A mediados de los años 60, cuando los Rolling Stones todavía buscaban consolidar su nombre dentro del rock británico, dieron con la canción que cambió para siempre su historia: "(I Can’t Get No) Satisfaction". Lanzada en 1965, la pista no solo se convirtió en su primer éxito mundial y el primero de sus tracks que llegó a la cima de los rankings, sino también en el que más tiempo se mantuvo en ese codiciado puesto, donde permaneció por cuatro semanas.
Escrita por Mick Jagger y Keith Richards y conocida por su riff atemporal, fue el punto de inflexión que llevó a los Rolling Stones a dejar de depender de covers y a afirmarse como una banda de compositores hecha y derecha. “Tenía un título pegadizo, un riff pegadizo y un sonido de guitarra muy original para su tiempo”, recordó Mick años después de su estreno.

Por su parte, Richards no estaba tan convencido de su creación en un principio: “Creo que Keith lo sintió demasiado básico. No lo escuchó con distancia. Estaba demasiado cerca del riff y pensó que era algo tonto”, comentó Jagger sobre la reacción inicial de su compañero. Claro está, el público no compartió la opinión inicial del ídolo de las seis cuerdas.
“Satisfaction” no solo encabezó las listas en Reino Unido y Estados Unidos, sino que se transformó en un himno que marcó a generaciones, en parte por su riff y en otra por su letra, que denota frustración y desencanto frente al consumismo y las normas sociales. De hecho, se ubicó en el segundo puesto de la lista de las 500 mejores canciones de todos los tiempos de la revista Rolling Stone.