En octubre de 1980, Motörhead publicó el single “Ace of Spades”, una canción que, con un ritmo y agresividad inusual para la época, sirvió como piedra angular del thrash metal. El conjunto, por aquel entonces integrado por Lemmy Kilmister (bajo y voz), Eddie Clarke (guitarra) y Phil “Philthy Animal” Taylor (batería), ya contaba con algunos éxitos como Overkill y Bomber en su haber, pero con este tema elevaron su sonido a una nueva dimensión: más rápido, más brutal y más influyente.
Después de que Bomber, el tercer disco de los ingleses, lograra muy buenas repercusiones, la banda entró a Jackson’s Studios entre agosto y septiembre de 1980 bajo la producción de Vic Maile, un viejo conocido de Lemmy. Maile ayudó a replicar la ferocidad de un show en vivo, pero sin perder la crudeza. Además, propuso algunos trucos creativos que la banda dudó incluir, pero que terminaron funcionando bien.

La letra y el título surgieron del gusto de Lemmy por el póker y las máquinas tragamonedas. Él mismo explicó: “Usé metáforas de cartas y dados… no puedes cantar sobre frutas que giran”. A la hora de hablar sobre la importancia de la pista, Lemmy dijo en una entrevista con Bass que era “una de las mejores canciones que escribí”. Sin embargo, en su autobiografía reconoció que el éxito del tema lo “fosilizó”, aunque lo aceptaba porque los fans lo esperaban.
El sonido innovador del track sirvió de inspiración a bandas como Metallica, Slayer y Kreator, conjunto alemán que declaró que “'Ace of Spades' fue el primer tema de thrash metal”. Por su parte, Max Cavalera de Sepultura hizo énfasis en la importancia de Motörhead: “Sin ellos no habría Metallica, Slayer o Sepultura”, afirmó. De hecho, James Hetfield fue aún más contundente cuando aseguró que “sin Lemmy, no habría Metallica”.