A lo largo de su carrera, los Rolling Stones ganaron una reputación temeraria basada en la provocación y los excesos. Mientras los Beatles eran los "chicos buenos" del rock británico, los Stones se apropiaban del rol opuesto con orgullo. "Los Beatles se quedaron con el sombrero blanco. ¿Qué quedaba? El negro”, recordaba Keith Richards en el documental Crossfire Hurricane. Ese aura de rebeldía no solo los definió artísticamente, sino que también los ayudó a liberarse de uno de los contratos más restrictivos de su historia.

En 1970, la banda se encontraba atada a un acuerdo con Decca Records, el sello que los había lanzado al estrellato a comienzos de los 60. Sin embargo, después de años de disputas por regalías y control creativo, Mick Jagger y compañía se sentían cada vez más frustrados. Veían cómo los Fab Four disfrutaban de plena independencia con su sello Apple Records, mientras ellos seguían sujetos a las reglas de una discográfica que consideraban obsoleta. Incapaces de romper el contrato por medios legales, decidieron hacerlo escribiendo una canción tan obscena que la compañía se vería obligada a expulsarlos.

Así nació "Cocksucker Blues”

Así nació "Cocksucker Blues”, más tarde rebautizada como "Schoolboy Blues", una pieza que combinaba lenguaje explícito, referencias sexuales grotescas y provocaciones que rozaban la pornografía. El plan funcionó. Decca, horrorizada, retiró el tema inmediatamente de cualquier posibilidad de publicación, convencida de que los músicos habían cruzado un límite. Sin embargo, antes de concederles la libertad, el sello publicó, sin el consentimiento del grupo, el compilado Stone Age, una jugada que los Stones interpretaron como el último intento de la discográfica por exprimir su fama.

Ese mismo año, el contrato llegó a su fin. El grupo quedó libre para fundar su propio sello, Rolling Stones Records, que debutó con el aclamado disco Sticky Fingers (1971), una obra icónica no solo por su sonido sino también por su portada diseñada por Andy Warhol. Paradójicamente, el disco incluyó otro tema cargado de polémica: "Brown Sugar", una canción que el propio Jagger reconoció años más tarde como "racista y misógina". Por su parte, "Cocksucker Blues" nunca fue editada oficialmente, aunque su nombre volvió a circular cuando el director Robert Frank filmó en 1972 un documental homónimo sobre la gira estadounidense del grupo, que también fue prohibido por su contenido.

The Rolling Stones-Cocksucker Blues
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