La banda española Triángulo de Amor Bizarro sacó su quinto disco este año, un disco homónimo que nos lleva a pensar en un repaso fugaz de toda su discografía. En 2007 debutaron con un disco también titulado Triángulo de Amor Bizarro, y siguieron con Año santo (2010), Victoria mística (2013) y Salve discordia (2016), demostrando su potencia shoegaze y un sonido espacial único. Ahora vuelven a mostrarle al mundo su universo repleto de melodías de pop salvaje y melancólico que le dan forma a este disco compuesto por nueve canciones. Triángulo de Amor Bizarro es una de las bandas claves de la escena independiente española, han recorrido muchísimos escenarios y tienen la firmeza de atacar con fuerza sonora y una lírica que apunta y cuestiona el presente. Hablamos con ellos acerca de este nuevo trabajo y sus procesos creativos.
¿Cómo describirían el aspecto más conceptual de este nuevo trabajo discográfico?
Este disco somos nosotros, nuestras emociones, reflejadas en el presente.
Pasaron cuatro años desde su último disco. ¿Qué cambió en ustedes en este tiempo? ¿Cómo los encuentra hoy este disco?
Somos los mismos, simplemente en este disco quisimos ofrecer un punto de vista más personal, más ligado a nosotros. En todos los discos hablamos de nosotros, pero tal vez con cierta distancia, usando otras figuras y géneros musicales que en Triángulo de Amor Bizarro quisimos eliminar. Queremos mostrarnos tal como somos, pero distorsionados por el reflejo que nos dan los tiempos actuales de nosotros mismos.
Decidieron ponerle nada más y nada menos que Triángulo Bizarro de Amor. ¿Acaso hubo una especie de relectura de su trayectoria o le encuentran mayor identidad?
Este disco tiene en común con el primer álbum el estar anclado a una época determinada, a una edad, a un ambiente. Los otros tres, Año santo, Victoria mística y Salve discordia, son más atemporales, no quieren reflejar una época concreta. El primer disco somos nosotros en la veintena, este es nuestro reflejo hoy. Pero no ponemos ningún disco por encima de otro, ni siquiera este, que tal vez fue el más laborioso y con más afán de cambios. Estamos orgullosos de todos nuestros discos y de lo que representan para nosotros en cada época. Siempre aspiramos a que nuestros álbumes tuviesen una entidad más allá de los demás y de nosotros mismos. Que fuesen objetos poderosos por sí mismos.
“Fukushima” es una canción que en seguida llama la atención por su nombre. ¿Cómo describirían la analogía entre el tema y el desastre histórico?
Este sistema social y económico que parece duro como un carro de combate en realidad es muy frágil, como desgraciadamente estamos comprobando estos días con la epidemia, o en su momento con el desastre de Fukushima. La canción trata de la soledad y angustia que provoca en todos nosotros este sistema injusto, avasallador, que te pasa por encima en nombre de la eficiencia y el libre mercado. Pero que también demuestra que es débil y en cualquier momento de una patada podemos hacer que cambie.
¿Cómo fue el proceso de producción del álbum? Han vuelto a trabajar con Carlos Hernández, ¿qué nuevo aporte les da su presencia?
Fue un proceso complejo, iniciamos la producción en nuestro estudio casero debido a la forma de algunas canciones, con componentes más electrónicos. Usamos muchos cacharros y apps musicales de consumo para ir formando las canciones de forma distinta a Salve discordia, por ejemplo, que está construido como un disco de rock and roll, con los cuatro improvisando en el estudio. En este disco buscamos otras formas de componer, más allá de nuestros instrumentos habituales. En cuanto las canciones empezaron a andar, hablamos con Carlos y nos fuimos a Madrid a Estudio 1, donde grabamos todos los instrumentos reales, el 90% del disco, pero partiendo de las sesiones que empezamos en casa.
En Salve discordia tenían un sonido más rock and roll, ahora este es más ecléctico y se vuelcan a un pop más oscuro. ¿Cómo llegaron a definir este tipo de sonido?
Partimos de inicios diferentes a la hora de componer las canciones, las semillas esta vez eran distintas. Así, aunque seguimos siendo nosotros y seguimos haciendo canciones a nuestro estilo, provienen de un origen diferente. Este disco se planteó más como un disco de pop contemporáneo, filtrado a través de nosotros, justo porque esta vez queríamos hablar del ahora.
En “Acosadores” cuentan con la participación de Ariadna Paniagua de Los Punsetes. ¿Cómo se dio esta participación y por qué la eligieron para esta canción?
Tenemos muy buena relación con Los Punsetes. Llegamos al estudio con dos melodías de voz diferentes para “Acosadores”, así que decidimos incorporar las dos, un poco, salvando las distancias, como en “Alone Again Or” de Love, que tiene dos voces solistas a la vez. Así que llamamos a Ari, se pasó por el estudio y se grabó.
Dijeron que “Ruptura” trata sobre el miedo al futuro cercano, sobre esa ansiedad ante la incertidumbre y es inevitable no pensar en la crisis que estamos atravesando mundialmente. ¿Tenían la canción hecha desde mucho antes o fue inspiración del último tiempo?
Casi todas las canciones del disco fueron creciendo en paralelo, “Ruptura” tiene algunas cosas que se remontan a 2013, por ejemplo, al igual que “Fukushima”, pero se terminaron todas más o menos al mismo tiempo, en octubre de 2019. Creo que llevamos unos cuantos años en una era extraña, una especie de momento pre apocalíptico, esa es la sensación que tal vez tengamos todos ahora, pero era algo que estaba ya sobrevolando en el ambiente e impregnó todas nuestras canciones.
¿Qué nos pueden decir sobre la elección de la portada?
La portada es obra de Javier Peñalver. El círculo negro representa el centrismo, el vacío, el punto de equilibrio del sistema, donde está el dinero y donde quiere el mercado que nos situemos, como consumidores, como agentes de mercado, como votantes, que es justo de donde intentamos escapar con nuestras canciones. Celebramos los extremos, lo que nos hace únicos y diferentes a cada ser humano, en contra de la corriente general de homogeneizarnos y clasificarnos a todos.
¿Qué está pasando en el panorama de la escena de la música independiente gallega? ¿Con qué otras bandas nacionales sienten un tipo de cercanía?
Hay una enorme escena de bandas tanto en España como en Galicia, con algunas nos sentimos bastante cercanos, y a otras no tanto, pero siempre hemos intentado hacer las cosas a nuestra manera. Hemos visto pasar en este tiempo muchos géneros y propuestas musicales diferentes, y hemos aprendido que lo único que importa es proyectar tu propia personalidad en las canciones. Siempre nos hemos visto cercanos a bandas como Los Punsetes, Hidrogenesse, Los Ilegales, Los Planetas, El Columpio Asesino, Kokoshca, o Elvis Negro de aquí de Galicia, más que en los estilos musicales, en la forma de hacer las cosas.
El disco tiene varias canciones con el tinte contestatario que ya caracteriza a Triángulo de Amor Bizarro. ¿Cuál creen que es la posición que debe tomar la música frente a las adversidades sociopolíticas de la actualidad?
No solo la música, el arte en general, tiene que reflejar, criticar e intentar modificar la realidad. Que su paso haga que las cosas sean diferentes de alguna forma. Como dice Werner Herzog, no tenemos que ser la mosca en la pared, ni la cámara de seguridad de un banco, tenemos que ser el avispón que pica.
Si tuvieran que elegir tres discos que los hayan inspirado en esta última etapa, ¿cuáles serían?
Disintegration de The Cure, Double Negative de Low, y todos nuestros discos anteriores.
Escuchá a Triángulo de Amor Bizarro en todas las plataformas de streaming.