un impacto muy directo, algo que un disco pop necesita. Buscaba una palabra que transmitiera adrenalina, riesgo, velocidad, hasta cierta violencia”, recuerda en conversación con Indie Hoy. La respuesta llegó casi por azar: en una fiesta, Cimarrón pasó un track con referencias a la Fórmula 1 y el sonido de motores. Esa chispa se quedó resonando y terminó abriendo un universo de sentidos.

Además de ser una palabra ultra presente en el imaginario argentino contemporáneo, Terra descubrió un segundo nivel: la idea de “fórmula” ligada al pop. Un concepto que suele usarse de manera despectiva —lo “formulaico” como sinónimo de lo previsible—, pero que ella resignifica: “Para mí es todo lo contrario. Hay una matemática del pop, una esencia invisible que algunos compositores y productores saben manejar muy bien. Esa capacidad de lograr melodías que resuenan y que se quedan en la cabeza”.
El número uno, por otro lado, encierra la sensación de un inicio. Aunque se trate de su cuarto EP, Terra lo vive como un punto de partida distinto: “Es la primera vez que trabajé con un sello, que armé un equipo alrededor del proyecto. Antes estaba bastante sola, y este proceso me permitió construir una estructura que le dio otra dimensión a mi música”. Más allá de lo externo, también reconoce que logró tocar algo esencial de su identidad artística, algo que la hace sentir que este trabajo es “más suyo que nunca”.
Mirando hacia atrás, la distancia con sus primeros lanzamientos le provoca sentimientos encontrados. Escucharse no siempre resulta fácil; aparece la tentación de imaginar lo que haría distinto. “Es como cuando un actor se ve en una película”, compara. Pero en esa mezcla también hay gratitud: sabe que cada paso fue necesario para llegar hasta acá. No podría haber hecho este EP en 2022: necesitaba atravesar las etapas previas para alcanzar esta claridad. En esa retrospectiva, Terra rescata los impulsos más experimentales de sus comienzos. Ese riesgo, que ahora se vuelve más consciente y frontal en Fórmula 1, estuvo desde el principio en su manera de entender la música.

El riesgo, más que una decisión consciente, siempre corrió por sus venas. Ella lo vincula a un momento muy particular de descubrimiento musical, cuando junto a Cimarrón compartían la fascinación por la explosión de PC Music. “Escuchábamos todo lo que salía: Arca, Sophie, los mixtapes de Charli XCX, Dorian Electra… era una pasión compartida”. Ese impacto le mostró que el pop podía expandirse, volverse rico, inquietante, incluso transformador.
En paralelo, Terra se reconoce parte de una escena nacional de pop que está creciendo con fuerza y en la que predominan voces femeninas. Para ella, no se trata de un conjunto homogéneo, sino de un mosaico donde cada artista propone su propio universo. “Me resulta muy inspirador. Gran parte de las colaboraciones del EP nacieron de esa admiración. Son proyectos que me influenciaron directamente”. Six Sex aporta su intensidad inconfundible en “Fiebre”, Juana Rozas acelera junto a ella en “Nitro”, Arya se suma en la triunfal “N1” y O.L.I.V.I.A enciende la explosiva “Dinamita”. En su relato aparece la idea de un diálogo mutuo, de un ecosistema creativo que se retroalimenta y se nutre.
Ese mismo diálogo sostiene su relación artística con Cimarrón. Después de tantos años de trabajo conjunto, construyeron un espacio de confianza que va más allá de las palabras. “Tenemos una comunicación no verbal, una química en el estudio y creo que sabemos filtrarnos muy bien. Él me empuja a dar lo mejor de mí y yo también lo empujo a él”. El proceso suele partir de los beats que Cimarrón genera de manera constante; algunos pensados para ella, otros descubiertos casi por accidente. A partir de ahí, se abre un ping pong creativo que transforma las canciones en un viaje de idas y vueltas.
No todas las piezas fluyen con la misma rapidez. “Dinamita”, por ejemplo, fue una de las más trabajosas del EP. Terra reescribió su letra una y otra vez, buscando mostrarse vulnerable. “Es un tema que tuvo un recorrido muy largo, hasta que logramos darle la forma que necesitaba. Fue un momento fundamental para mí dentro del proceso”. La canción condensa una faceta distinta de su voz y de su escritura, más expuesta, más íntima.

El contraste lo ofrece “Amor criminal”, el primer single y la canción que, según ella, terminó de darle identidad al proyecto. Basada en una historia real de una amiga, aunque ficcionada, marcó un antes y un después. “Cuando la logramos entendí todo el proyecto. Quería que las canciones cuenten historias, que te lleven de la mano, que te muestren escenas. Eso es algo que disfruto mucho del pop”. La canción también fue una prueba vocal, una exploración de registros que hasta entonces no había puesto en primer plano. Entre narración, melodía y voz, encontró la pieza que ordenó al resto.
La voz de Terra no se limita a ser un vehículo técnico: es un punto de partida para sus melodías y un sello identitario que atraviesa todo lo que compone. Ella lo describe como un registro que le abre caminos particulares en la creación. “Hay cierta cosa de mi voz que me permite lograr melodías que se volvieron un sello propio. Durante el proceso del EP tuve siempre presente que quería que ese rasgo quedara claro”. Esa conciencia vocal funciona como una brújula estética: define la manera en la que sus canciones se construyen y el modo en que transmiten emoción.
En su música aparece una intensidad que no se trata solo de volumen o dramatismo, sino de un estado emocional llevado al límite. “Una amiga me dijo una vez que parecía que tenía el corazón en la garganta, y creo que eso me representa mucho”. Ese pulso visceral se convierte en el verdadero núcleo del “sello Terra”: un modo de cantar que siempre roza lo urgente, lo inminente. En sus canciones la emoción domina, arrastra y contagia.
Esa misma búsqueda se extiende a lo visual. Para el EP Fórmula 1 trabajó con Lean Vázquez, con quien ya había colaborado en Heroína Latina II. Juntos dieron forma a videoclips y a la portada del disco, en un proceso que para ella fue revelador. Terra recuerda especialmente la tapa: una foto tomada en Berlín, con movimiento. “Al principio me desconcertó, porque yo imaginaba algo más estático y clásico. Pero después entendí que transmitía esa velocidad, esa idea de no saber de dónde vengo o a dónde voy. Eso era exactamente lo que quería decir”.
El 25 de septiembre en La Tangente marcará un hito especial para Terra. Lo vive como si fuera su verdadero debut. Aunque ya había participado en distintos eventos, nunca había tenido una presentación propia de esta magnitud ni una obra que le permita armar un arco narrativo: “Soy muy feliz arriba del escenario, es mi lugar favorito en el mundo. Siento un éxtasis en el cuerpo que nada más me da”. El vivo representa un estado de presencia extrema. Es la carrera, con la mirada puesta en el frente y el pie en el acelerador pisando fondo para que su mente obsesiva se aquiete y disfrute la entrega. Al frenar los motores, llega el alivio: ya está lista para cargar el tanque otra vez y volver a la carretera.
Terra se presenta el jueves 25 de septiembre a las 20:30 h en La Tangente (Honduras 5317, CABA). Entradas disponibles a través de la web del lugar, con 25% de descuento para socios de la Comunidad Indie Hoy.