El vínculo entre Mick Jagger y David Bowie siempre fue un enigma. Más allá de los rumores infundados que rodearon su amistad, su relación estuvo signada por una mezcla de admiración mutua, competencia y una inevitable rivalidad. Ambos compartían la misma época, los mismos escenarios y, en cierto sentido, el mismo deseo de trascendencia.
Bowie, con su talento natural para evolucionar constantemente, siempre fue un referente artístico para Jagger. “Tenía una habilidad camaleónica para adoptar cualquier género. Siempre con una perspectiva única, musical y líricamente“, admitió el líder de los Stones.
A pesar de sus diferencias estilísticas, la influencia de Bowie en Jagger fue innegable. En los años 80, ambos fueron parte activa de la noche neoyorquina. “Éramos muy cercanos en Nueva York. Pasábamos mucho tiempo juntos y salíamos a clubes de baile”, recordaría Jagger más tarde. “Nos influyó mucho la escena del downtown de Nueva York en ese entonces”.

La dura crítica de Jagger
En medio de la admiración, también hubo críticas. En particular, hubo un álbum de Bowie que Jagger no dudó en destrozar públicamente: David Live (1974). Para muchos fanáticos y críticos, este disco marcó el fin de una era, el último aliento de Ziggy Stardust antes de su transformación definitiva. Para Jagger, sin embargo, fue simplemente un desastre: “Si recibiera el tipo de críticas que él recibió por ese álbum, honestamente, nunca volvería a grabar. Nunca“.
Jagger calificó el disco como “horrible” y sugirió que Bowie debió haberse retirado en la cima en lugar de lanzar un álbum tan inconsistente. Aunque la crítica fue despiadada, el propio Bowie compartía la opinión. “David Live fue la muerte final de Ziggy”, confesó años después. “Y esa foto en la portada… Dios mío, parece que acabo de salir de la tumba. Así es como me sentía”.

Para Jagger, el problema iba más allá de la calidad del álbum. La presencia de Bowie en la escena lo inquietaba. De hecho, su compañero de banda, Keith Richards, revelaría en una entrevista: “Él observaba lo que David Bowie estaba haciendo y quería hacerlo. Bowie era una gran atracción. Alguien había superado a Mick en el departamento de vestuario y rarezas”.
A pesar de las diferencias en su enfoque artístico, Mick nunca dejó de considerarse superior a Bowie en términos de presencia escénica. “El hecho es que Mick podía entregar diez veces más que Bowie con solo una camiseta y un par de jeans, cantando ‘I’m a Man’”, sentenció Richards. “¿Por qué querrías ser algo más si eres Mick Jagger? ¿No es suficiente ser el mejor artista en el espectáculo?”, concluyó.