Esta semana es el aniversario número 40 del segundo disco de The Clash. Era 1978 y ya se habían publicado los discos que iban a contribuir en la tarea de definir el punk como género, pero The Clash buscó escaparle al estancamiento. Con la salida de Give ‘Em Enough Rope, la banda tomará distancia de las otras dos bandas más reconocidas del estallido punk: Ramones y Sex Pistols. A pesar de que con este disco se buscó el trabajo de los productores de Never Mind the Bollocks (1977), no se pudo concretar esta colaboración y quien estuvo al frente de la producción fue Sandy Pearlman. Así es que The Clash se encargará de saltar las barreras de la construcción teórica del movimiento punk. Y alejarse de lo establecido incluso por ellos mismos fue una actitud bastante punk. A diferencia de Ramones, The Clash hizo un giro de 180º expandiendo su mirada pero conservando un ojo en la espalda. Give ‘Em Enough Rope continuó con la tarea del cambio, pasando de una línea recta a una zigzagueante, pensando al punk como una locomotora que iba a estrellarse contra la próxima estación.
The Clash fue quizás la primera banda del género que pudo predecir, como una especie de epifanía, la consecuencia de la dinamita destructiva del punk. Pero no se le podía exigir a la pólvora permanecer fija frente a los distintos vientos. A esta altura los Sex Pistols ya eran historia y estábamos en vísperas del primer disco de Public Image Ltd., la nueva banda y que sigue aun con vigencia, de Johnny Rotten (pero como John Lyndon). Y Ramones con Road To Ruin (1978) se afianzaron al estilo de pies a cabeza catapultándose a la popularidad extrema y manteniendo sus estructuras. Pero Give ‘Em Enough Rope apostaba a The Clash como un bicho difícil de atrapar y diseccionar. Su punk en esta ocasión no sonaba tan agresivo como el sonido de los Sex Pistols, a menos que se reventara su lírica y se apreciara el espíritu transgresor.
Este disco tiene canciones poderosas y otras que pueden sonar un poco más melódicas o hasta lentas si se lo compara con los standards del género. Pero justamente ahí es donde hay que hacer hincapié: The Clash se negaba a la convención. Pensar en el género en este caso nos puede llevar a la cuestión cinematográfica con solo ver la tapa del disco. Enseguida se puede deducir la palabra western, el género norteamericano por excelencia de la industria del cine. El western en el cine es una forma de narrar el mito del origen de la nación, teniendo a la figura del cowboy como héroe y una moral patriarcal que rige las leyes. Pero todo cowboy tiene oportunidad de un duelo y en la tapa de The Clash, la representación heroica de una sociedad aparece muerta en el suelo, picoteada por los buitres.
A The Clash les gustaban otro tipo de películas de Hollywood, quizás no tanto las de John Ford y sí otro tipo de clásicos como Rebelde sin causa. Pero el disco hace un fuerte énfasis en realizar una caricatura sociológica, ya que The Clash prefiere la canción como una forma de contar una historia, y no solo preocuparse en buscar estribillos pegadizos. La lírica de The Clash nos abre un mundo de personajes pandilleros, donde el crimen y la violencia son una realidad que no puede esconderse en la habitación de la poesía. The Clash no iba tanto por la abstracción, sino por un choque de realidad con personajes difíciles de querer. Con su narrativa encuentra una forma de expresión para encarar temas como la insensatez de la guerrilla, la guerra de las drogas, la violencia callejera y la estatal. Soldados, dealers y terroristas son buenos puntos para encarar un dibujo sobre el sistema imperialista: “Tommy Gun”, por ejemplo.
“English Civil War” fue de lo primero que se conoció de este nuevo disco en formato single. Una canción que primero te conquista con la voz de Strummer, seguida de unos coros por parte de Jones y Simonon, para luego atacar con distorsión. Esta canción se convirtió en un himno para toda una generación que cuestionaba la realidad sociopolítica del momento y denunciaba la represión que estaba a la vuelta de la esquina. Pero si estamos hablando de himnos no podemos dejar de hacer un salto, pasando directamente a la última canción del disco: “All the Young Punks” tiene agresividad, pero envuelta en cierta nostalgia que le cambia el color. Es una especie de lema, consciente de su tamaño, que busca dar un mensaje esperanzador a toda una generación: “Vívelo ahora porque no queda mucho hasta morir”.
Otra de las grandes canciones del disco es “Stay Free”, que con las primeras notas del bajo ya te domina, entrando por los oídos y poniendo todo el cuerpo en movimiento. Es de esas canciones que hicieron historia por su relato: el amor de dos jóvenes que empieza en la escuela y luego es separado por la cárcel. Esta canción, a pesar de su infortunio, también es un poderoso grito de libertad. De este tema existe un cover de Fun People, donde Nekro la canta traducida al español. Give ‘Em Enough Rope está repleto de este tipo de historias con una fuerte crítica en los zapatos del proletariado juvenil, aportando un chispazo para una nueva revolución y un grito de libertad.
The Clash buscó siempre la libertad e incluso incursionó en combinar lo que para otros grupos eran territorios ajenos. El reggae, particularmente en este disco, no se insistió tanto quizás como en otros casos. Pero se sabe que The Clash sentía una conexión con la cultura jamaiquina habiendo hecho anteriormente extrañas joyas para el punk como “Police & Thieves”. Quizás la canción que mas tenga que ver con esta de Give ‘Em Enough Rope sea “Guns on the Roof”. Se dice que esta canción fue inspirada en una represión policial que sufrieron algunos de los integrantes de la banda. Pero no sucedía solo con el reggae, sino que también The Clash se interesó por el dub y el pop. Empezó a probar hacer punk con otros instrumentos, el piano, por ejemplo, en la movediza y célebre “Julie’s Been Working for the Drug Squad”. Así se alejaron de las estructuras del género para aportarle más elementos que servirían a futuro en su expansión, a pesar de las críticas del momento como un efecto de ablandamiento.
Para muchas personas Give ‘Em Enough Rope no alcanzó el poderoso golpe del disco homónimo de The Clash, pero fue el disco que le sirvió a la banda para alcanzar su fama y reconocimiento, como una alternativa que estaba en constante ebullición. Con este boletín de guerra, The Clash se posicionó en lo más alto de los listados y consiguió quedar en la historia del punk como la banda que fue lo suficientemente rebelde de no adaptarse ni siquiera a sus propias reglas.
The Clash – Give ‘Em Enough Rope
1978 – CBS Records
01. Safe European Home
02. English Civil War
03. Tommy Gun
04. Julie’s Been Working for the Drug Squad
05. Last Gang in Town
06. Guns on the Roof
07. Drug-Stabbing Time
08. Stay Free
09. Cheapskates
10. All the Young Punks (New Boots and Contracts)