La nostalgia es usualmente definida como un sentimiento de anhelo por un momento, una situación o un acontecimiento pasado. Para muchos fans de los Arctic Monkeys, desde el lanzamiento de su último y exitoso disco, “AM”, “Humbug” es nostalgia. Nostalgia por una época, por un sonido y por un estilo que los consagró, que los definió y que fue crucial para que se encontraran donde están ahora.
Lanzado al mercado en agosto del 2009 bajo el sello Domino Records y co-producido por Josh Homme y James Ford, “Humbug” fue el tercer disco de estudio de los Arctic Monkeys. Desde el primer sencillo, “Crying lightning”, los británicos de Sheffield demostraron un claro quiebre con respecto a sus dos primeros trabajos, “Whatever people say I am that’s what I’m not” (2006) y “Favourite Worst Nightmare” (2007), reflejando una madurez alcanzada y atreviéndose a explorar nuevas dimensiones musicales, hipnóticas y oscuras.
Empezando con “My propeller” , la banda nos sumerge en una travesía por una especie de montaña rusa musical -repleta de pausas que aparecen en los momentos más exactos y de giros perfectamente armónicos- que sube hasta las melodías cíclicas acompañadas de gritos agresivos como en “Crying lightning” o de pegadizos deletreos en “Dangerous Animals”, y baja en la poética, sincera y dulce “Secret door” para entrar en una fase más oscura con “Potion Approaching” y la melancólica “Fire and the thud”, que después se repite llegando al final en “Pretty visitors”, mezclando un sonido casi fúnebre con un rock acelerado. “Cornerstone” es una travesía aparte, hermosa y simple como su inolvidable video musical dirigido por Richard Ayoade. Por otro lado, las letras de las canciones de “Humbug” no son un tema menor, ya que en este disco Alex Turner despliega sin timidez su gran talento para escribir, complementando así las melodías con pequeñas historias, juegos entre rimas y metáforas ingeniosas como en “Dance Little liar” y “The Jeweller’s hands”, esta última siendo la mezcla perfecta para culminar el álbum, con unos riffs casi psicodélicos al final que se despiden generando ganas de volver nuevamente al principio.
Basta con escuchar “Humbug” una vez para comprender por qué los fans más antiguos desean tanto que la banda vuelva a sonar como en esa época, porque el disco en sí es un rompecabezas magistral en el que cada una de las piezas encaja a la perfección. Es como un libro que adquiere nuevos significados en cada lectura. Y aunque en este último tiempo los Arctic Monkeys hayan cambiado su sonido por uno no tan oscuro y más seductivo, sus buzos deportivos por camperas de cuero y sus largas melenas por toneladas de gel para el pelo, la realidad es que simplemente se reinventaron, se adaptaron, se animaron a más y se volvieron un poco “más aptos para todos los oídos”, lo que les valió el éxito internacional que están teniendo estos días, al cual sin embargo no hubiesen llegado sin recorrer todo el largo camino que atravesaron hasta Suck it and See (2011). En su esencia siguen siendo los mismos, con ese estilo muy suyo que los hace distinguirse del resto de las bandas de su generación.
Este disco es Arctic Monkeys en su máxima expresión, así como “AM” también lo es, aunque para algunos sea difícil aceptarlo. Y para quienes no lo crean y anhelen volver al sonido oscuro del pasado en sus días de nostalgia, siempre quedará “Humbug” esperando a ser explorado.
Arctic Monkeys – Humbug
2009 – Domino Records
1.My Propeller
2.Crying Lightning
3.Dangerous Animals
4.Secret Door
5.Potion Approaching
6.Fire & The Thud
7.Cornerstone
8.Dance Little Liar
9.Pretty Visitors
10.The Jeweller’s Hands