“Revolution” no fue una canción más de The Beatles, fue un manifiesto. Compuesta por John Lennon durante el retiro espiritual de la banda en Rishikesh (India) en 1968, fue su respuesta directa a los crecientes llamados a la violencia que sacudían Estados Unidos y Europa en plena efervescencia política.
La versión más conocida, lanzada como lado B del exitoso single “Hey Jude”, fue grabada después de una versión más lenta (“Revolution 1”), incluida más tarde en el Álbum blanco. Pero fue esta relectura urgente, ruidosa y empapada en feedback la que marcó el tono del mensaje: un Lennon más enfático, directo, casi incendiario pero no violento.
“No cuenten conmigo si se trata de violencia. No me esperen en las barricadas a menos que sea con flores”, declaró Lennon en 1980. Ese “no cuenten conmigo” -si se trata de violencia- resume el núcleo de la canción. Lennon no se oponía al cambio, sino a los métodos con los que algunos proponían alcanzarlo.

¿De qué trata “Revolution”?
Desde la India, reflexionando sobre el estado del mundo y la guerra de Vietnam, Lennon comenzó a sentir la necesidad urgente de expresar su mirada. “Quería decir lo que pensaba sobre la revolución”, explicó años después. “No podíamos seguir callando sobre Vietnam. Quería que Los Beatles dijeran algo”.
Su propuesta original, más contemplativa y dubitativa, fue rechazada como single por Paul McCartney, quien la consideró demasiado lenta. Lennon, sintiéndose desafiado, respondió con una nueva toma: más rápida, más confrontativa. Con el respaldo de George Harrison, Lennon presentó una versión más visceral.
El resultado fue uno de los temas más distorsionados del catálogo beatle. Las guitarras, saturadas intencionalmente al máximo, fueron conectadas directamente a la consola de Abbey Road, lo que provocó quejas del equipo técnico. Pero como lo explicó el productor George Martin: “Esa era la idea: llevarlo hasta el límite. Y lo hicimos”.