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    Libros

    3 poemas de Daiana Henderson

    De Gabo Baigorria07/05/2014
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    DICHA

    Sigo encontrando cierta dicha
    en ir en bicicleta hasta tu casa.
    Remar no se trata de llegar a la isla,
    es disfrutar el trayecto
    –dijo Ricardo cuando nos enseñó.
    Cada desplazamiento tiene su clave sensitiva.
    Bajo los cambios para subir.
    Después,
    apoyo el peso del cuerpo en los pedales
    y me dejo caer en picada.
    Se entretejen nudos en los pelos
    cuando se ponen a flamear hacia atrás.
    Las construcciones van perdiendo altura,
    una estela de humo atraviesa el cielo,
    dibujada con la punta de una fábrica.
    Aterrizo en la entrada de tu casa. Las cosas
    andan bastante mal ahí adentro
    o en cualquier otro reducto
    que tengamos que compartir.
    Puedo aceptar que ya no nos queremos como antes,
    pero si insisto, es porque la distancia
    fabricada entre nosotros
    es tan hermosa y delicada
    como ningún otro trayecto
    que conozca hasta ahora.
    (Del libro “Un foquito en medio del campo”, Editorial Municipal de Rosario, 2013

    ROEDOR

    El niño sacó la dentadura postiza
    y llenó de monedas
    el vaso de agua, a la orilla
    de la mesa de luz de su abuelo.
    Estaban más doradas que
    ninguna, como pulidas.
    Miento. Yo no lo vi,
    solamente me lo contaron
    y estoy segura de que, además,
    la anécdota es mentira.
    Pero dejen que me quede
    con la filmación mental
    de las monedas expulsando
    finos hilos de luz
    que se atan a las puntas del sol.
    No me quiten eso.

    (Del libro “Un foquito en medio del campo”, Editorial Municipal de Rosario, 2013)

    Tapa Un foquito

    POEMA AMARILLO

    Hay una luz amarilla que entra
    y se me confunde
    con la parte de una película.
    Cuando la volví a ver,
    no la encontré.
    Una noche en que me dije la verdad
    en una cocina.
    La sensación de mil tardes
    en un lugar en que el anochecer
    no me duela.
    Un amor de otoño
    que se quiere quedar.
    Los pueblos, el hipódromo,
    las fotos de la abuela joven,
    la renoleta junto a los barcos del puerto.
    Las gaviotas, lejos.
    Un perfume del día de la madre,
    los caramelos de miel,
    las tardes adolescentes
    de invierno junto al río
    en que éramos felices
    y no sabíamos.
    El recuerdo de algo difuso,
    una manguera en un patio que imagino,
    bicicletas playeras llegando,
    una con canasta: la mía
    y vos en cuero y, en la canasta la cerveza
    y la cerveza en el vaso
    y el maní flotando
    y todo eso sin hablar del futuro.
    Las nubes que se hacen espuma,
    el sol dorado que cae
    y emparenta las casas, todas.
    Igual que si miramos el mundo
    a través del liso. Igual.
    Hay un amarillo que se me confunde,
    el de la juventud como un recuerdo,
    pero yo soy joven.
    La juventud que ya duele de lo amarilla,
    como el resplandor de la medalla
    de la cadenita que me regalaste,
    que voy a perder un día
    y me va a doler, también.
    Las luces de un recital bajando sobre mí,
    el pez tornasol saliendo al aire,
    la torta de manzana dorándose,
    una moneda girando una decisión,
    una moneda a cambio de un caramelo de miel,
    a cambio de un beso después
    de una cerveza, a cambio de nada,
    con las bicis tiradas a la sombra
    del pescado que sale a la luz y no cree.
    Es que los peces de río no imaginaron ese rayo
    que cae en la medalla que me ponés ahora
    en medio de la arena, entre los pelos dorados,
    como inmortalizando el espacio.
    La vez que me senté sola
    en el frío de la cocina
    y me dije la verdad y sentí
    un amarillo que me venía
    a dorar las pestañas
    y estuve
    en todos los amarillos a la vez,
    como el recorrido de un hilo de oro
    que al unir los puntos
    hace perder la forma.

    (del libro “El gran dorado”, de la editorial Iván Rosado, 2012)

    Tapa El gran dorado

    Daiana Henderson nació en 1988, en Paraná. Actualmente reside en Rosario, donde estudia Comunicación Social. Publicó Colectivo maquinario (Ediciones Diatriba, 2011), Verao (Ediciones Neutrinos, Entre Ríos, 2012), El gran dorado (Iván Rosado, 2012) y A través del liso por Determinado Rumor. En 2013 su último libro Un foquito en el medio del campo sacó el primer premio compartido en el concurso Felipe Aldana y fue editado por la Editorial Municipal de Rosario.

    Daiana Henderson Dicha Poema amarillo Roedor Un foquito en el medio del campo
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